Asesinada la ministra sueca que defendi¨® el euro
El Gobierno confirma que el refer¨¦ndum sobre la moneda ¨²nica se celebrar¨¢ el domingo
Suecia viv¨ªa ayer su 11-S particular. La muerte en la madrugada de la ministra de Exteriores, Anna Lindh, a consecuencia de las heridas de arma blanca causadas por un desconocido, sumi¨® al pa¨ªs en un profundo estado de conmoci¨®n. Decenas de personas hicieron cola durante todo el d¨ªa ante la sede del Gobierno, el Ministerio de Asuntos Exteriores y los grandes almacenes de Estocolmo donde la popular pol¨ªtica perdi¨® la vida para depositar ramos de rosas rojas y velas encendidas. El primer ministro, el socialdem¨®crata G?ran Persson, anunci¨®, tras reunirse con los l¨ªderes de la oposici¨®n, que se suspend¨ªa la campa?a para el refer¨¦ndum sobre la adhesi¨®n al euro del pr¨®ximo domingo, pero no as¨ª la consulta.
Persson dijo que celebrar el refer¨¦ndum "es la forma de demostrar que la violencia pol¨ªtica no puede frenar el proceso democr¨¢tico del pa¨ªs". El atentado contra una de las principales protagonistas de la campa?a a favor de la moneda ¨²nica ha roto todos los pron¨®sticos sobre el resultado del refer¨¦ndum, que en los ¨²ltimos d¨ªas auguraban una clara victoria del no.
"Debo decir con gran dolor que la ministra de Exteriores, Anna Lindh, muri¨® a las 5.29 horas de esta ma?ana como consecuencia de las heridas que sufri¨® en el atentado de ayer", afirm¨® Persson con l¨¢grimas en los ojos en una breve rueda de prensa a primera hora de la ma?ana.
Lindh, de 46 a?os, casada y con dos hijos, fue apu?alada el mi¨¦rcoles en los brazos y el abdomen cuando hac¨ªa unas compras en los almacenes Nordiska Kompamiet, en el centro de la capital sueca. Trasladada de inmediato al hospital Karolinska, fue intervenida durante m¨¢s de ocho horas, pero los m¨¦dicos no pudieron frenar las hemorragias internas y salvarle la vida. Al parecer, una de las pu?aladas hab¨ªa afectado gravemente al h¨ªgado. Nada m¨¢s conocerse la noticia, las banderas nacionales ondeaban a media asta en los edificios oficiales del pa¨ªs y el propio rey de Suecia, Carlos Gustavo, comparec¨ªa ante la prensa para mostrar su pesar por la p¨¦rdida de una ministra "con la que hab¨ªa tenido contacto m¨¢s tiempo y a la que mejor conoc¨ªa".
Tradici¨®n democr¨¢tica
Persson inform¨® de que en la reuni¨®n mantenida con los l¨ªderes de los partidos pol¨ªticos, tanto a favor como contrarios al euro, se hab¨ªan barajado tres alternativas: continuar con el refer¨¦ndum tal como estaba previsto, aplazarlo un mes o celebrarlo el a?o que viene junto con las elecciones al Parlamento Europeo. Al final, todos los pol¨ªticos optaron por impedir que un atentado bloquease el proceso democr¨¢tico. "Nada impedir¨¢ que el pueblo sueco se exprese en las urnas. Nuestro pa¨ªs es conocido por ser abierto y democr¨¢tico. Ella era una defensora de esto. El atentado da?a a la sociedad que deseamos construir", afirm¨® el primer ministro, que admiti¨® su temor de que ataques como ¨¦ste minen la confianza de la gente en sus instituciones y tradiciones democr¨¢ticas.
Los suecos se preguntaban ayer c¨®mo hab¨ªa podido ocurrir un crimen semejante en un pa¨ªs seguro y pac¨ªfico como el suyo, que disfruta de uno de los ¨ªndices de mayor bienestar del mundo. El recuerdo del asesinato del primer ministro Olof Palme en febrero de 1986, cuando sal¨ªa de un cine de Estocolmo, estaba en la memoria de todos y en el psicoan¨¢lisis colectivo sobre qu¨¦ parte del cuerpo social sueco est¨¢ enferma. Pero ex¨¢menes de conciencia aparte, la prensa y la opini¨®n p¨²blica suecas quer¨ªan saber ayer por qu¨¦ la ministra de Exteriores no llevaba escolta, acusaba de negligencia a los servicios de seguridad (S?PO) y exig¨ªa que no volviera a repetirse el caso de Palme, que 17 a?os despu¨¦s de su asesinato sigue sin resolverse.
De momento, la polic¨ªa no tiene m¨¢s pistas que la chaqueta militar de camuflaje y el cuchillo que abandon¨® en el lugar de los hechos el agresor de Lindh y no se ha detenido a¨²n a ning¨²n sospechoso. Las autoridades policiales guardan un total hermetismo sobre el caso y todav¨ªa nadie se ha atrevido a calificar la agresi¨®n de "atentado pol¨ªtico", pero los propios carteles de campa?a con la fotograf¨ªa de Lindh pidiendo votar s¨ª al euro en las calles de Estocolmo son como un grito pidiendo justicia. Seg¨²n apuntaban ayer algunos medios suecos, su agresor la hab¨ªa seguido por la calle y la persigui¨® en las escaleras de los almacenes hasta que la apu?al¨® en la primera planta del centro comercial, lo que abonar¨ªa la tesis de que se trata de un ataque planificado y no la obra de un loco solitario. La campa?a se ha te?ido de luto y el Partido Socialdem¨®crata ha convocado esta tarde una gran concentraci¨®n a favor de la democracia y contra la violencia en el centro de Estocolmo. La desaparici¨®n de Lindh ha roto por completo la ecuaci¨®n en la que se mov¨ªa el debate pol¨ªtico sobre las ventajas e inconvenientes del euro. La incertidumbre sobre el resultado del refer¨¦ndum es ahora mayor que nunca, si bien los analistas pol¨ªticos apuestan por que la corriente de solidaridad que ha despertado el asesinato de la ministra favorecer¨¢ previsiblemente las opciones del s¨ª.
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