"El flamenco es el arte del coraz¨®n"
Son las nueve menos cinco de la noche del 16 de julio. A las diez en punto, Sara Baras presenta en el Gran Teatro de C¨®rdoba Mariana Pineda, su ¨²ltimo espect¨¢culo. La entrevista tendr¨ªa que haber empezado a las ocho, pero Sara no aparece. Angustia. Se supone que dispondremos de poco tiempo. Tendr¨¢ que peinarse, maquillarse, vestirse, aislarse antes de enfrentarse al p¨²blico. La periodista escruta las esquinas esperando ver el coche en el que se supone que viene. Una voz ronca y suave interrumpe la vigilancia: "Hola, soy Sara. Perdona, he tenido que venir andando. Vente conmigo al camerino". Con Sara Baras m¨¢s vale no suponer. Camerino: cigarrillos rubios y leche manchada de caf¨¦. Sara se va haciendo el mo?o y charla por los codos. Una charla amigable, c¨¢lida, blanca como las azoteas de su C¨¢diz, de muchacha a la que no se le echar¨ªan los 30 a?os cumplidos, en la que se sigue adivinando a aquella alumna deslumbrante de la escuela de baile de Concha Baras en San Fernando. La mejor alumna, digna hija de su madre.
"Me gusta ense?ar. Tengo mucha paciencia y la suerte de tener a mi madre; ella, como maestra, es algo excepcional"
"Cuando empec¨¦ hab¨ªa bailaoras buen¨ªsimas, pero casi todos los personajes que estaban arriba eran hombres"
"Leer me encanta, y tambi¨¦n la m¨²sica. Y otra cosa que hago cuando tengo un rato es pintar mandalas"
Pregunta. Me llama la atenci¨®n de usted que, cuando le alaban el talento, salta con que lo principal es el trabajo.
Respuesta. Es que aqu¨ª nos quedamos en el ?ay que ver qu¨¦ arte tiene!, y no, no es eso; hay una cantidad incre¨ªble de trabajo. Si es verdad que hay talento, eso tiene que ir acompa?ado de horas de entrenar. Ni de broma creo yo que el baile sea como antiguamente, que s¨ª es verdad que el flamenco era puro arte. Hoy repites durante horas un movimiento, y te tiras al suelo a hacer abdominales, y trabajas la resistencia, la elasticidad, el fondo, en fin, y perfeccionas sobre todo la t¨¦cnica, que es lo que te permite luego adaptar el baile a tu personalidad. Por eso es por lo que yo hablo del trabajo.
P. Usted es la primera bailaora en mucho tiempo que est¨¢ apostando por una renovaci¨®n del flamenco. ?A qu¨¦ se debe eso?
R. El flamenco siempre ha sido machista. Yo creo que hasta en eso he tenido suerte, porque cuando empec¨¦ hab¨ªa bailaoras buen¨ªsimas, pero casi todos los personajes que estaban arriba eran hombres. No es que yo haya llegado gritando que las mujeres tambi¨¦n podemos, pero ha coincidido que aparece la compa?¨ªa de una mujer y la gente ten¨ªa ganas de baile de mujeres. A estas alturas s¨ª es verdad que a m¨ª me impresiona no tanto ad¨®nde pueden llegar mi baile ni mi persona, pero s¨ª mi compa?¨ªa.
P. Su apuesta por la innovaci¨®n le ha tra¨ªdo acusaciones de poco flamenca.
R. Eso me pasaba con Juana la Loca. La gente me dec¨ªa: "?Tengo unas ganas de verte bailar por alegr¨ªas!". Y claro, yo eso lo hago cada vez que quiera. Lo que no sab¨ªa era si pod¨ªa hacer una obra en que interpretase un personaje que ya para m¨ª era un escal¨®n que subir. Con Juana la Loca fue un reto. Era meter una coreograf¨ªa, un vestuario, una m¨²sica, un mont¨®n de cosas que lleva una compa?¨ªa. Que lo de antes estaba muy bien, pero esto cambia mucho. Por eso me siento tan orgullosa de tener una compa?¨ªa que vaya manteni¨¦ndose y que encima sea un equipazo. Y claro, si te duele la barriga, dices: "?Ni de co?a! ?Tengo que bailar!". Porque son treinta y tantas familias, y es algo tuyo, y eso te asusta, pero la satisfacci¨®n que tienes al final no es la misma.
P. Es gente muy jovencita.
R. Es que en la gente m¨¢s joven hay naturalidad, y a m¨ª me gusta ese aire, aunque tengan defectos en su baile, pero se entregan m¨¢s. Pero vamos, que tampoco hay nada preconcebido. Tambi¨¦n hay alguna ni?a que tiene 27, pero es verdad que su talante y sus maneras son muy lindos. Son ni?as humanas, con una ilusi¨®n, con una preparaci¨®n, intentando que haya un nivel en la compa?¨ªa que sea bueno.
P. El ser hija de una profesora de baile le habr¨¢ dejado gusto por la ense?anza.
R. Claro. Me gusta ense?ar. Tengo mucha paciencia y la suerte de tener a mi madre, y mi madre como maestra es algo excepcional, porque ense?a de un modo que te sale tu manera de ser, no la de ella, y eso me parece en el flamenco alucinante, porque es como darle todav¨ªa m¨¢s personalidad.
P. Y esa personalidad permite que el flamenco evolucione.
R. S¨ª, eso pasa con todo. Porque un cantaor sea muy de verdad no puedes esperar ya que todo sea de garganta. El Cigala cantando un bolero a m¨ª me emociona lo mismo que por seguiriyas. ?Sabes lo que te digo? A m¨ª me parece alucinante que El Cigala estudie otro tipo de m¨²sica, y eso no le quita autenticidad. Igual le pasaba a Camar¨®n. Camar¨®n es, con Paco de Luc¨ªa y Carmen Amaya, lo m¨¢s importante que ha dado el flamenco, y los tres han sido revolucionarios.
P. Carmen Amaya revolucion¨® el baile de mujeres.
R. Totalmente. Nadie met¨ªa los pies y ella viene con los pies r¨¢pidos, fuertes, y encima se adapta mejor f¨ªsicamente al baile flamenco. Me parece impresionante que una mujer en esa ¨¦poca, con una familia como la que ella ten¨ªa, porque tir¨® de toda la familia, consiguiera hacer lo que hizo. Igual que Paco de Luc¨ªa, que toca la guitarra de una forma en que nadie la ha tocado antes, y claro que sabe tocar una taranta, pero me parece importante que, si uno de los grandes comunica bien de esta manera, los que vengamos detr¨¢s intentemos aprender otras cosas.
P. Da la impresi¨®n de que tiene claro d¨®nde est¨¢ y que no se va a cortar por la reacci¨®n que pueda provocar.
R. Yo creo que soy una persona muy honrada. No pretendo quedarme con nadie ni vender nombre para vender m¨¢s entradas. Yo pretendo bailar muy bien y aprender cosas nuevas, sin crear nada, porque todo est¨¢ inventado, y lo grande del flamenco es que es tu personalidad la que hace que se te vea como algo diferente. A m¨ª me pasa que alucino con tantas cosas que intento aprender. Siento que cada a?o voy aprendiendo, y es como no dejar de construirte, porque te das cuenta de que, cuanto m¨¢s sabes, m¨¢s te queda por saber. Me parece que el flamenco es el arte del coraz¨®n, el arte que m¨¢s fuerza necesita, m¨¢s fuerza y m¨¢s deseo de que nosotros expresemos algo.
P. ?Ha tenido alg¨²n momento de crisis?
R. S¨ª, s¨ª, y en esos momentos tengo una familia. Muchas veces acabo la funci¨®n y me voy a C¨¢diz, aunque sea un d¨ªa, porque necesito cargarme de energ¨ªa, porque cada vez la responsabilidad es mucho m¨¢s grande, porque, aunque t¨² te sigas sintiendo la misma, para la gente ya eres alguien, y cambiar de espect¨¢culo es algo precioso, pero tienes el miedo de decir: "?Y si me he equivocado esta vez?". Porque, aunque la aceptaci¨®n del espect¨¢culo sea cuesti¨®n de gustos, me importa que sea una cosa digna. Por ejemplo, en una de las cr¨ªticas de esta obra se destacaba la limpieza del cuerpo de baile, y me encant¨®, porque conseguir eso supone trabajar un d¨ªa y otro d¨ªa.
P. ?Qu¨¦ le da su madre para reponerla?
R. Cuchara, cuchara. Cuando llamo a casa y digo: "Mam¨¢, que voy", pues ya s¨¦ que me tiene mis lentejas, las cosas de mi madre, que para m¨ª son lo mejor del mundo, claro, como para cada uno las de su madre. Pero encima es que me miman cuando voy. Lo t¨ªpico. Que tengo fr¨ªo, pues me tapa con la mantita. Eso no est¨¢ pagado.
P. La normalidad es necesaria.
R. S¨ª, es que yo llego a C¨¢diz y le digo a mi madre: "Mam¨¢, d¨¦jame que yo baje a comprar el pan", y me voy a comprar el pan como toda la vida. A lo mejor hay gente a la que no le supone nada, pero para los que estamos todo el d¨ªa por ah¨ª es necesario llegar a casa y poder bajar al perro, y a lo mejor el de la tienda te dice que te ha visto en la tele, pero te lo dice con naturalidad. A m¨ª en C¨¢diz me dice la gente muchas cosas, pero siempre con un cari?azo...
P. ?Tiene tiempo para leer?
R. Intento sacarlo. Leer me encanta, y tambi¨¦n la m¨²sica. Y otra cosa que hago cuando tengo un rato es pintar mandalas, que son esos dibujos circulares que a veces tienen un mensaje, o que se leen de dentro afuera, que te ayudan en la relajaci¨®n. Yo tengo libros y libros de mandalas. Las coloreo y a veces se las regalo a mis amigos.
P. ?Por qu¨¦ causa derramar¨ªa hasta la ¨²ltima gota de sangre?
R. Yo, por los ni?os.
P. ?Ha pensado en tener uno?
R. Ahora no puedo, pero los domingos la gente de la compa?¨ªa se trae a sus hijos y todos acaban metidos conmigo en el camerino.
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