Marbella y la amnesia del PP
Quienes hemos padecido el papel jugado por el PP en la nefasta traves¨ªa del gilismo por Marbella, no somos amn¨¦sicos. En 1991 irrumpe el GIL en Marbella. Para el entonces impaciente PP, harto de estar en la oposici¨®n, fue motivo de alegr¨ªa que el GIL arrebatara una alcald¨ªa a los socialistas, que gobernaban desde 1979. Diezmada IU, el PSOE, comenz¨® a intervenir como ¨²nica oposici¨®n al GIL, mientras el PP guardaba c¨®mplice silencio. Las denuncias de entonces han sido decisivas para la inhabilitaci¨®n de Jes¨²s Gil y, la entrada en descomposici¨®n pol¨ªtica de su partido.
En las municipales de 1995 la mancha GIL se hizo extensible a Estepona y Casares. La primera por voluntad de las urnas, la segunda, a trav¨¦s de la compra de ediles socialistas. Comenzaba as¨ª la fechor¨ªa gilista pasando de la corrupci¨®n econ¨®mica a la pol¨ªtica. Simult¨¢neamente, el GIL compr¨® a ediles de IU en Manilva y present¨® junto al PP una exitosa moci¨®n de censura contra su alcalde socialista. El vuelco electoral hacia el conservadurismo en este litoral fue profundo. El PP accedi¨® a las alcald¨ªas de V¨¦lez-M¨¢laga, Nerja, Rinc¨®n de la Victoria, M¨¢laga, Torremolinos, Fuengirola y Benahav¨ªs. Ben¨¢lmadena cay¨® en manos de un ex-militante del PP. Los populares se frotaban las manos pensando que el mapa electoral local contribuir¨ªa a la inminente llegada de Aznar a la Moncloa.
No debe el PP sacar pecho, pues no s¨®lo no est¨¢ virgen sino que su relaci¨®n pasada con el gilismo y el transfuguismo de sus despojos no son antecedentes ¨¦ticos que emular
A mediados 1995, y en el fragor de una cruzada anti-PSOE, tuvo lugar el gran pacto GIL-PP. A cambio del voto de GIL para el acceso del PP a la Presidencia de la Diputaci¨®n de M¨¢laga, los populares se comprometieron a que sus cuatro ediles del municipio de Benahav¨ªs votaran al ¨²nico concejal con que contaba el GIL para que representara a dicho municipio en la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental. As¨ª, el voto de este gilista facilit¨® que Jes¨²s Gil en persona obtuviera la Presidencia de este importante ¨®rgano supramunicipal. En este pacto participaron los dirigente del PP Javier Arenas y Manuel Atencia, encarg¨¢ndose de su ejecuci¨®n la hoy presidenta del PP de Marbella Angeles Mu?oz Oriol, vecina de Benahav¨ªs.
A mediados de 1998, el PP dio su apoyo al GIL en la monstruosa revisi¨®n del PGOU de Marbella, cuya consumaci¨®n legal ser¨ªa abortada por la Junta de Andaluc¨ªa. En agosto de ese a?o, las encuestas vaticinaban un avance electoral del GIL. Frenado el trasvase de votos procedente de la izquierda, este incremento del gilismo ser¨ªa a costa de un electorado conservador que en anteriores comicios hab¨ªa votado PP. Jes¨²s Gil hizo p¨²blico su pretensi¨®n de acceder a gobernar el estrat¨¦gico tri¨¢ngulo fronterizo, La L¨ªnea de la Concepci¨®n, Ceuta y Melilla, donde el contrabandeo, la econom¨ªa sumergida y el malestar de sus poblaciones podr¨ªan ser caldo de cultivo para extender sus negocios. Este salto pol¨ªtico caus¨® enorme preocupaci¨®n en Madrid, principalmente en la esfera de las relaciones internacionales, en aquel momento deterioradas en el caso de Gibraltar y delicadas con el Reino de Marruecos.
Se inici¨® una mutaci¨®n en la seductora relaci¨®n del PP con el GIL, no sin que continuaran arrastrando lastres contradictorios del reciente pasado, como el relevo en la direcci¨®n del PP de Marbella de Alfonso Carlos Guti¨¦rrez de Rav¨¦, parlamentario andaluz y portavoz municipal, que ser¨ªa acusado por la direcci¨®n de su partido de colaboracionista con el GIL. Rav¨¦ dijo que no entend¨ªa lo que le estaba ocurriendo, ya que hab¨ªa sido siempre un militante muy disciplinado, que hizo en todo momento lo que la direcci¨®n del PP le hab¨ªa ordenado, entre otras cosas apoyar al GIL en la Diputaci¨®n. Fue sustituido, no casualmente, en la presidencia del PP de Marbella, por Angeles Mu?oz Oriol, militante de la confianza de Arenas.
Las elecciones municipales del 2000 confirmaron las tendencias previstas. El GIL avanz¨® a costa del voto del PP en Mijas, Ben¨¢lmadena, Estepona, Fuengirola, Manilva, Casares y Ronda; mientras el PSOE recuperaba votos en esos municipios con las excepciones de Ronda. Las ganancias electorales del GIL fueron abundantes en Ceuta, Melilla, La L¨ªnea de la Concepci¨®n, San Roque... El PP entendi¨® el mensaje y entr¨® a formar parte de un acertado pacto entre las fuerzas democr¨¢ticas para frenar al GIL. El PP perdi¨® la Diputaci¨®n al no contar ya con el voto de un GIL irritado ante la irremediable entrada del PP en el pacto anti-gilista.
La historia posterior es m¨¢s conocida: Gil comienza a ser abrumado por los procedimientos judiciales e, inicia su desmoronamiento en aquellos municipios donde ha quedado en la oposici¨®n: a sus for¨¢neos ac¨®litos no les interesa permanecer en sus sillas consistoriales si no hay poder municipal donde obtener pelotazos. Sus desideologizados fieles, a los que tan solo les une el saqueo al inter¨¦s general, inician el s¨¢lvese quien pueda, y se rebelan contra el jefe Gil que no puede mantener en las suculentas n¨®minas a quienes no han tocado poder. Estos van encontrando la protecci¨®n, el calor y la acogida en la generosa red que le tiende el PP: en San Roque, La L¨ªnea y Estepona el PP se hace con las alcald¨ªas absorbiendo a los gilistas y rompiendo los pactos antigilistas.
Fue Arenas, art¨ªfice directo de toda esta operaci¨®n, quien desde su casa residencial cercana a Marbella, en Benahav¨ªs, acompa?ado por la fiel Angeles Mu?oz, program¨® todo con aquellos que aparec¨ªan como actores secundarios del gilismo, pero que al final eran los decisorios en las localidades citadas.As¨ª, hasta el pasado mes de julio, en que la Comisi¨®n Provincial de Urbanismo de la Junta rechaz¨® el nuevo texto refundido que sobre el planeamiento marbell¨ª presenta el alcalde Juli¨¢n Mu?oz. C¨®mo no, la representaci¨®n institucional y municipal bajo gobierno del PP volvi¨® a estar ausente y con ello eludi¨® tenerse que pronunciar sobre las dr¨¢sticas medidas que all¨ª tom¨® la Junta.
En estas mismas fechas, el PP plantea en el Parlamento de Andaluc¨ªa una comisi¨®n de investigaci¨®n sobre el urbanismo en el litoral, pero cuando relaciona los municipios a investigar excluye a todas aquellas corporaciones costeras donde gobiernan ellos. ?Puede haber existido alguna vez en la pol¨ªtica mayor desfachatez?
Tampoco es casualidad que dos instituciones que estaban investigando la corrupci¨®n en Marbella y sus conexiones, sufren en estos d¨ªas de la regeneraci¨®n que nos prometiera Aznar: la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n, con la defenestraci¨®n de su fiscal jefe Carlos Jim¨¦nez Villarejo, y la supresi¨®n de la divisi¨®n del Centro Nacional de Inteligencia que persegu¨ªa delitos de corrupci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica.
No debe por tanto el PP sacar pecho en estos momentos sobre lo que acontece en Marbella, pues no s¨®lo no est¨¢ virgen sino que su relaci¨®n pasada con el gilismo y el transfuguismo de sus despojos no son antecedentes ¨¦ticos que emular.
Otra hubiese sido la actitud del PP en esta crisis, si no hubiera estado tan atento a aprovechar la surgida en la autonom¨ªa madrile?a ¨®, si el nada tonto de Jes¨²s Gil le hubiera dado al PP la alcald¨ªa de Marbella, incluida la competencia de urbanismo. Entonces hubi¨¦ramos visto a un Mariano Rajoy, tras el Consejo de Ministros, justificando en base al inter¨¦s general y a la gobernabilidad de Marbella la entrada del PP en la operaci¨®n. Frustrada esta pretensi¨®n, el PP se ha quedado a la sombra para aprovechar las consecuencias que se deriven de esta incomprensible moci¨®n de censura, entre ellas la de engordar con los "independientes" perdedores de este envite su actual raqu¨ªtico grupo municipal.
Joaqu¨ªn Ram¨ªrez, Presidente del PP de M¨¢laga y copart¨ªcipe de la ruptura del pacto anti-GIL en la pasada legislatura, con el objeto de hacerse con gobiernos locales, abrazando a los ediles procedentes del mafioso club financiero-inmobiliario, se ha manifestado estos d¨ªas sobre la actual crisis que asola Marbella diciendo que el PP es la ¨²nica opci¨®n pol¨ªtica coherente en su no relaci¨®n con el GIL tal y como siempre ha hecho gala. ?A qui¨¦n pretende c¨ªnicamente a estas alturas del gui¨®n seguir enga?ando?
Juan Ignacio Trillo Huertas es delegado de la Consejer¨ªa de Medio Ambiente de la Junta de Andaluc¨ªa en M¨¢laga.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.