'Bous al Carrer' con licencia local

El balance provisional despu¨¦s de 1.678 festejos de Bous al Carrer en lo que va de a?o es de 6 personas muertas y 209 heridas. A pesar de ello, la Direcci¨®n General de Interior, de la que depende el ¨¢rea de espect¨¢culos y que est¨¢ a cargo de Luis Ib¨¢?ez, no ha expedientado ni sancionado a ninguno de los ayuntamientos en los que han ocurrido los hechos. Informes s¨ª ha solicitado (cuatro en Valencia, cinco en Castell¨®n y dos en Alicante). Pero no ha abierto ning¨²n expediente. S¨®lo en tres casos, se registra oficialmente que est¨¢n pendientes de calificarse los informes -el que corresponde a la muerte de un espectador el pasado d¨ªa 1 en Montroy, y el del fallecimiento de una vecina de Artana al d¨ªa siguiente al atravesar una barrera minutos antes de la suelta de los toros-.

La diferencia con 2002 es que en ese a?o se celebraron en la Comunidad Valenciana 2.309 festejos en los que hubo 3 muertos y 426 heridos sin que Interior solicitara ni un solo informe sobre los detalles de lo ocurrido. Por tanto, a pesar de los incidentes, ni el pasado a?o ni ¨¦ste se ha sancionado a ninguna corporaci¨®n municipal, una competencia de la Direcci¨®n General de Interior.

La Asociaci¨®n Nacional para la Protecci¨®n y el Bienestar de los Animales (Anpba) y ganaderos medios critican la actitud de la Generalitat. Los primeros por la falta de fiscalizaci¨®n de que los requisitos que se exigen se cumplan realmente. Los segundos porque las exigencias con respecto a las reses son muchas y su responsabilidad en caso de accidente alguno es muy grande, sin que se vea ayudada o compartida por los ayuntamientos en la mayor¨ªa de los casos. Son dos de las consecuencias del decreto sobre festejos taurinos aprobado el 23 de abril de 2002.

Ya en los debates previos del articulado del decreto surgi¨® la pol¨¦mica. Los intereses fueron evidentemente encontrados. Por un lado, la Administraci¨®n deb¨ªa garantizar la seguridad. Pero esa exigencia supon¨ªa, en ocasiones, ir contra el esp¨ªritu de la fiesta que defienden los aficionados. A ese malestar se unieron los municipios peque?os de escaso presupuesto incapaces de asumir los costes econ¨®micos a los que ten¨ªan que hacer frente. De hecho, un art¨ªculo del decreto que regula los festejos de Bous al Carrer fue denunciado ante la fiscal¨ªa hace dos meses porque dejaba al libre albedr¨ªo de los ayuntamientos cuestiones determinantes para la seguridad en los recorridos y cierre de los mismos durante su celebraci¨®n. Sea como fuere, el articulado especifica las condiciones en las que debe celebrarse el festejo. Se reconoce a Interior como instancia ¨²nica para la autorizaci¨®n de los mismos. Pero el cumplimiento de esas mismas condiciones corresponde a los promotores y organizadores bajo la vigilancia de los ayuntamientos sin que ning¨²n organismo superior controle sobre el terreno la ejecuci¨®n de las exigencias legales. Casi todo el tr¨¢mite se realiza a trav¨¦s del fax, fotocopias o por correo.

Promotores y organizadores aseguran, exigiendo siempre el anonimato para hablar, que las normas han encarecido de forma importante la fiesta. Esa es la raz¨®n, seg¨²n estas fuentes, que explica por qu¨¦ en 2002 se celebraron en la Comunidad Valenciana 2.309 festejos, mientras que este a?o se hayan reducido a 1.678 hasta el 5 de septiembre.

Alfonso Chiller¨®n, presidente de Anpba, considera que el decreto aprobado el pasado a?o "no ofrece garant¨ªas de seguridad" y se muestra "sorprendido" de que Interior no haya actuado en los festejos de Alfara de Algimia "despu¨¦s de que un d¨ªa se suspendiera porque el t¨¦cnico no lleg¨® a tiempo y el siguiente un vecino lanzara cal viva a un animal, lo que la ley recoge como maltrato y entiende como raz¨®n de suspensi¨®n y sanci¨®n".

Fuentes de Cruz Roja en los municipios con mayor tradici¨®n de Bous al Carrer, como Aielo, Museros, Chiva o Castellnovo y Betx¨ª, aseguran que figuras recogidas en la norma como los voluntarios colaboradores o los expertos taurinos no existen en la mayor¨ªa de los casos. Fuentes de la Polic¨ªa Local de estos municipios, incluyendo Artana, aseguran que a pesar de los intentos no todo est¨¢ tan bajo control en la fiesta como deber¨ªa y que en algunos casos, hay una actitud de pasividad desde los ayuntamientos porque la presi¨®n que se practica desde el Consell es m¨¢s formal que real.