La millonaria diplomacia del anfitri¨®n Berlusconi
'Il Cavaliere' teje su propia red de relaciones internacionales mediante invitaciones a sus espl¨¦ndidas villas
En Porto Rotondo, donde se alza su villa La Cartuja, est¨¢n acostumbrados ya al despliegue de seguridad que precede a la llegada de Silvio Berlusconi y su familia. La novedad este a?o es la llegada de tres nav¨ªos de guerra rusos con la misi¨®n de velar por la seguridad de uno de sus ilustres invitados, el presidente Vlad¨ªmir Putin y su familia, que llegar¨¢n a Cerde?a el 29 de agosto. Desde que asumi¨® la gu¨ªa del Gobierno italiano, en junio de 2001, Berlusconi ha basado las relaciones internacionales de Italia en su gancho personal como anfitri¨®n, gracias a su espl¨¦ndida colecci¨®n de villas por todo el pa¨ªs.
Putin pasar¨¢ unos pocos d¨ªas en Cerde?a, entre el 29 y el 31 de agosto. Pero la invitaci¨®n ha sido planificada con cuidado. Su anfitri¨®n, el primer ministro de Italia y el hombre m¨¢s rico del pa¨ªs, ha embellecido la villa para acoger a un hu¨¦sped que vendr¨¢ acompa?ado por una escolta personal integrada por m¨¢s de cien personas, entre miembros de la seguridad, diplom¨¢ticos y funcionarios. La estancia en La Cartuja, que incluir¨¢ visitas al archipi¨¦lago de la Magdalena, espl¨¦ndidas cenas y veladas al aire libre amenizadas por el cantante napolitano Apicella, servir¨¢n de antesala a la reuni¨®n formal que celebrar¨¢n Putin y Berlusconi en noviembre.
Il Cavaliere ha hecho de su fabulosa riqueza personal, materializada en las villas sardas, en sus residencias milanesas y en el castillo de Paraggi, en Portofino, elemento clave en su aproximaci¨®n a los l¨ªderes pol¨ªticos de todo el mundo. En septiembre del a?o pasado reuni¨® a los l¨ªderes del Partido Popular Europeo (PPE) en esta misma finca, La Cartuja, convencido de que los espinosos asuntos pol¨ªticos se digieren mejor en un contexto paradisiaco como ¨¦ste y ante una mesa bien surtida.
Pero los l¨ªderes del PPE no eran los primeros en franquear las verjas de ese peque?o para¨ªso italiano. Seg¨²n el peri¨®dico La Repubblica, de centro-izquierda, Silvio Berlusconi hab¨ªa invitado con anterioridad, a una u otra de sus espectaculares residencias, a varios primeros ministros de peque?os pa¨ªses: desde el primer ministro rumano, Adrian Nastase, al jefe del Gobierno liban¨¦s, Rafia Hariri, pasando por el primer ministro island¨¦s y el jefe de Gobierno h¨²ngaro, Meter Medgyessy, aparte de las hijas de Putin.
Adem¨¢s de ejercer de anfitri¨®n espl¨¦ndido, Berlusconi fomenta las relaciones humanas entre los l¨ªderes pol¨ªticos que se dejan, participando en actos tan ¨ªntimos como las bodas de sus hijos. El a?o pasado fue testigo del novio en la boda de Ana Aznar, hija del presidente espa?ol, con el ex secretario del PPE Alejandro Agag, y hace unos d¨ªas ha hecho lo propio en el matrimonio de Tayyp Erdogan, uno de los hijos del primer ministro turco. En esta ocasi¨®n su afectuosidad estuvo a punto de causar un incidente diplom¨¢tico. Il Cavaliere intent¨® a toda costa estrechar la mano de la novia, un gesto inaceptable en el mundo isl¨¢mico.
Dicen sus enemigos que los l¨ªderes de los pa¨ªses que verdaderamente cuentan en la Uni¨®n Europea son refractarios a este tipo de diplomacia. Pero es algo que est¨¢ por ver. El pr¨®ximo viernes Berlusconi tendr¨¢ la oportunidad de demostrar hasta qu¨¦ punto funciona el hechizo italiano cuando asista con el canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der, a la representaci¨®n de la ¨®pera Carmen, de Bizet, en la Arena de Verona.
Es el primer gesto del canciller de deshielo con Italia, que cancel¨® sus vacaciones en el pa¨ªs despu¨¦s del incidente protagonizado por Berlusconi en el Parlamento de Estrasburgo, cuando compar¨® al diputado alem¨¢n Martin Schultz con un capo nazi. S¨®lo que esta vez la iniciativa diplom¨¢tica de sellar con una buena ¨®pera las peque?as rencillas no ha sido de Il Cavaliere, sino de Romano Prodi, presidente de la Comisi¨®n Europea y pr¨®ximo rival electoral.
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