La Alpujarra, justo al lado del cielo
Existe la creencia exagerada y ut¨®pica de que el alpujarre?o es por naturaleza un ser inteligente y sabio, definici¨®n ¨¦sta que, compartida por muchos, bien conviene matizar, por cuanto lo que acontece es sin duda una simple confusi¨®n con esa manera de vivir antigua, hoy extra?a en el mundo moderno por aut¨¦ntica: la de sujetar nuestra conducta y acciones al pensamiento, y m¨¢s en concreto a nuestras palabras. Es decir, ser coherentes y congruentes con nosotros mismos, esencia ¨¦sta de cualquier creaci¨®n y fuente suprema de la vitalidad humana. De ah¨ª el que se diga, y repita, que en la Alpujarra tiene a¨²n sentido la palabra y valor su contenido, o de que se diga e insista que en la Alpujarra todav¨ªa es posible la vida. S¨®lo, hace falta atender o escuchar para aprender el ritmo. No otra cosa fue lo que hizo en los a?os cincuenta el etn¨®logo y arque¨®logo suizo Jean-Christian Spahni, autor del libro La Alpujarra, la Andaluc¨ªa secreta, quien tras varios meses entre nosotros reconocer¨ªa haber encontrado aqu¨ª arriba, "justo al lado del cielo", ese silencio benefactor, que tanto se parece o asemeja, a la felicidad.
S¨ªrvanos por tanto estas palabras cari?osas y sentidas como aviso y recomendaci¨®n a los muchos visitantes y emigrantes retornados de que respeten y preserven, no s¨®lo el paisaje -bell¨ªsimo- de la Alpujarra, sino tambi¨¦n el paisanaje, la dignidad de un pueblo, al que todav¨ªa es posible o¨ªrle latir el coraz¨®n, tesoro ¨¦ste sin el cual de poco o nada sirven las panor¨¢micas. As¨ª como s¨ªrvanos tambi¨¦n para recordarles a todos, principalmente a los gobernantes, de que la soluci¨®n y porvenir de la Alpujarra no est¨¢ en llamar la atenci¨®n a costa de lo que sea, o a cualquier precio, sino que hay que saber d¨®nde se pisa y lo que se hace. Por eso su salvaci¨®n, creo yo, debe pasar siempre por el conocimiento hist¨®rico y geogr¨¢fico de cada uno de sus pueblos, la conservaci¨®n de sus fiestas y tradiciones, el estudio de sus costumbres m¨¢s antiguas y la rehabilitaci¨®n y respeto de la vejez como ense?antes naturales de los m¨¢s j¨®venes, ¨²nica manera de recuperar alg¨²n d¨ªa el orgullo, la identidad y diferencias que les son propias, permitiendo de esa forma frenar o impedir el exterminio aniquilador que le amenaza. Y es en esa tarea ilustradora y aut¨®ctona a la que debemos aspirar y saber contagiar al mayor n¨²mero de gentes estimulando el estudio de las ra¨ªces, la procedencia y origen de nuestros antepasados, la fundaci¨®n de sus pueblos, el mantenimiento y cuidado de su agricultura y arquitectura vern¨¢cula, con especial dedicaci¨®n a la recuperaci¨®n de las acequias, y a un mejor conocimiento y posibilidades de las comunidades de regantes, verdadero sustrato y tejido social de comunicaci¨®n y auto-gobierno. Es decir, es necesario regresar al pasado, para recuperar la memoria del presente y poder volver a so?ar con el futuro. No, no es ning¨²n juego de palabras, es sencillamente el mecanismo de la vida. Ya lo dijo el hispanista anteriormente citado: "El desprecio del pasado [no lo olvidemos] significa el del hombre mismo y, como consecuencia, la muerte ineluctable de un pueblo".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.