El experimento y el berberecho

Lo malo de los asesinatos selectivos es que, como todo experimento, se descontrolan. Llega un punto en el que ya te da lo mismo matar a un burro que a una familia de palestinos a quienes hay que calificar de terroristas porque, despu¨¦s de d¨¦cadas de ocupaci¨®n, no se resignan d¨®cilmente a permanecer quietos en los campos de concentraci¨®n y resisten como pueden al apartheid y al exterminio. Pero una cosa es ver a los palestinos destripados y llevados en volandas por sus amigos, futuros destripados a su vez, y otra contemplar, amigos m¨ªos, a un asno o mula (las versiones difieren) tumbado en plena calle de Gaza.

Todo ello, adem¨¢s, contamina mucho el medio ambiente. Morterazos, mulas en descomposici¨®n: seguro que produce cambios clim¨¢ticos, como suele decir el cl¨¢sico. Ya no se puede ir de turismo por ah¨ª con la alegre inconsciencia de anta?o. Seg¨²n informaciones procedentes de Amnist¨ªa Internacional, el ¨²nico pa¨ªs al que se puede viajar con seguridad y sin que al mismo tiempo te remuerdan la conciencia sus violaciones de los derechos humanos es Noruega. La pregunta que sigue, por l¨®gica, es: ?ad¨®nde pueden ir de vacaciones los propios noruegos? Es m¨¢s, ?c¨®mo caber en una Noruega a la que pr¨¢cticamente va a ir todo el mundo, excepto quienes ven violados sus derechos, que son infinitamente m¨¢s, me temo?

?Qu¨¦ le han dado de comer al nuestro en Menorca? ?Erizos?

?Va a ser el turismo, por fin, un verdadero deporte de riesgo como el puenting, el palacing o el bushing, o, mejor a¨²n, se convertir¨¢ en un c¨®modo sistema de eliminaci¨®n del sobrante, complementario del asesinato selectivo? ?Podr¨¢ uno irse a hacer el ganso al sur de Argelia en la esperanza de que su Gobierno le rescatar¨¢ pagando en armas o lo que sea necesario a sus secuestradores, permiti¨¦ndosele que se traiga unas babuchas como souvenir? ?O bien careceremos los espa?oles, italianos y franceses de las mismas oportunidades de que gozan los rehenes suizos y alemanes?

Por suerte, no nos importa la contaminaci¨®n del aire, verdadero azote. ?Quieren creer que, en este sentido, los Estados Unidos de Am¨¦rica van a ponerse verdaderamente peligrosos? Seg¨²n la Save The Clean Air Act Organization, hoy d¨ªa m¨¢s de 140 millones de estadounidenses viven en ¨¢reas donde los niveles de ozono son tan altos que el Asma Atacks!!! a 160.000 habitantes anuales, y los pulmones languidecen cosa mala. S¨®lo la carbonilla que emerge de las centrales el¨¦ctricas alimentadas por carb¨®n se lleva por delante 30.000 vidas estadounidenses al a?o; luego est¨¢n la lluvia ¨¢cida, la contaminaci¨®n por mercurio y otras contaminaciones que arruinan los espacios naturales.

Esto ocurre ahora; pero George Bush Jr., nuestro querido aliado, lo quiere empeorar. Dado el comportamiento ejemplar de las compa?¨ªas el¨¦ctricas durante los recientes apagones, ha decidido premiarlas desactivando cl¨¢usulas de la Clear Air Act por primera vez en sus 30 a?os de historia, aumentando la contaminaci¨®n de alrededor de 17.000 instalaciones distribuidas por todo el territorio del Gran Hermano. ?A que entran ganas de viajar all¨¢ a respirar bien hondo? En estos meros instantes, las verdaderas Fuerzas del Mal, que son cientos de compa?¨ªas el¨¦ctricas, a trav¨¦s del infausto Instituto El¨¦ctrico Edison y a las ¨®rdenes del vicepresidente antimedioambiental Dick Cheney, est¨¢n lanzando un ataque de destrucci¨®n masiva, obligando a sus empleados en activo y jubilados, as¨ª como a sus accionistas, a presionar al Congreso para que sancione el nuevo decreto.

Y es entonces, al conocer estos detalles del cotidiano maliciar de los poderosos, cuando una siente la atracci¨®n irresistible del Asesinato Selectivo. Lugar: Par¨ªs. Fecha: estos d¨ªas. Objetivo: los Grandes Chefs de los Grandes de la Tierra, cuyo selecto club (una treintena de fulanos responsables de lo que zampan jefes de Estado, presidentes de Gobiernos y hasta reyes) se re¨²ne en la capital francesa para comentar c¨®mo est¨¢ el servicio y a cu¨¢nto las chalotas. Considerando que algunos estamos hasta la pomme de terre de tanta arbitrariedad y disparate globales, ?no les encantar¨ªa cargarse al cocinero de la Casa Blanca y sustituirle durante un par de d¨ªas, previa operaci¨®n de est¨¦tica?

A prop¨®sito de comida y a prop¨®sito de gobernantes, ?qu¨¦ le han dado de comer al nuestro en Menorca? ?Erizos? Ha regresado a la superficie p¨²blica surgiendo de la bilis cual Venus de las aguas o, para ajustar la imagen, como un peligroso y enfurecido calamar gigante. Esta selecci¨®n de la especie parece m¨¢s bien el Experimento del Doctor Quatermans: un berberecho cay¨® en la arena en Oropesa, y por Mah¨®n acaba de reaparecer convertido en el Monstruo de Tiempos Remotos.