"La noche del apag¨®n hubo mucha calma y camarader¨ªa"
El apag¨®n de Nueva York ha confirmado algo ya revelado durante el 11-S: en las peores situaciones de crisis la poblaci¨®n mantiene la calma y se organiza espont¨¢neamente. As¨ª lo ha constatado Valent¨ª Fuster (Barcelona, 1943), uno de los mejores cardi¨®logos del mundo y director del Instituto Cardiovascular del hospital Mount Sinai, de Nueva York. "Lo que hemos visto es que en las situaciones de caos, Nueva York es una ciudad que se organiza r¨¢pidamente y con mucha calma", se?ala Fuster desde su residencia en la ciudad de las luces de ne¨®n, bruscamente oscurecida por un gigantesco apag¨®n la tarde del jueves.
"Al principio se produjo una situaci¨®n de temor por el recuerdo del 11-S", relata el cardi¨®logo, "aunque luego se supo que se trataba de un problema el¨¦ctrico y la gente se tranquiliz¨®". Tras los primeros momentos de miedo, en una sociedad que vive sumida en el peligro de un segundo ataque terrorista, sobrevinieron el orden y la solidaridad. "Es algo que ya hemos visto durante el 11-S", afirma, "la experiencia de las primeras 24 horas, m¨¢s que ca¨®tica fue muy ordenada, con mucha calma y camarader¨ªa".
Fuster regres¨® la noche del jueves a su lugar de trabajo, aunque no sin dificultades: "Para ir al hospital tuve que andar un kil¨®metro por la calle con linterna". Al principio se tem¨ªa una afluencia masiva de pacientes para ser hospitalizados. "Ten¨ªamos el temor de que hubiera muchos con intoxicaci¨®n por humo, de que se produjera una acumulaci¨®n de casos", explica. "Sin embargo, aunque hubo una afluencia importante, esto no alter¨® la situaci¨®n de los hospitales", dice Fuster, que debi¨® quedarse a dormir en el hospital. Las personas atrapadas en unos 800 ascensores tampoco se tradujeron en una complicaci¨®n sanitaria significativa. "Hubo casos muy dram¨¢ticos de gente atrapada en los ascensores, pero al final se impuso la calma", destaca.
El cardi¨®logo espa?ol, residente en Nueva York desde hace m¨¢s de 20 a?os, resalt¨®, adem¨¢s del orden dentro del caos, otra paradoja del apag¨®n m¨¢s grande en la historia de EE UU. "La oscuridad ha sido un espect¨¢culo", dice, y a?ade: "En una ciudad como Nueva York, donde siempre brilla la luz por las noches, y por eso se destaca, la oscuridad ha sido algo diferente".
Despu¨¦s de una larga y calurosa jornada, con temperaturas por encima de los 30 grados,
el suministro el¨¦ctrico regresaba poco a poco a la ciudad. La noche del viernes
, la normalidad se restablec¨ªa en algunos de los barrios de Nueva York. "En la parte norte de Manhattan volvi¨® alrededor de las 18.00. Fue una sensaci¨®n muy agradable".
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