El hombre sin cari?o
Perico Fern¨¢ndez hizo anoche lo que millones de espa?oles desean hacer todos los domingos: zurrarle al ¨¢rbitro. Seguramente ser¨¢ su ¨²ltimo combate, el final de la aventura de este chico del hospicio que a los 17 a?os se subi¨® al ring para devolverle los golpes a la vida sin pensar que, al final, casi siempre gana la vida. En el camino ha despilfarrado una fortuna de 20 millones de pesetas en premios y una fama de televisi¨®n nocturna: "?A que me l¨ªo a tortas?", tartamudeaba, y todos nos re¨ªamos. Qu¨¦ t¨ªo m¨¢s bruto, pens¨¢bamos. "Mi mujer se cas¨® con el campe¨®n del mundo, no con el hombre", viene diciendo desde hace meses en las revistas y en la televisi¨®n, y ¨¦sa es la m¨¢s sustancial diferencia entre Fern¨¢ndez y Su¨¢rez a d¨ªa de hoy. Disculpen la introducci¨®n tan larga.
Amparo Illana y Adolfo Su¨¢rez han aparecido retratados en todos los peri¨®dicos bailando agarrao en un pueblecito de Galicia. M¨¢s que bailar, parece que do?a Amparo sostiene a Su¨¢rez. Ella no se cas¨® con el presidente del Gobierno, y no parece que le importe que su marido tenga el aire de un boxeador sonado.
Al tah¨²r del Misisip¨ª, como le llam¨® Alfonso Guerra, se le ha agotado la chistera: las elecciones vascas, catalanas y el refer¨¦ndum andaluz han dejado en el cubo de Rubik de la Espa?a de las autonom¨ªas todos los colores menos el amarillo de UCD. Claro que, en el caso andaluz, un poco de culpa s¨ª que tiene el Gobierno. Menuda pregunta: "En el caso de que el caballo blanco de Santiago fuera negro, ?podr¨ªa darse el caso de que Kunta Kinte fuera blanco o prefiere usted que el Estatuto de Andaluc¨ªa se rija por el art¨ªculo 143?". Y menuda respuesta propon¨ªa el Gobierno: ?la abstenci¨®n!
La moci¨®n de censura de Gonz¨¢lez casi le tumba. La oposici¨®n socialista es dura, pero hay que ver lo duros que son los suyos. "?Cuerpo a tierra, que vienen los nuestros!", es la broma de Rodolfo Mart¨ªn Villa. La casa de los Roper es una balsa de aceite comparada con la UCD. Hay mill¨®n y medio de parados, y ETA mata todo lo que puede, y puede mucho. Manuel Fraga coment¨® ayer en El Progreso de Lugo: "El terrorismo acabar¨¢ cuando mueran m¨¢s terroristas que guardias". Fraga siempre ha tenido soluciones para todo.
Ante tal panorama, Su¨¢rez se ha colocado en posici¨®n fetal, como sol¨ªa boxear Perico, a la espera de colocar un gancho que casi nunca llegaba. En realidad, la estrategia de Perico, la m¨¢s rara de la historia del boxeo, consist¨ªa en convertirse en un saco de entrenamiento para agotar al rival. Todo un a?o perdiendo elecciones: ?pero no me quer¨ªan los espa?oles?
Lo peor es que los dem¨¢s act¨²an como si Su¨¢rez ya no contara. Jordi Pujol ha dicho algo curioso: "Si lo hacemos bien, en veinte a?os todos en Catalu?a hablar¨¢n indistintamente catal¨¢n y castellano". ?Piensa Pujol mantenerse veinte a?os como presidente de la Generalitat? Por lo menos, ¨¦l s¨ª es jefe de su partido, no como Xabier Arzalluz, que manda en la sombra con esa sonrisa que recuerda a J. R. saludando a su hermano, el lehendakari Bobby, siempre en segundo t¨¦rmino.
Despu¨¦s de veranos pol¨ªticos en Catalu?a, veranos atl¨¦ticos en Mallorca, veranos hiperactivos en Brasil, Su¨¢rez se ha refugiado en el abrazo de su mujer Amparo en un verano depresivo en Galicia. Una idea ser¨ªa exportar a Su¨¢rez: en estos d¨ªas en que algo se mueve en Polonia, con las huelgas de Solidarnosc. A lo mejor Su¨¢rez podr¨ªa echarles una mano. Adolfo Su¨¢rez, transiciones a domicilio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.