Padilla, a caballo

H¨¦teme aqu¨ª que sale el cuarto y, tras varios faroles de rodillas, Juan Jos¨¦ Padilla ordena al picador que desmonte, a fin de subirse ¨¦l y ejecutar la suerte de varas, lo que hizo sin que pareciera haberse reencarnado en ¨¦l Badila. En banderilla, puso el tercer par al viol¨ªn y revolote¨® posteriormente. Comenz¨® la faena de rodillas por redondos, para ir entrando despu¨¦s en una normalidad gris, incluso aburrida por insistente y reiterativa. En el primero estuvo tal cual es, voluntarioso, lejano, emprendedor, basto y recursos.

Ricardo Ortiz top¨® con animal rajado y peligroso. El quinto, algo mejor le propin¨® un susto al caer ante la cara en un tercio brillante, que hab¨ªa tenido un buen pr¨®logo con el capote. La faena se vio dificultada por el cambio de comportamiento del toro, que empez¨® al galope y acab¨® defendi¨¦ndose con feo estilo.

Antonio Ferrera tore¨® con tantas ganas como escasa fortuna: su labor fue r¨¢pida, r¨¢pida, predominando el uso de la derecha sin que tampoco pasara a mayores. En el sexto puso banderillas a gran velocidad, combinadas con una extra?a gestualizaci¨®n, que recordaba a un famoso conejito de la tele. Con la muleta realiz¨® un notable esfuerzo con resulto discreto.