Un coro afinado de grillos
EL GOBIERNO Y LOS PORTAVOCES DEL PP han acosado durante los ¨²ltimos a?os a los dirigentes socialistas con requisitorias cuasi judiciales dirigidas a obligarles a confesar cu¨¢l era su oculto modelo de Estado, supuestamente hurtado al conocimiento p¨²blico. Ese cerco inquisitorial, que implicaba la denuncia de la incoherencia interna dentro del PSOE y la sospecha de su incoada deslealtad a la Constituci¨®n de 1978, formaba parte de la estrategia puesta en marcha por el Gobierno durante esta legislatura para eludir el control parlamentario de la oposici¨®n (sobre el hundimiento del Prestige, las chapuzas en el tendido del AVE, la guerra de Irak o la tragedia del accidente a¨¦reo sobre Turqu¨ªa) por el procedimiento de pasar al ataque contra los socialistas en asuntos cruciales para la estabilidad democr¨¢tica -como la integridad territorial de Espa?a o el consenso constitucional- y colocarles as¨ª a la defensiva. Arrinconado por ese incesante fuego artillero, el PSOE convoc¨® hace ocho d¨ªas a su Consejo Territorial en Santillana del Mar a fin de responder a las acusaciones del Gobierno y dejar claras sus propias posiciones.
El Consejo Territorial del PSOE aprueba una declaraci¨®n sobre el Estado de las autonom¨ªas que rechaza las acusaciones de incoherencia interna y deslealtad constitucional lanzadas por el PP
El esfuerzo del PSOE por deshacer las maliciosas dudas sobre su lealtad constitucional artificiosamente inventadas por el PP no ha servido para mucho: la filtraci¨®n oficial del nombre del sustituto de Aznar como futuro candidato popular a la presidencia del Gobierno ahog¨® los ecos de la reuni¨®n de Santillana del Mar celebrada ese mismo d¨ªa mediante una habilidosa contraprogramaci¨®n medi¨¢tica. De esta forma, el PSOE perdi¨® la batalla para fijar la agenda de ese delicado debate -instalado sobre un campo de minas electoral- tanto al empezar como al concluir las operaciones. Empujado primero a aceptar una confusa pol¨¦mica en torno a su ortodoxia constitucional y a su dise?o del Estado de las autonom¨ªas, las posiciones socialistas fueron groseramente caricaturizadas por el PP; la tortuosa ret¨®rica de Maragall y sus embarullados paralelismos entre la geopol¨ªtica medieval de la Corona de Arag¨®n y la geoeconom¨ªa contempor¨¢nea de las regiones europeas han dado abundantes facilidades a esa tarea distorsionadora. La habilidad del Gobierno para imponer su ritmo propagand¨ªstico a la agenda silenci¨® pr¨¢cticamente las conclusiones del Consejo Territorial.
El objetivo de la reuni¨®n de Santillana del Mar era dar una contundente respuesta a la torticera campa?a emprendida por el PP para descalificar al PSOE como una jaula de grillos que defienden 17 modelos de Estado diferentes y se proponen llevar a cabo una caprichosa e indiscriminada reforma de la Constituci¨®n y los estatutos si ganan las elecciones. No faltan en la declaraci¨®n aprobada ejercicios de logomaquia ("la esencia de la unidad de Espa?a es el reconocimiento de su pluralidad") ni vocabulario a la moda (redes, corredores econ¨®micos, plataformas log¨ªsticas, mallas peninsulares). Pero la declaraci¨®n es clara, eficaz y tranquilizadora a la hora de rebatir las aviesas acusaciones del PP: es verdad que "s¨®lo desde la mala fe o el propagandismo sectario" cabr¨ªa imputar a los socialistas que su modelo de Estado es algo diferente de la Espa?a de las autonom¨ªas configurada por la Constituci¨®n de 1978.
El texto ratifica la "oposici¨®n frontal" del PSOE a cualquier "segregacionismo o seudosoberanismo", provenga del PNV o de CiU. Las propuestas socialistas de modificaci¨®n parcial del sistema pol¨ªtico se circunscriben a "reformas institucionales concretas y espec¨ªficas" aprobadas siempre por amplio consenso y conformes con los valores constitucionales: la transformaci¨®n del Senado en una verdadera C¨¢mara de representaci¨®n territorial (una tesis compartida por Aznar en 1994), la participaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas en la formaci¨®n de la voluntad del Estado y la creaci¨®n de mecanismos para su colaboraci¨®n en las decisiones europeas. Y lejos de defender "una oleada de reformas estatutarias global e indiscriminada", los socialistas propugnan ¨²nicamente llevarlas a cabo -tal y como se hizo en el pasado de conformidad con el PP- all¨ª donde sean convenientes y tengan respaldo suficiente.
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