Aitor revive

O los directores son gente demasiado voluble o la realidad es demasiado tozuda. O nadie sabe nada. O los ciclistas son gente libre. Asustan cuando se les ve por la ma?ana tan seguros de s¨ª mismos, con las ideas tan claras cuando re¨²nen a los corredores en el autob¨²s y les dan doctrina y ¨®rdenes estrat¨¦gicas. Luego hablan y opinan. Ning¨²n detalle se les escapa, ning¨²n matiz. Son grandes maestros del ajedrez. U hombres del tiempo: a tal hora la borrasca y en tal puerto el anticicl¨®n. Luego, por la tarde, la carita triste tras el volante, un ojo en el cron¨®metro contando el retraso de los suyos, otro ojo en el podio viendo al del equipo rival recibir el ramo de flores. Y eso que se han pasado la etapa tomando decisiones y comunic¨¢ndolas a los suyos v¨ªa el terrible pinganillo. O por eso.

Algunos ejemplos: Manolo Saiz pas¨® unos momentos tan malos en el Portillon, que a punto estuvo de ordenar a Quim Rodr¨ªguez, el astuto ciclista de Parets, que se parara, que dejaran que siguiera la fuga sin ¨¦l y que esperara para ayudar a Nozal y Galdeano en el llano hacia Vielha, que el equipo hab¨ªa reventado. Pero ni el equipo hab¨ªa reventado ni Rodr¨ªguez se par¨®, sino que, despu¨¦s de recibir nuevas ¨®rdenes -"sigue a Aitor Osa a todas partes"- y obedecerlas volvi¨® a ser el Quim descarado que fue desde debutante. Se puso a rueda del rubio de los Osa -que ayer s¨ª que comi¨® y aguant¨® hasta el final-, y como un jinete con la fusta le fue ordenando acelerar hacia la cima de Pla de Beret, donde, con la facilidad que se le supone, super¨® al laborioso ciclista del iBanesto.com. La victoria no hizo sino entristecer m¨¢s a Manolo Saiz, quien, casi con l¨¢grimas en los ojos, declar¨®: "No nos gusta ganar as¨ª". Qui¨¦n lo pod¨ªa pensar.

M¨¢s: el Portillon fue duro y selectivo porque Eusebio Unzue mand¨® a todos sus escaladores, conducidos por Piepoli, hacer una radiograf¨ªa del grupo compacto. Adem¨¢s, hab¨ªa visto signos de flaqueza en Heras. Cuando se produjo el corte consiguiente -al que contribuy¨® un Aitor Gonz¨¢lez redivivo- el gran damnificado, el hombre que exhibi¨® sus flaquezas, fue Mancebo, el l¨ªder nominal del equipo de Unzue. Y a Heras, por si acaso, lo reintegr¨® al grupo de los buenos Unai Osa, otro disc¨ªpulo de Unzue. Finalmente, el m¨¢s d¨¦bil del US Postal no result¨® ser Heras, sino el l¨ªder virtual Beltr¨¢n, cuyo tran tran se atranc¨® en los falsos llanos de Beret.

As¨ª es la Vuelta, dicen, una carrera ¨²nica porque deja a todos los sabios con cara de est¨²pidos. Y quien ayer apostaba por Heras o Beltr¨¢n, monta?eros ligeros, hoy lo hace por Igor o Aitor, rodadores ¨¢giles. Con lo cual no es extra?o que haya l¨ªderes de todo tipo: oficiales, naturales, virtuales, a la sombra, incre¨ªbles o imposibles. Por lo menos, y no es consuelo escaso, esta tan curiosa Vuelta est¨¢ sacando a la luz el gran talento de dos ciclistas muy buenos, que est¨¢n por encima hasta del pinganillo, dos ciclistas con iniciativa: Isidro Nozal y Alejandro Valverde, que a?adieron a su demostraci¨®n del Aubisque la v¨ªspera un nuevo n¨²mero en Beret ayer.