La chatarrer¨ªa de Gij¨®n fue tambi¨¦n el origen de la alarma radiactiva de la semana pasada
La ropa de los empleados de la empresa asturiana no ha resultado contaminada
La fuente radiactiva detectada el pasado 7 de agosto en un cami¨®n cargado de chatarra a su entrada a la empresa Nervacero, en Vizcaya, proced¨ªa de la misma chatarrer¨ªa asturiana en la que el d¨ªa 11 se descubri¨® que 200 toneladas de chatarra estaban contaminadas con cesio 137: la empresa Daniel Gonz¨¢lez Riestra SL, de San Andr¨¦s de los Tacones, junto a Gij¨®n. As¨ª lo afirm¨® ayer el Consejo de Seguridad Nuclear. La inspecci¨®n de este organismo en la empresa no encontr¨® presencia radiol¨®gica en la ropa de los empleados, aunque se les someter¨¢ a m¨¢s pruebas.
El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha descartado contaminaci¨®n radiol¨®gica en la ropas de los siete trabajadores que estuvieron en contacto con las 200 toneladas de chatarra que se impregnaron de radiactividad al ser trituradas junto a un instrumento que contenia cesio 137. A los operarios de la empresa asturiana se les est¨¢n haciendo m¨¢s pruebas. Tampoco hab¨ªa presencia radiactiva en las taquillas donde guardaban la ropa, dicen en el CSN.
S¨ª hay, en cambio, radiactividad en varios montones de chatarra, en la trituradora que la muele, en los filtros de las aspiradoras y en las cintas transportadoras. Todo ello ha quedado aislado, protegido e inutilizado hasta que el material se limpie o sustituya por otro y los montones de chatarra contaminada salgan de all¨ª. Enresa, la empresa p¨²blica encargada de eliminar los residuos radiactivos, calcula que emplear¨¢ unos 15 o 20 d¨ªas en medir y segregar la chatarra contaminada, "de baja y media actividad", para despu¨¦s trasladarla hasta el cementerio de residuos radiactivos de El Cabril (C¨®rdoba).
Hasta ayer por la ma?ana, el CSN dudaba si la alarma que salt¨® en Vizcaya el pasado 7 de agosto ten¨ªa relaci¨®n con la del d¨ªa 11. Pero despu¨¦s asegur¨® que ambas fuentes radiactivas proced¨ªan de la misma chatarrer¨ªa, Daniel Gonz¨¢lez Riestra S. L. Esta empresa est¨¢ adscrita voluntariamente a un protocolo de seguridad radiol¨®gica, en virtud del cual instal¨® un arco de seguridad hace ocho meses para detectar la presencia de radiactividad en los metales que manejan.
?Por qu¨¦ no salt¨® la alarma en este p¨®rtico de seguridad cuando sali¨® el cami¨®n que transportaba chatarra hasta Vizcaya el d¨ªa 7 de agosto? El peri¨®dico asturiano La Nueva Espa?a recogi¨® ayer la opini¨®n del padre del camionero, que tambi¨¦n trabaja como transportista para la chatarrer¨ªa: el arco estaba averiado la pasada semana, afirm¨® este hombre. El CSN no habla de aver¨ªas, aunque tampoco las descarta. "Es raro que no funcionara la semana pasada y ¨¦sta s¨ª". Pero no lo comprobaron. "A lo mejor es que la primera fuente de radiactividad estaba encapsulada y el arco no lo detect¨®", aventura Francisco Morales, asesor de Comunicaci¨®n del CSN.
Por fortuna la alarma funcion¨® en Nervacero (Vizcaya) a la entrada del cami¨®n, antes de la fundici¨®n. Despu¨¦s pasaron cuatro d¨ªas hasta que otro cami¨®n que sal¨ªa desde la empresa asturiana hizo saltar, esta vez s¨ª, la alarma, lo que se comunic¨® al Consejo Nuclear, que ha detectado radiactividad en 200 toneladas de chatarra.
Exposici¨®n
El Consejo no cree que los trabajadores hayan estado expuestos mucho tiempo a la radiactividad detectada en la chatarrer¨ªa gijonesa porque, asegura, s¨®lo hubo emisiones cuando se tritur¨®, justo "la misma ma?ana" en que se carg¨® el cami¨®n que hizo saltar la alarma.
El CSN reconoce que no inspecciona estas empresas que, voluntariamente, se han acogido a las normas de seguridad. "Nuestra obligaci¨®n es asesorarlas si lo piden, porque est¨¢n adscritas al protocolo de forma voluntaria". El protocolo firmado en noviembre de 1999 por el CSN compromet¨ªa al organismo a "inspeccionar el sistema de vigilancia y control establecido por la empresa adscrita", algo que no se ha hecho ni en ¨¦sta, ni en ninguna otra, seg¨²n Morales. "Inspeccionamos s¨®lo las m¨¢s peligrosas. Extenderlo a todas ellas, en total 22.000 instalaciones, ser¨ªa imposible", explic¨® Morales.
Precisamente eso es lo que piden los ecologistas de Greenpeace. "Que se controlen todas ellas de forma obligatoria, para que no se repitan peri¨®dicamente sucesos como ¨¦stos", reclama Carlos Bravo, responsable de seguridad nuclear de la organizaci¨®n. En el ¨²ltimo a?o el CSN dice haber recibido, con las dos de los ¨²ltimos d¨ªas, tres alarmas de empresas.
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