Yago anuncia algo grande

Yago Lamela hizo f¨¢cil un trabajo complicad¨ªsimo. Salt¨® 8,19 metros en su primer intento de clasificaci¨®n, se gan¨® el puesto en la final y vio c¨®mo sufr¨ªan todos sus rivales. Se requer¨ªa un m¨ªnimo de 8,15 metros, frontera que s¨®lo fue superada por el saltador espa?ol y por el brit¨¢nico Chris Tomlinson, un chico que parece sacado de Carros de Fuego. Los restantes finalistas pasaron un mal rato. Entraron dos estadounidenses -Dwight Philips y Walter Davis- y fue eliminado Iv¨¢n Pedroso, que se resinti¨® de sus viejos problemas en el tobillo tras el primer salto. "Me daban ganas de animarle para que siguiera", dijo Lamela, convencido de que esta vez podr¨ªa imponerse al cubano.

Fue un d¨ªa perfecto para Lamela. No quer¨ªa desgastarse en la ser¨ªa clasificatoria. Buscaba un buen salto y retirarse sin quemar reservas f¨ªsicas. Tampoco quer¨ªa meterse en dudas. Hab¨ªa recibido un par de consejos de su entrenador, Rafael Blanquer, y los atendi¨® sin descuidarse. Le dijo que no saliera como un caballo desbocado, que se controlara un poco. En eso han trabajado durante el ¨²ltimo mes, con resultados excepcionales por lo que se ha visto. Con 16 zancadas recorri¨® 37 metros y despeg¨®. Apenas toc¨® tres o cuatro cent¨ªmetros de la tabla de batida, cuya anchura es de 20, y permaneci¨® apenas un segundo en el aire. Se levant¨®, se quit¨® el polvo, mir¨® al marcador sin ninguna ansiedad y vio el registro: 8,19. Estaba clasificado. As¨ª de sencillo.

A su alrededor, los dem¨¢s atletas se afanaron durante una hora y media en busca de la clasificaci¨®n. Es un peaje que Yago se quit¨® de encima en un suspiro. Luego se qued¨® cerca de los callejones. "Quer¨ªa dar m¨¢s saltos porque me encontraba muy bien", coment¨®. Todo le parec¨ªa de perlas. "Me gusta el callej¨®n. Es r¨¢pido, y el vientecillo est¨¢ muy bien". Estaba locuaz, de un optimismo abrumador: "Estoy en el mejor momento de mi vida. Nunca me he encontrado tan bien. Vengo aqu¨ª a ganar". Todas sus declaraciones eran de ese rango. "Vengo a batir el r¨¦cord de Espa?a (8,56 metros)", dijo. Si lo consigue, ganar¨¢. Nadie en estos momentos puede acercarse a esa marca. La ausencia de Pedroso ayuda en su pron¨®stico. "Con 8,50 hay oro, seguro".

"Es una pena que no est¨¦ Pedroso". Lo dijo con sinceridad. Durante los ¨²ltimos a?os no ha podido con el gran campe¨®n cubano. En los mejores d¨ªas de Lamela, en los Mundiales de Maesbashi y Sevilla en 1999, siempre aparec¨ªa el mejor Pedroso para derrotarle. En esta ocasi¨®n, no hay sombras sobre Lamela, definitivamente recuperado de tres a?os de dificultades. "Es una gozada ponerte en el callej¨®n, mirar la tabla y estar seguro de que todo va ir bien", manifest¨®. "Estoy mejor que hace cuatro a?os en Sevilla. Adem¨¢s tengo m¨¢s experiencia. Disfruto como nunca".

No habl¨® demasiado de sus rivales. Sabe que ser¨¢n los americanos Philips, el hombre que le gan¨® en el ¨²ltimo salto del Mundial de pista cubierta, y Walter Davis, un triplista que se guarda algunas buenas marcas en longitud. No se encontrar¨¢ con Savante Strinfellow, el tercer estadounidense, el m¨¢s temible por las marcas que hab¨ªa conseguido durante la temporada. "Me tienen respeto, pero yo tambi¨¦n se lo tengo a ellos. S¨¦ que andaremos a tortazos en la final".