La orden no basta
Las dos ¨²ltimas muertes por violencia dom¨¦stica quiz¨¢s no se habr¨ªan evitado con la orden de protecci¨®n inmediata e integral a las mujeres maltratadas ya en vigor, pues no hubo la imprescindible denuncia previa de la situaci¨®n familiar que desemboc¨® en tragedia. Pero han actuado como revulsivo para acelerar su aprobaci¨®n por unanimidad en el Parlamento. El Congreso puso ayer en manos de los jueces un poderoso instrumento legal que, si se utiliza con agilidad y coordinadamente, puede blindar eficazmente a las mujeres frente a sus potenciales agresores dom¨¦sticos.
El juez podr¨¢ acordar en un plazo de 72 horas, y tras la correspondiente denuncia de la mujer que se considere en situaci¨®n de riesgo, toda una serie de medidas penales y civiles de car¨¢cter cautelar contra el supuesto agresor, as¨ª como facilitar a la v¨ªctima el acceso a las ayudas sociales y econ¨®micas previstas para el caso. Salta a la vista que una orden tan compleja, cuyo desarrollo exige una amplia dotaci¨®n econ¨®mica y humana, s¨®lo podr¨¢ ser eficaz si hay recursos y est¨¢n bien coordinados.
El Ministerio de Justicia asegura que habr¨¢ medios suficientes. Pero esos medios ya deber¨ªan estar dispuestos, salvo que se pretenda aplicar la orden de protecci¨®n con los ya existentes, como una tarea a?adida a la plantilla de jueces y polic¨ªas. Por ninguna parte aparece el presupuesto con el que sufragar los mecanismos judiciales, policiales y sociales que se contemplan. Ser¨ªa lamentable que por falta de medios y por insuficiente sensibilizaci¨®n de los agentes que tienen que aplicar la medida, la tan esperada orden quedara desvirtuada en la pr¨¢ctica.
Al menos la cuarta parte de las mujeres asesinadas por sus parejas hab¨ªan denunciado previamente el peligro que corr¨ªan. Y m¨¢s de 27.000 presentaron el a?o pasado denuncias por malos tratos dom¨¦sticos en los juzgados. Si esa situaci¨®n persiste tras la entrada en vigor de la nueva orden habr¨ªa que empezar a hablar de alg¨²n tipo de responsablidad institucional. No basta con legislar, hay que actuar con voluntad y medios materiales para aplicar las leyes.
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