Regreso
Est¨¢ el mundo tan ¨¢spero que las vacaciones consisten cada vez m¨¢s en dejar de ver, de o¨ªr y de agobiarse por unas semanas; es decir, en una especie de huida informativa, sin peri¨®dicos ni telediarios. Pero luego, claro, regresas a la realidad y compruebas que las cosas siguen igual, lo cual, traducido al nivel calamitoso de lo humano, suele querer decir que est¨¢n peor. Y as¨ª, la gente se sigue matando encarnizadamente en Palestina y sobre todo en Irak, lugar que se est¨¢ convirtiendo en una especie de parque tem¨¢tico universal del terrorismo y que se encamina a la desintegraci¨®n total como pa¨ªs. Y entre todos estos horrores mayores, los horrores peque?os, tan reveladores del mal innecesario: esa pobre perra y sus cachorros a los que quemaron y mataron brutalmente a palos en San Pedro del Arroyo (?vila); ese gato torturado hasta la muerte por unos colegiales de Valencia (entre otras cosas, le clavaron un destornillador en la cabeza)... Con tant¨ªsimo dolor como hay en la vida y todav¨ªa hay gente que se empe?a en incrementarlo.
Los humanos somos unos animales enfermos y da?inos. Enfermo est¨¢ ese Tribunal Isl¨¢mico de Nigeria que conden¨® a Amina Lawal a ser lapidada por ad¨²ltera. El caso se revisar¨¢ el 25 de septiembre; si ratifican la pena, Amina morir¨¢ apedreada. Estos mismos tipos de la sharia (ley isl¨¢mica) exigieron hace un mes al Gobierno nigeriano que suspendiera inmediatamente la administraci¨®n de la vacuna oral contra la polio, porque creen que la vacuna lleva unas hormonas que impiden el embarazo: son unos ignorantes, adem¨¢s de unos paranoicos. Para ellos las mujeres s¨®lo son vientres paridores: las prefieren poliomel¨ªticas, pero pre?adas. ?Y esta gente absurda posee poder y decide sobre la vida y sobre la muerte! En 1889, Nietzsche vio en Tur¨ªn c¨®mo un cochero azotaba b¨¢rbaramente a su caballo; el pensador se agarr¨® llorando al cuello de la pobre bestia y se volvi¨® loco; muri¨®, sin recuperar la raz¨®n, once a?os m¨¢s tarde. En su abrazo al martirizado caballo, Nietzsche abrazaba y asum¨ªa cada una de las infinitas v¨ªctimas de la maldad humana. El horror del mundo, en fin, puede rompernos, como rompi¨® a Nietzsche. Pero tambi¨¦n podemos intentar remediarlo (firmas pro Amina en http://www.amnistiapornigeria.org/).
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