Cantaoras gitanas

Supongo que fue un azar que las cuatro cantaoras programadas en esta gala del festival sean gitanas. Ah¨ª se acaban, casi por completo, las afinidades entre ellas. Son distintas, tienen diferentes maneras de encarar el cante, lo interpretan con sentimiento flamenco m¨¢s convincente unas que otras.

La m¨¢s convincente fue Esperanza Fern¨¢ndez. Es una trianera convencida ella misma de la excelencia de un arte al que ha entregado su vida. Cantaora total, capaz de dise?ar cada tema como una verdadera joya: las entra?ables canti?as de Pinini, con ecos de Rosario la del Colorao; las siguiriyas, grandeza de principio a fin; los tangos, estilo del que la mayor¨ªa de los cantaores hacen hoy melopeas insoportables mientras Esperanza los mueve con gracia enorme; las buler¨ªas, con esas paradas que hace sublimando el son festero y su fulgor deslumbrante. Tambi¨¦n convenci¨® Remedios Amaya, arropada por su familia -las Peligro, su hija Samara, su hermano Alejandro- y el joven guitarrista Juan Diego. Remedios cant¨® algunos de esos temas r¨ªtmicos que ella ha hecho populares, pero sonando su voz muy flamencamente, muy hermosamente. Y a solas con el guitarrista, se aventur¨® por los temas de esta tierra -la taranta, la cartagenera-, que canta absolutamente a su aire, pero con rajo y jondura. Encarnaci¨®n Fern¨¢ndez y Mar¨ªa Vargas no parecen hallarse en un gran momento. La primera gan¨® m¨¢s de una vez la L¨¢mpara Minera en este concurso de La Uni¨®n, pero hoy raramente la programan. Mar¨ªa Vargas, cuya voz y cuyo cante me cost¨® trabajo reconocer, no logr¨® remontar una cierta incapacidad personal.