Los neoyorquinos temen que haya nuevos cortes de electricidad

Andrew L¨®pez, encargado de un peque?o supermercado situado en el barrio de Tribeca, al sureste de Manhattan, ha vendido ya todos los ventiladores a pilas que ten¨ªa. Sus clientes han optado por seguir las instrucciones de las autoridades, que han recomendado evitar el consumo innecesario de electricidad y el uso de los aparatos de aire acondicionado que, en el mes de agosto, elevan enormemente la factura el¨¦ctrica. Los neoyorquinos temen que se produzcan nuevas aver¨ªas en el suministro de luz despu¨¦s de que ayer el gobernador del Estado, George Pataki, asegurase que la demanda de megavatios es todav¨ªa superior a la suministrada.

"Ma?ana [por hoy] es d¨ªa laboral y el consumo energ¨¦tico se disparar¨¢. Por eso no me f¨ªo. Prefiero estar preparada", se?ala Jennifer Wolfe al salir de la tienda con el ¨²ltimo ventilador a pilas. En el interior del establecimiento, Andrew sube el volumen de la televisi¨®n. La CNN est¨¢ emitiendo una entrevista con el secretario de Estado de Energ¨ªa, Spencer Abrahams. "Tenemos que averiguar r¨¢pidamente las causas exactas del apag¨®n para que esto no vuelva a repetirse", dice Abrahams. Los clientes se giran hacia el monitor de la televisi¨®n. "El ¨²nico comportamiento ejemplar lo tuvimos los ciudadanos, que derrochamos un esp¨ªritu solidario ayud¨¢ndonos los unos a los otros. El alcalde y el gobernador no deben conformarse con averiguar las causas. Tienen que asumir responsabilidades", se?ala Mark Bennet, quien ha acudido a comprar hielo porque el apag¨®n provoc¨® en su edificio un cortocircuito a¨²n sin reparar.

Andrew L¨®pez ha adquirido un generador el¨¦ctrico para su tienda. "Si volvemos a quedarnos sin luz este aparato me permitir¨¢ mantener abierto mi negocio. El jueves perd¨ª dinero porque tuve que cerrar el local y tirar los cartones de leche, la fruta y la verdura". Algunas zonas de Manhattan, como el Upper West Side, est¨¢n inundadas desde el pasado jueves por un olor pestilente procedente de las tuber¨ªas, que no recibieron agua durante horas debido a que la falta de electricidad impidi¨® el funcionamiento de las bombonas de suministro.

En el barrio del Soho los establecimientos de lujo a¨²n no han guardado los generadores el¨¦ctricos que sacaron el pasado jueves a la calle para iluminar sus terrazas. Tom Bennet, con un ramo de flores en la mano y The New York Times bajo el brazo, toma asiento en el restaurante Pastis. Su novia Caroline le cuenta que el gobernador de Nuevo M¨¦xico, el dem¨®crata Bill Richardson, antiguo secretario de Estado de Energ¨ªa con Bill Clinton, ha dicho en la televisi¨®n que el pa¨ªs es m¨¢s vulnerable ahora que los terroristas saben que la red el¨¦ctrica de la costa Este est¨¢ obsoleta. El camarero interviene en la conversaci¨®n: "Este apag¨®n les puede dar ideas [a los terroristas], desde luego", afirma.

La carrera electoral por la presidencia estadounidense est¨¢ a la vuelta de la esquina. La oposici¨®n pol¨ªtica ha empezado ya a pedir cuentas a una Administraci¨®n a la que acusa de potenciar la falta de inversiones en el mercado energ¨¦tico. Algunos comentaristas de televisi¨®n afirmaban ayer que el Gobierno est¨¢ tan empe?ado en terminar con enemigos exteriores que no se da cuenta de que puede tener amenazas internas como ¨¦sta capaces de infligirle problemas.