"?Petacchi?, ?y qui¨¦n es ¨¦se?"
Un recorrido por algunos bares de Madrid durante las retransmisiones confirma que se sabe poco de la carrera y que apenas se sigue
Manolo comienza a barrer. No queda nadie. Resuenan como voces en el vac¨ªo los comentarios del locutor de TVE en la Vuelta, Carlos de Andr¨¦s, y del especialista en ciclismo, Pedro Delgado. La Primera retransmite en directo la und¨¦cima etapa, entre Utiel y Cuenca, un recorrido pr¨¢cticamente llano de 162 kil¨®metros. "No viene nadie cuando empieza la Vuelta. La ponemos todos los d¨ªas, pero el bar sigue vac¨ªo", comenta Manolo, en la barra de su negocio en el madrile?o barrio de Ciudad Lineal.
Enfrente, en otro local, la televisi¨®n ofrece las mismas im¨¢genes. Los clientes, que no sobrepasan la decena, degustan cervezas o caf¨¦ mientras charlan u hojean los peri¨®dicos deportivos. Pedro come un bocadillo, ajeno completamente al soniquete con el que le bombardea la televisi¨®n. "?Petacchi? ?Y qui¨¦n es ¨¦se, el hermano de Elsa Pataki? No, no. ?Es italiano, verdad? Me parece que es alguien relacionado con el mundo del espect¨¢culo". El aludido ha ganado tres etapas en esta Vuelta hasta la fecha. V¨ªctor, conserje en un edificio de viviendas al lado del bar, es concluyente: "Ya no est¨¢n Perico ni Indur¨¢in".
El gerente de un bar en la calle Alcal¨¢ recuerda otra carrera y otra ¨¦poca: "Con el Tour viene m¨¢s gente. Y cuando Indur¨¢in era el dominador, esto se llenaba. Incluso yo, que estaba trabajando, me quedaba mirando; no pod¨ªa evitarlo. Pero ahora, mira alrededor, no viene mucha gente". Apostados en la barra, solos en medio del silencio, V¨ªctor y Alfonso aprovechan un descanso para comer a toda prisa. Intercambian impresiones, mordisquean un bocadillo, y de vez en cuando, levantan la mirada hacia la televisi¨®n. Pero no dicen nada. No debaten acerca del estilo de pedaleo de los favoritos, no valoran su ritmo, no discuten sobre quien re¨²ne m¨¢s posibilidades de vestir el jersey oro tras la ¨²ltima etapa.
Ante la pregunta sobre la identidad de los tres primeros de la general, ?ngel asegura que no tiene "ni idea". Pedro, a su lado, es incapaz de decir alg¨²n nombre. Pero Alfonso, al menos, menciona al l¨ªder, Nozal, y al segundo, Igor Gonz¨¢lez de Galdeano. "El tercero no lo s¨¦", a?ade. Su amigo V¨ªctor tampoco puede citar a Manolo Beltr¨¢n, del US Postal. ?Y sabe en qu¨¦ equipo corre Alejandro Valverde? "No", contesta V¨ªctor. "En el Kelme", replica Alfonso. "Lo siento, ni siquiera s¨¦ si es ciclista", apunta Pedro, que ya ha terminado su bocadillo. "Pero s¨ª s¨¦", replica mientras se limpia la boca con una servilleta arrugada, "que el ganador del a?o pasado fue... fue... Aitor Gonz¨¢lez". Angel apostilla: "S¨ª, ¨¦se me suena, me suena".
Jos¨¦ Rodr¨ªguez, de la Asociaci¨®n de Ciclistas Profesionales, subraya: "El balance de las primeras etapas es positivo. Hay corredores como Roberto Heras que con cuatro minutos de desventaja a¨²n tienen opciones de ganar. Hay mucha emoci¨®n y mucho nivel. Es cierto que en esta Vuelta falta el enfrentamiento directo entre dos corredores de equipos rivales; pero todas las etapas se est¨¢n corriendo a un ritmo alt¨ªsimo, por lo que apenas hay posibilidades de lanzar alg¨²n ataque, y claro, eso resta espectacularidad a la carrera". Los ciclistas cubrieron los poco m¨¢s de 160 kil¨®metros entre Utiel y Cuenca a una media de casi 50 a la hora.
La Vuelta pone banda sonora a bares vac¨ªos a las cuatro de la tarde. Alfonso intenta encontrar motivos: "A estas horas, en septiembre, la mayor¨ªa estamos trabajando. En el mes de julio muchos tienen vacaciones y vienen a ver el Tour. ?Qu¨¦ suerte! Me paso todo el a?o en el curro, vengo al bar a comer a toda prisa y no puedo pararme a ver la Vuelta, que hay que volver al tajo". Si el Tour de este a?o, en el que ning¨²n espa?ol subi¨® al podio, registr¨® una media de espectadores de La Primera cercana a los tres millones, la Vuelta no alcanza los dos. En TVE aseguran, as¨ª mismo, que las etapas de La Vuelta, en el primer canal, son el segundo espacio m¨¢s visto en su franja horaria.
A partir de las cuatro de la tarde, la ronda ciclista compite en expectaci¨®n televisiva con todo un variopinto repertorio de programas del coraz¨®n. En m¨¢s de un bar del distrito de Ciudad L¨ªneal las palabras de alguno de sus asiduos invitados retumbaba entre sus paredes. Pero no ca¨ªan en la indeferencia ni en el vac¨ªo. M¨¢s de un cliente, con la taza de caf¨¦ humeante frente a ¨¦l, manten¨ªa la mirada clavada en la televisi¨®n. ?Y por qu¨¦ no pone La Vuelta?. "Uy, no, que luego protesta m¨¢s de uno", responde el due?o de un bar, en la calle Ezequiel Solana de Madrid, desierta a primera hora de la tarde.
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