Triunfo en voz baja

Parec¨ªa que el toreo iba a correr a cargo de Salvador Vega cuando sali¨® el quinto, un toro sin estridencias, pero, al fin y al cabo, toro. Lance¨® muy bien con el capote, y con los primeros compases de la faena, con el toro galopando, pareci¨® que se iba a comer el mundo con la derecha. Pero lleg¨® la izquierda y s¨®lo fue capaz de apuntar un par de naturales en dos series. La faena que era cortijo se qued¨® en un apartamento. Para fracaso el de Javier Conde, que en un toro sin trap¨ªo pero andar¨ªn no pudo sobreponerse a las dudas y le arre¨® mantazos sin cuento arropados con un c¨²mulo de prevenciones.

Manzanares, cuando desee ir a los toros no tiene que vestirse de luces, puede hacerlo de particular. Para lo que torea, no ser¨ªa una gran p¨¦rdida: el¨¦ctrico y destemplado, fuera cacho y vulgar. Con el capote sacude muy bien las migas, pero no lo usa para torear. Y, en cuanto a la espada, la puede dejar colgada en una panoplia.

Los dos primeros toros de la tarde rodaron con prontitud. El segundo dur¨® algo m¨¢s y Salvador Vega lo traste¨® con la derecha con cierta suficiencia, que no se vio correspondida por el otro lado.

Ayer hubo alg¨²n toro. Esperemos que no sirva de precedente y que siga insistiendo en que picadores y toros pasen a ser algo meramente anecd¨®tico.