En un combate incierto
La incapacidad para responder a las necesidades de los individuos y los grupos y la conciencia cada vez m¨¢s generalizada de que la continua creaci¨®n de riqueza s¨®lo favorece a unos pocos -lo que se traduce en el incesante aumento de las desigualdades entre personas y entre pueblos- se producen en un oscuro contexto. En ¨¦l, el descalabro del socialismo "real"; la perversi¨®n del capitalismo de mercado, que, m¨¢s all¨¢ de las manipulaciones bols¨ªsticas, llega a la reiterada falsificaci¨®n de los datos contables de las empresas, y la inadecuaci¨®n del modelo tradicional de la democracia representativa a las sociedades actuales son datos dominantes. Por lo dem¨¢s, la inadecuaci¨®n democr¨¢tica es responsable de la corrupci¨®n end¨®gena de los partidos y de la desafecci¨®n ciudadana por la pol¨ªtica, que hacen de la exasperaci¨®n de los de abajo, del desinter¨¦s y la indiferencia pol¨ªtica de la mayor¨ªa -muy escasa militancia y cada d¨ªa menor participaci¨®n electoral- y del cinismo de las contradicciones de quienes nos gobiernan las actitudes que priman en la vida pol¨ªtica de hoy.
La derecha liberal, en su vertiente pol¨ªtica, ha traicionado el ideario de combate por las libertades y por la autonom¨ªa social, propio de su tradici¨®n hist¨®rica, y lo ha sustituido por una pr¨¢ctica proteccionista de seguridad a ultranza, en la que no se sabe qu¨¦ es m¨¢s penoso, si el clima de cobard¨ªa que genera o la nulidad de los resultados en que se traduce. En su dimensi¨®n econ¨®mica, los que se han autobautizado como neoliberales y a los que la prensa ha calificado de neocons han trocado su credo de la competencia por el dirigismo p¨²blico-privado, caracter¨ªstico del ultraconservadurismo, que hace de la concentraci¨®n empresarial y del ejercicio monopolista uno de sus m¨¢s eficaces instrumentos econ¨®micos (el ¨²ltimo ejemplo es el de la liberalizaci¨®n norteamericana, por obra de la Comisi¨®n Federal de las Comunicaciones, de las reglas de la competencia en el ¨¢mbito medi¨¢tico, que ha supuesto un impulso decisivo para los grandes grupos -Viacom, Walt Disney, AOL Time Warner, General Electric- y en particular New Corp de Murdoch). Por lo que toca a la izquierda, y en especial a la opci¨®n socialista / socialdem¨®crata, su deserci¨®n para constituirse en alternativa al capitalismo; su renuncia a sustituirlo, gracias a la revoluci¨®n o a la reforma, por un sistema pol¨ªtico y econ¨®mico radicalmente diferente; su aceptaci¨®n, resignada pero efectiva, de la exclusi¨®n y la precariedad social; la adopci¨®n, casi entusiasta, del mercado con su moral del ¨¦xito y los beneficios; el trueque de los suyos, el pueblo con sus ideales y sus combates por una opini¨®n p¨²blica y una mayor¨ªa electoral lo m¨¢s amplia y consensual posible; el rechazo de su vocabulario hist¨®rico -explotaci¨®n, proletariado, lucha de clases- por el que sienten la verg¨¹enza de los hijos ¨¤ la page por sus padres anticuados, es decir, la convicci¨®n sin reservas de que no se trata de romper con el capitalismo, sino de gestionarlo.
El perfil de estos socialdem¨®cratas sin socialdemocracia dif¨ªcilmente puede resistir el embate y la voracidad de las multinacionales y de sus ep¨ªgonos ultraconservadores frente al proceso de regresi¨®n social al que asistimos en todas partes, con las etiquetas de siempre, modernizaci¨®n y pragmatismo. En Alemania, con las concesiones de Schr?der a la l¨®gica empresarial a la que han acabado sum¨¢ndose Los Verdes; en las piruetas de Blair y su tercera v¨ªa para ocultar su alineaci¨®n con Estados Unidos y la opci¨®n liberal-conservadora; en las inacabables disputas del socialismo franc¨¦s, que no logra armar una hip¨®tesis de reformismo transformador. La izquierda europea no tiene hoy, hay que aceptarlo, ni un proyecto ni un discurso atractivos y potentes. Pero le quedan, aunque obviamente no en exclusiva, las grandes causas y sus objetivos concretos, de los que s¨®lo ella puede ser valedora. La lucha por las libertades, tan amenazadas en tantas partes, desde Birmania, Cuba, Chechenia, Corea del Norte y China hasta Guant¨¢namo, y la lucha por las igualdades b¨¢sicas en comida, sanidad, educaci¨®n. Lula lo ha visto claro: lucha contra el hambre, medicamentos para todos, ni un ni?o sin educaci¨®n, la justicia como pr¨¢ctica cotidiana. Hasta que exista un proyecto global, ¨¦se es el ¨²nico gran combate democr¨¢tico, aunque su resultado sea incierto.
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