Dos grandes bolsas de agua, bajo las obras

Diecisiete edificios corren riesgo de sufrir da?os en sus cimientos por las obras de la estaci¨®n de cercan¨ªas de Sol-Gran V¨ªa, seg¨²n la memoria de este proyecto. La mayor¨ªa tienen m¨¢s de un siglo, muros de ladrillos y vigas de madera, y forman el grupo de los que tienen una cimentaci¨®n m¨¢s sensible, seg¨²n la clasificaci¨®n hecha por Fomento. El estudio establece otros dos grupos de edificaciones con sensibilidad media y bloques poco sensibles. Los trabajos pondr¨¢n patas arriba el centro de la ciudad durante cuatro a?os. Para evitar los posibles da?os, Fomento recubrir¨¢ el subsuelo inyectando cemento desde cuatro pozos abiertos en la zona. Los trabajos encontrar¨¢n, adem¨¢s, otro obst¨¢culo: dos acu¨ªferos en el subsuelo, uno de ellos a 17 metros de profundidad.

Seg¨²n la memoria del proyecto realizada por las empresas Sener y Euroconsult para el Ministerio de Fomento, las obras de la estaci¨®n de cercan¨ªas de Sol pueden causar hundimientos en el suelo. "Las excavaciones subterr¨¢neas introducen una alteraci¨®n en el estado inicial del terreno [...] que puede afectar a edificios pr¨®ximos y originar deformaciones peligrosas en las estructuras", explica el informe.

Los 17 edificios con m¨¢s riesgo de sufrir da?os en su cimentaci¨®n est¨¢n en la Puerta del Sol (n¨²meros 3, 5 y 14), en la calle de la Montera (n¨²meros 7, 30 y 42), en la calle de Espoz y Mina (1, 3 y 4), en la calle de la Aduana (5, 7, 9) y en la calle de los Jardines (5, 9, 11, 12 y 13).

La mayor¨ªa de los inmuebles afectados tienen m¨¢s de un siglo de antig¨¹edad y unas estructuras sustentadas en vigas de madera y ladrillo. Mar¨ªa Vega, vecina del n¨²mero 42 de la calle de la Montera, reside en una de estas viviendas. El edificio fue restaurado hace algo menos de un a?o, pero ella muestra su preocupaci¨®n ante lo que pueda suceder con las obras que horadar¨¢n los bajos de su domicilio: "Si encima de que acabamos de rehabilitar la casa, ahora nos dicen que van a salir grietas y fisuras, estamos apa?ados", se queja.

Esta vecina, sin embargo, prefiere mantener la cautela ante la eventual aparici¨®n de fisuras y de da?os en el armaz¨®n del inmueble. El motivo: la falta de informaci¨®n. "Nadie nos ha dicho nada, pero supongo que, llegado el caso, tendr¨ªamos que protestar", explica.

Una casa de 400 a?os

Esa misma queja se repite una y otra vez, hablen los vecinos de Montera, los de Aduana, los de Espoz y Mina o los de Puerta del Sol. Medardo P¨¦rez, que vive en esta ¨²ltima plaza, presume de habitar en uno de los edificios m¨¢s antiguos de la ciudad, unos 400 a?os, "m¨¢s antiguo que la Casa de Correos". Aunque la memoria de Fomento alerta del riesgo, ¨¦l no tiene miedo a que la cimentaci¨®n resulte da?ada. Medardo P¨¦rez considera que la rehabilitaci¨®n del inmueble llevada a cabo en los a?os sesenta resultar¨¢ suficiente, aunque no entiende c¨®mo, si su casa corre alg¨²n tipo de riesgo, no se le ha avisado antes.

Uno de los anexos del proyecto se?ala que "se ha detectado un n¨²mero importante de edificios que presentan da?os con mayor riesgo estructural". Adem¨¢s de los 17 edificios calificados como muy sensibles, otros inmuebles de la zona tienen, seg¨²n el proyecto, una sensibilidad media. Un tercer grupo lo forman los bloques poco sensibles a los movimientos en sus cimientos.

El informe del Ministerio de Fomento se?ala que este tipo de casas tienen "da?os moderados (fisuras mayores de cinco mil¨ªmetros) o severos, es decir, grietas de trayectoria inclinada, aproximadamente de 45 grados y con m¨¢xima abertura de huecos en la fachada". El estudio de los da?os en los edificios se ha hecho siguiendo el m¨¦todo establecido en 1975 por John Burland, ingeniero brit¨¢nico que se encarg¨® de enderezar la torre de Pisa para evitar su desplome.

Para evitar los posibles da?os, los t¨¦cnicos de Fomento proponen reforzar el subsuelo inyectando suficientes vol¨²menes de "lechada de cemento". Estas inyecciones se realizar¨¢n desde cuatro pozos instalados para la ocasi¨®n en distintos puntos de la zona: el acceso al metro de Sol, el pozo de ventilaci¨®n en el pasaje de la Caja de Ahorros, en la calle de la Aduana y en el pozo de ventilaci¨®n de la calle de la Montera, inmediatamente al sur del cruce con la calle de los Jardines.

Desde estos cuatro pozos se inyectar¨¢ la lechada de cemento, que puede contener otros materiales como bentonita (un tipo de arcilla), cenizas y otros aditivos. Las inyecciones se realizar¨¢n con tubos a unos cuatro metros por debajo de los cimientos de los edificios a proteger y a unos tres metros por encima de la clave de la caverna.

Los trabajos de la nueva estaci¨®n de Sol-Gran V¨ªa horadar¨¢n el centro de la ciudad durante cuatro a?os. Adem¨¢s de las quejas de los vecinos de la zona y de los posibles efectos sobre los cimientos de las casas, Fomento tendr¨¢ que salvar otro problema: la presencia de agua en el subsuelo.

En la zona hay dos acu¨ªferos. Uno de ellos, localizado en la Puerta del Sol, tiene una profundidad de unos cuatro metros. El otro es m¨¢s profundo y est¨¢ situado en la zona de Gran V¨ªa. Su parte m¨¢s alta est¨¢ a 14 metros y la m¨¢s profunda, a 17.

Estos acu¨ªferos pueden proceder, seg¨²n otras fuentes t¨¦cnicas consultadas, de los afluentes del antiguo arroyo del Arenal que desembocaba en los jardines de Sabatini y que se utilizaban para rellenar el foso del Alc¨¢zar.

"La presencia de agua en el subsuelo se ha estudiado detenidamente, dada su especial incidencia en la construcci¨®n de las obras subterr¨¢neas objeto del proyecto", afirma la memoria del proyecto. Para extraer el agua de estas balsas se utilizar¨¢n tres bombas; una de ellas quedar¨¢ en reserva para ser utilizada en caso de aver¨ªa de las dos primeras.