El peligro empieza a los 33 grados

Los epidemi¨®logos saben desde hace a?os que existe una relaci¨®n directa entre los valores extremos de las temperaturas y el aumento de la mortalidad, pero hay pocos estudios que lo cuantifiquen.

Uno de ellos fue publicado en 1997 en Revista Espa?ola de Salud P¨²blica. Los autores analizaron las muertes en la comunidad madrile?a durante cinco a?os (de 1986 a 1991), y las relacionaron con las temperaturas de cada d¨ªa. La media de fallecimientos fue de 15,5 diarios. El trabajo se centra en los meses m¨¢s fr¨ªos (los que van de noviembre a marzo) y en los m¨¢s c¨¢lidos (de junio a agosto) para evitar las zonas intermedias, explican los investigadores autores del art¨ªculo, que firma en primer lugar Mar¨ªa Sierra Pajares, del Centro Universitario de Salud P¨²blica.

El resultado gr¨¢fico del trabajo es parecido a una V. El n¨²mero de muertes baja seg¨²n sube la temperatura m¨¢xima, hasta 33 grados; a partir de ah¨ª, el n¨²mero de defunciones se dispara. El punto m¨¢s bajo de fallecimientos representar¨ªa una temperatura m¨¢xima ideal para la salud de 33 grados. Tomando este valor como referencia, por cada grado que baja la temperatura la mortalidad aumenta un 0,8% (ser¨ªa la rama izquierda de la V).

La variaci¨®n es mucho m¨¢s acusada en la rama derecha de la V. Por cada grado de m¨¢s que haya alcanzado la temperatura del d¨ªa, la mortalidad sube un 3%.De todas formas, el an¨¢lisis muestra otro resultado. Es peor el fr¨ªo que el calor. El m¨¢ximo de muertes se sit¨²a en los d¨ªas con temperaturas m¨¢ximas de cinco grados.

El estudio se hizo entre poblaci¨®n adulta (de ambos sexos y entre 45 y 64 a?os). El resultado es similar al encontrado entre los mayores de esa edad.

Los autores destacan la importancia de la habituaci¨®n a unas ciertas temperaturas. En pa¨ªses m¨¢s fr¨ªos, como Holanda, estudios similares rebajan la temperatura ideal (el pico de la V) a 16,5 grados.