AMEN?BAR Y BARDEM UNEN SUS FUERZAS
El director y el actor dialogan sobre el tetrapl¨¦jico gallego Ram¨®n Sampedro, que luch¨® por su derecho a una muerte digna y cuya vida llevan ahora al cine en 'Mar adentro'. La pel¨ªcula comenzar¨¢ a rodarse en Galicia en septiembre.
Durante 29 a?os, Ram¨®n Sampedro s¨®lo pudo contemplar el mundo desde la ventana de su dormitorio. El tetrapl¨¦jico gallego -a los 26 cay¨® sobre un lecho rocoso al zambullirse en la playa de As Furnas, que conoc¨ªa desde ni?o- se quit¨® la vida el 12 de enero de 1998 despu¨¦s de reclamar sin ¨¦xito ante los tribunales su derecho a la eutanasia. Convertido en un personaje familiar (le visitaban periodistas, curiosos y simpatizantes con su causa de todo el mundo), su lucha conmocion¨® a la opini¨®n p¨²blica.
En 1996, dos a?os antes de su muerte, Sampedro hab¨ªa reunido en un libro las cartas y poemas que logr¨® escribir mediante un aparato que mov¨ªa con la boca. Se titul¨® Cartas desde el infierno, y entre los compradores del libro estaba un joven director de cine, poco amigo de la lectura, que empezaba a ser reconocido por su primera pel¨ªcula, una historia de terror situada en los pasillos de una fr¨ªa facultad madrile?a llamada Tesis.
Amen¨¢bar: "No es una pel¨ªcula sobre la eutanasia, sino sobre un hombre que no quer¨ªa ser bandera de nada"
Alejandro Amen¨¢bar ley¨® el libro de Sampedro y lo guard¨®. "Hab¨ªa algo en aquel libro, en su modo de expresar las cosas, que me atrajo mucho", dice el director de Abre los ojos y Los otros. Basada en la vida y los escritos de Sampedro, Amen¨¢bar rodar¨¢ a finales de septiembre Mar adentro, su cuarto filme y el tercero que escribe junto a Mateo Gil. Un actor cargar¨¢ con la responsabilidad de la historia: Javier Bardem. "Ser¨¢ un intento de acercarse a la historia ¨ªntima de Ram¨®n Sampedro", asegura Amen¨¢bar. "Un melodrama en el que se tratan temas importantes, pero sin voluntad de adoctrinar a nadie. La historia de Ram¨®n estuvo marcada por el drama, pero tambi¨¦n lo estuvo por el humor y el amor. Ten¨ªamos claro que quer¨ªamos escribir una pel¨ªcula que no fuera s¨®rdida y truculenta. Si en Los otros busqu¨¦ el lado oscuro de la familia, aqu¨ª tambi¨¦n quer¨ªa darle la vuelta al tema y que la historia de un hombre que quiere morir fuera, a ratos, divertida, y finalmente, casi optimista. Sampedro ten¨ªa su cabeza muy bien amueblada, ¨¦l persegu¨ªa un prop¨®sito, pero no quer¨ªa ser s¨ªmbolo ni ejemplo de nada. Quiero que ese esp¨ªritu est¨¦ en la pel¨ªcula".
Amen¨¢bar y Bardem se re¨²nen en una casa de los alrededores de Madrid despu¨¦s de unos d¨ªas fuera de la ciudad. El 15 de agosto comenzar¨¢n los ensayos de gui¨®n y a finales de septiembre el equipo se trasladar¨¢ a Galicia. Est¨¢n guapos y morenos, parecen relajados, pero aclaran: "De tranquilos, nada, hoy s¨®lo lo parecemos". Bardem trabaja desde hace semanas con enfermos del Hospital Nacional de Teatrapl¨¦jicos ("desde aqu¨ª les mando un saludo muy fuerte y les digo gracias"). "Uno de los retos", explica el actor, "es que este personaje requiere una anulaci¨®n de lo f¨ªsico, pero con la contradicci¨®n de que el mismo hecho de no poder mover el cuerpo ya es algo muy f¨ªsico. En Carne tr¨¦mula[la pel¨ªcula de Almod¨®var en la que interpretaba a un paral¨ªtico] ya trabaj¨¦ de alguna manera con esa incapacidad, ahora lo tengo que llevar mucho m¨¢s lejos".
Producida por Himen¨®ptero y Sogecine, Mar adentro contar¨¢ con un presupuesto de ocho millones de euros. Javier Aguirresarobe ser¨¢ el director de fotograf¨ªa. Amen¨¢bar adelant¨® al pasado mes de julio el rodaje de una ¨²nica secuencia, la del accidente. En la playa Praia das Furnas (A Coru?a) reconstruyeron la fat¨ªdica zambullida. "Es un accidente muy com¨²n", cuenta Bardem. "Y no est¨¢ mal recordarlo en estas fechas. Curiosamente el 90% de los que lo sufren son hombres, es un accidente que tiene que ver mucho con el deseo de impresionar, aunque en el caso de Sampedro no fue por eso".
Actor y director no se ponen de acuerdo cuando se plantean su posici¨®n frente a la eutanasia ("o muerte digna, hay matices", puntualiza Amen¨¢bar). "Por mucho que pueda imaginar las circunstancias de este personaje, yo no s¨¦ lo que har¨ªa en una situaci¨®n similar", asegura Bardem. "Ni f¨ªsica ni emocionalmente s¨¦ cu¨¢l ser¨ªa mi reacci¨®n. Entiendo, respeto y admiro lo que ¨¦l quer¨ªa, pero no s¨¦ si lo comparto. En cualquier caso, mi opini¨®n no importa, ni siquiera mi admiraci¨®n hacia Ram¨®n importa. Como actor tengo que trabajar para que lo que yo piense sobre ¨¦l no interfiera. A los personajes no se les juzga, porque, si no, nos ponemos por encima de ellos, pensando que nuestra opini¨®n les aporta algo. Yo soy el veh¨ªculo, y para serlo tengo que desprenderme de mis prejuicios, favorables o desfavorables".
"Como director tengo que posicionarme", dice Amen¨¢bar. "Estoy a favor de la eutanasia, pero no creo que ¨¦sta sea una pel¨ªcula sobre la eutanasia, sino sobre Ram¨®n Sampedro. Su car¨¢cter individualista est¨¢ muy presente, era muy gallego, no quer¨ªa ser bandera de nada. Creo que la eutanasia apenas se menciona en el gui¨®n, quiz¨¢ una vez o dos".
"Lo admirable de Ram¨®n", contin¨²a Bardem, "es que fue consecuente con su forma de entender la vida; en todo momento mantuvo la integridad de su discurso". "Era un hombre vitalista, un amante de la vida, de la buena vida", a?ade Amen¨¢bar. Bardem prosigue citando a otro tetrapl¨¦jico c¨¦lebre: "Stephen Hawkins no rechaza la vida, porque su vida es su cerebro, tiene lo que necesita, pero Sampedro era un hombre muy f¨ªsico, y lo consecuente para un hombre como ¨¦l era rechazar aferrarse a una existencia que no le permit¨ªa disfrutar de su cuerpo". "Ram¨®n", a?ade el actor, "normaliz¨® la idea de la muerte. Es muy bonito lo que dice en Cartas desde el infierno, porque te pone en contacto con la idea de la impotencia del hombre, de la no trascendencia del ser humano". "Es curioso c¨®mo la personalidad de Ram¨®n te permite desdramatizar y pas¨¢rtelo bien con ¨¦l", apunta Amen¨¢bar. "Su magnetismo era enorme".
Amen¨¢bar y Bardem se escuchan con atenci¨®n. Se dejan hablar y, coincidan o no, no se corrigen y apenas se apostillan. Dicen que se alimentan el uno del otro, y que, aunque los dos tienen una personalidad fuerte, no hay lucha de poder entre ellos. Bardem defiende su ego ("el actor lo necesita, es su motor; si no, no ser¨ªa capaz de subirse a un escenario"), y explica: "El problema es cuando ese ego se interfiere con la humildad. Lo importante es saber que lo interesante es lo que contamos, lo que representamos, y nunca nosotros". "Yo necesitaba a un actor autor", dice Amen¨¢bar. "Alguien con la capacidad y la necesidad de explorar". "Si hay algo que he aprendido", contin¨²a el director, "es que el oficio del actor es muy dif¨ªcil, y soy partidario de darles toda la seguridad posible, la mayor libertad. ?ste es un papel muy complicado, y ¨¦l lo tiene que sacar de dentro. Mantenemos conversaciones, planteamos preguntas y ¨¦l trabaja sobre eso. Yo no quiero que se obsesione con el texto. Al principio de mis pel¨ªculas era muy reacio a cambiar nada, pero con los a?os, y con una experiencia como Los otros, lo que me importa es perseguir otra cosa que est¨¢ m¨¢s all¨¢ de lo escrito, una verdad que est¨¢ muy relacionada con esa libertad del actor".
"?l es autor, y yo en cierto modo tambi¨¦n lo soy", afirma Bardem. "Si hay un choque entre el director y el actor, puede ser un problema, pero lo normal es que se convierta en una dial¨¦ctica necesaria y positiva. El problema s¨®lo surge cuando eso se transforma en una lucha de poder, algo est¨¦ril y terriblemente doloroso. Alejandro me ha dado su confianza, y eso, de momento, me relaja un poco".
Bardem asegura que, por ahora, todos sus proyectos americanos est¨¢n "en el aire". "Lo de la pel¨ªcula sobre Pablo Escobar es cierto, pero, una vez m¨¢s, el mejor proyecto era en mi lengua, y eso me hizo no dudar". "Cuenta la historia de tu aldea y contar¨¢s la del mundo", a?ade con media sonrisa.
Un hombre frente a la ventana
Javier Bardem interpretar¨¢ en Mar adentro a un hombre casi treinta a?os mayor que ¨¦l. Engordar¨¢, se quedar¨¢ calvo y envejecer¨¢. "Me preocupa la honestidad de la propuesta, incluida la propuesta f¨ªsica. No quiero exhibicionismo. No quiero ser un actor interpretando a Ram¨®n, sino Ram¨®n".
"?l era un hombre que seduc¨ªa con la palabra", a?ade el actor. "S¨ª, su arma era la palabra", contin¨²a Amen¨¢bar, "pero tambi¨¦n era su drama, porque era lo ¨²nico que ten¨ªa".
En los 29 a?os que Ram¨®n Sampedro permaneci¨® en cama no hizo otra cosa que leer y hablar. "Era un hombre muy curioso, muy inquieto, recib¨ªa muchas visitas y ten¨ªa una capacidad incre¨ªble para atrapar a la gente, para llevarles a su terreno". Para Amen¨¢bar, la idea de un hombre clavado de por vida frente a una ventana era poderosamente cinematogr¨¢fica. "El concepto mar y el concepto ventana son esenciales en esta historia. La ventana era su puerta al mundo, y por esa ventana pueden ocurrir muchas cosas. No quer¨ªamos hacer una obra de teatro enclaustrada en una habitaci¨®n, ¨¦sta es la historia de Ram¨®n, pero tambi¨¦n lo es de la gente que le rode¨®".
"Es una historia de amor", afirma Bardem. "La historia de amor m¨¢s grande que se me ocurre. El amor como generosidad, el amor como renuncia de lo que m¨¢s deseamos". "En la historia de Ram¨®n Sampedro est¨¢n todas las formas de vivir el amor posibles", a?ade Amen¨¢bar. "S¨ª, el maternal, y el sexual y todos los que se puedan imaginar".
Con el reparto de la pel¨ªcula sin cerrar ("la presencia de las mujeres fue muy importante en su vida y eso se reflejar¨¢"), Amen¨¢bar asegura que ser¨¢ una pel¨ªcula m¨¢s naturalista que realista. El director cuenta como antes de decidirse a escribir el gui¨®n investig¨® la figura de Sampedro, que grab¨® su muerte en v¨ªdeo para evitar que inculparan a quienes le ayudaron a morir. M¨¢s all¨¢ de lo que hab¨ªa le¨ªdo, quer¨ªa conocer a las personas que le trataron y quisieron. "Me entrevist¨¦ con su familia, con sus amigos, y fue entonces, al hablarme ellos de ¨¦l, cuando me decid¨ª a contar su historia. En enero de este a?o, Mateo y yo ya ten¨ªamos una primera versi¨®n escrita. La ley¨® primero una amiga muy directa de Ram¨®n, que adem¨¢s es un personaje, y para ella fue como reencontrarse con ¨¦l. Luego la ley¨® la familia, y les gust¨® el respeto con el que tratamos su figura y su historia".
Por primera vez Amen¨¢bar contar¨¢ una historia cuyo final no ser¨¢ una sorpresa para nadie. "Sabemos el final, pero no sabemos d¨®nde termina esta historia. Adem¨¢s, porque se conozca no ser¨¢ menos emocionante".
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