La Guardia Civil vigila a seis j¨®venes de Co¨ªn por el asesinato de Sonia Carabantes
La v¨ªctima hizo una llamada por su tel¨¦fono m¨®vil a una amiga para pedir auxilio
Hay un dato tremendo que refleja el estado en que se encontr¨® el cad¨¢ver de Sonia Carabantes, la joven de 17 a?os raptada y asesinada la madrugada del pasado jueves en Co¨ªn, un pueblo de 20.000 habitantes situado al oeste de M¨¢laga: las huellas de sus dedos hab¨ªan desaparecido. De ah¨ª que la Guardia Civil tardara m¨¢s de 48 horas en identificar el cuerpo de Sonia, hallada el martes con signos de haber sido ultrajada, golpeada en la cabeza y estrangulada hasta la muerte. Los agentes tienen sometidos a estrecha vigilancia a seis j¨®venes del pueblo, aunque sospechan que fueron dos o tres los autores del crimen. "Espero que uno de ellos", confi¨® ayer un mando policial, "no aguante la presi¨®n y termine entreg¨¢ndose".
Cada ida y venida, cada paseo por el pueblo, cada conversaci¨®n telef¨®nica de alguno de los seis j¨®venes est¨¢ siendo controlada por la Guardia Civil bajo la supervisi¨®n de la juez Bel¨¦n P¨¦rez Fuentes. Los agentes est¨¢n convencidos de que dos de ellos -a lo sumo tres- golpearon a Sonia Carabantes la madrugada del jueves 14 de agosto, la introdujeron en un coche -al parecer blanco-, la llevaron hasta un paraje, donde la forzaron y finalmente la trasladaron hasta el almendro donde la intentaron sepultar con grandes piedras.
Los investigadores, con la ayuda de los forenses, tienen determinado paso a paso el calvario que sufri¨® Sonia. Incluso saben que de su tel¨¦fono m¨®vil parti¨® una llamada de auxilio a una amiga, pero que ¨¦sta se percat¨® demasiado tarde.
Pruebas para ir a la c¨¢rcel
"Ahora s¨®lo nos falta tener meridianamente claro qui¨¦nes mataron a Sonia, y reunir las suficientes pruebas como para mandarlos a la c¨¢rcel sin sombra duda", explica uno de los investigadores. Y a?ade: "Ustedes [los medios de comunicaci¨®n] deben entender que una cosa es el ritmo medi¨¢tico y otra cosa muy distinta es la investigaci¨®n policial. Y para nosotros ser¨ªa fatal contagiarnos de sus prisas".
Detr¨¢s de esas palabras sobrevuela la fatal experiencia del caso de Roc¨ªo Wanninkhof, la joven de Mijas asesinada en 1999. La principal sospechosa de su muerte fue detenida, juzgada y condenada por un jurado popular, pero ahora se encuentra en libertad a la espera de ser juzgada de nuevo. "Esta vez no nos pasar¨¢", a?ade el agente.
Y fue eso precisamente lo que le prometi¨® ayer a los padres de Sonia Carabantes el subdelegado del Gobierno en M¨¢laga, Carlos Rubio, quien acompa?ado por un coronel de la Guardia Civil les traslad¨® el p¨¦same y la promesa de que su terrible pena hallar¨¢ al menos el consuelo de ver a los culpables entre rejas. El intento de Rubio por desmentir toda clase de rumores -"todos son falsos", declar¨®- y el hecho de que las investigaciones sean secretas no impide que ya hayan transcendido algunos datos, todos terribles, de lo que le pas¨® a Sonia.
Est¨¢ pr¨¢cticamente demostrado que muri¨® por estrangulamiento y que su cuerpo fue golpeado brutalmente, lo que lleva a pensar a los investigadores que los criminales bien pod¨ªan encontrarse bajo los efectos de mucho alcohol y alguna droga.
Tambi¨¦n ayer se conocieron los resultados de los an¨¢lisis efectuados a la sangre encontrado junto al domicilio de Sonia. Como era de esperara, pertenec¨ªan a la joven, si bien en un principio se valor¨® la posibilidad de que parte de ella perteneciera a alguno de sus captores. "La gente tambi¨¦n tiene que entender", explica un agente conocedor de la investigaci¨®n, "que Co¨ªn se ha convertido en un sitio muy complicado para llevar a cabo una investigaci¨®n discreta". Todo el mundo est¨¢ pendiente de todo el mundo.
Nombres de sospechosos
De hecho, ayer ya corr¨ªan por el pueblo los nombres de varios sospechosos e incluso la noticia -falsa- de que ya se hab¨ªan producido detenciones. La curva de la carretera a Mijas que se encuentra frente al cuartelillo de la Guardia Civil de Co¨ªn se ha convertido en un aut¨¦ntico plat¨® de televisi¨®n. Los periodistas se encuentran siempre acompa?ados de un buen n¨²mero de curiosos, vecinos del pueblo que declaran a quien quiera o¨ªrlos sus prop¨®sitos de venganza. Y a pesar de que en todo momento los acontecimientos parecen inminentes, un mando de la Guardia Civil garantiz¨® ayer tarde que no es probable que se produzcan detenciones "ni en las pr¨®ximas horas ni en los pr¨®ximos d¨ªas".
"Incluso no descartamos", a?adi¨®, "que el asesino termine entreg¨¢ndose al sentir la presi¨®n de nuestras pesquisas y el ambiente de presi¨®n que se respira en el pueblo".
La Guardia Civil est¨¢ pendiente adem¨¢s de localizar el veh¨ªculo en el que fue trasladada Sonia Carabantes. Los investigadores est¨¢n convencidos de que, por el Estado en el que se encontraba el cad¨¢ver, y dado que la joven fue golpeada ya en la puesta de su casa, el interior del coche debe albergar restos de la tortura a la que fue sometida. "Si el asesino vive aqu¨ª", concluye el agente, "el coche tambi¨¦n tiene que estar aqu¨ª".
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