Una buena noche de f¨²tbol
Un gran gol de Ronaldinho y la actuaci¨®n de Reyes contentan a un Camp Nou casi lleno
Amo del estadio como era el Barcelona, el Sevilla se neg¨® a ser su esclavo en el campo y de la refriega sali¨® un partido competido y caliente, m¨¢s propio del invierno que del verano por el humo que desprend¨ªa la cancha, con Reyes abriendo la noche y Ronaldinho cerr¨¢ndola con un golazo para la memoria futbol¨ªstica.
El cartel de la jornada era asunto azulgrana y se cen¨® y jug¨® a la hora -las 00.05 de la madrugada de ayer- que orden¨® Joan Laporta, el presidente del Bar?a, mal que le pesara a Jos¨¦ Mar¨ªa del Nido, el del Sevilla. Acabado el gazpacho, sin embargo, el Sevilla procur¨® que la parranda fuera cuesti¨®n andaluza y, entregado a Reyes, se marc¨® un primer tiempo de ol¨¦. Tom¨® Reyes la pelota, puso un gol de ventaja a las primeras de cambio y dej¨® a su equipo que lo defendiera como bien sabe, un paisaje que ni pintado para la tragedia de cualquiera que reciba al Sevilla. Los azulgrana se calentaron de mala manera, atrapados en su propia carga ambiental, y sus rivales prendieron fuego alimentando el tono pendenciero del encuentro, fomentando la bronca, presidida por un cuerpo a cuerpo entre los dos entrenadores.
BARCELONA 1 - SEVILLA 1
Barcelona: V¨ªctor Vald¨¦s; Puyol, Andersson, M¨¢rquez, ?scar L¨®pez (Ros, m. 83); Xavi, Gerard; Quaresma (Sergio Santamar¨ªa, m. 79), Ronaldinho, Luis Enrique; y Sergio Garc¨ªa (Iniesta, m. 90).
Sevilla: Notario; Daniel, Alfaro, J. Navarro, David; Casquero (Ocio, m. 86), Mart¨ª; Gallardo (Vales, m. 73), Baptista (L. Gil, m. 67), Reyes; y D. Silva.
Goles: 0-1. M. 9. V¨ªctor Vald¨¦s derriba a Dar¨ªo Silva en el ¨¢rea y Reyes transforma el penalti.
1-1. M. 58. Ronaldinho recibe el bal¨®n en el medio del campo y marca de potente tiro.
?rbitro: Meg¨ªa D¨¢vila. Amonest¨® a V¨ªctor Vald¨¦s, Ronaldinho, M¨¢rquez, David, Javi Navarro, Luis Enrique, Daniel Alves y Notario.
80.237 espectadores, en la madrugada de ayer, en el Camp Nou.
La calentura de la hinchada, m¨¢s militante que nunca, entre reivindicativa y festiva, tan enemiga del adversario como entregada a su equipo, contagi¨® a Frank Rijkaard, que ya dio picante a la alineaci¨®n con la presencia de Sergio Garc¨ªa, un delantero singular que tira buenas diagonales y al que ten¨ªa aparcado en el filial m¨¢s que nada por falta de carrocer¨ªa. A efectos de talla, al fin y al cabo, no hay gran diferencia entre Sergio y Saviola y al entrenador le interesaba mantener el dibujo del equipo pese a la ausencia del argentino y de los holandeses.
Aviv¨® y mucho Sergio Garc¨ªa, al punto de protagonizar tres ataques consecutivos, presididos por la facilidad para el desmarque y el remate del punta azulgrana. Ya se sabe, en cualquier caso, que al Bar?a le falta pegada y contundencia tanto en el ¨¢rea contraria como en la propia. A la est¨¦ril ofensiva azulgrana respondi¨® el Sevilla con dos contras preciosas de Reyes, que desfigur¨® a Puyol: en la primera intervino el linier para anular el gol y en la segunda habilit¨® a Dar¨ªo Silva para que encarara a Vald¨¦s y forzara el penalti y la amonestaci¨®n, que no la tarjeta roja como reclam¨® a coro el plantel andaluz.
Reyes en persona certific¨® su jerarqu¨ªa en el partido desde el punto de penalti y tambi¨¦n en la l¨ªnea de medios cuando Ronaldinho mereci¨® la tarjeta amarilla por intentar rebanarle la pelota para evitar que armara un nuevo contraataque. El nuevo internacional sevillista chaf¨® la jarana de la hinchada y desmont¨® al Bar?a, que anduvo a gatas durante un cuarto, asustado por su descaro frente a Puyol, que acab¨® a tiros con Vald¨¦s.
Empeque?ecido Puyol, el Bar?a se desorganiz¨® ante un Sevilla muy bien puesto, due?o del reloj del partido, duro en la defensa, r¨¢pido en el ataque y diligente tanto en el repliegue como en el despliegue. Al rescate del equipo acudi¨® entonces de forma majestuosa Ronaldinho. Visto que hasta cinco remates de los dem¨¢s no sumaban un gol, el brasile?o cogi¨® la pelota en la divisoria y meti¨® un gol de bandera porque la jugada recogi¨® cuantas cosas buenas tiene Ronaldinho: una gran conducci¨®n, una buena velocidad, un regate de mucho cuidado y, cuando conviene, disparo. La pelota bot¨® en el larguero y baj¨® a la red con el tiempo justo para que la hinchada se desbravara y celebrara el tanto con los honores que merec¨ªa.
Para el Sevilla, el gol de Ronaldinho en el segundo acto tuvo el mismo efecto disuasorio que el de Reyes para el Bar?a, de manera que el partido muri¨® en las botas de los azulgrana, faltos de punter¨ªa y sobrados de valor ante uno de los peores enemigos. Mereci¨® mejor suerte el Bar?a por su arrojo y para contentar una afici¨®n que, a deshora, llen¨® el campo.
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