'Dejemos hablar al viento', de Juan Carlos Onetti
EL PA?S publica una de las grandes novelas del renovador de la narrativa hispanoamericana
De entre los grandes autores latinoamericanos del pasado siglo, Juan Carlos Onetti (Montevideo, 1909-Madrid, 1994) destaca por el tono de su voz y por la radicalidad de su mirada. Su voz ha estado siempre te?ida de una profunda tristeza que, parad¨®jicamente, tiene la capacidad de transmitir una tremenda ternura por las cosas de la vida. Su mirada es dr¨¢stica: la existencia es fundamentalmente un desastre y no hay quien se salve del m¨¢s definitivo de los fracasos, la muerte. Dejemos hablar al viento, la novela que ma?ana podr¨¢n adquirir los lectores de EL PA?S por 1 euro, participa de las habituales maneras del escritor uruguayo. Un ambiente que tiene mucho de novela negra -Onetti fue un ¨¢vido lector de novelas policiacas- y luego un personaje, Medina, que va deambulando por sus p¨¢ginas con todo el cansancio de vivir acumulado y con la irremediable carga de sus recuerdos. Y luego, como siempre, Santa Mar¨ªa, la ciudad que invent¨® Onetti para convertirla en el ¨¢mbito literario donde habitan sus personajes. Soledad, dolor, tristeza, pero todo ello contado con tal maestr¨ªa que siempre hay sitio para re¨ªr, siempre es posible que, en el coraz¨®n del escepticismo del escritor, haya espacio para un gui?o a la condici¨®n humana.
Entre las s¨¢banas
Hombre que alardeaba de su pereza, un d¨ªa de 1982 Juan Carlos Onetti decidi¨® meterse en su cama para apenas volver a salir. Su mujer, Dora, le proporcionaba cuidados y le facilitaba whisky, tabaco y novelas policiacas. All¨ª, en su piso de la ¨²ltima planta de un edificio de la avenida de Am¨¦rica, sigui¨® escribiendo, casi siempre en pijama. En doce a?os public¨® tan s¨®lo dos novelas. "Nunca he sido un esclavo del escribir, como lo son Vargas Llosa o Garc¨ªa M¨¢rquez. Alguna vez se lo he dicho a ellos: lo que t¨² tienes son relaciones conyugales con la literatura, tienes que cumplir con tu se?ora esposa, mientras que yo tengo relaciones pasionales con mi amante, eso es la literatura para m¨ª: una amante. Cuando noto esa pasi¨®n, escribo, y cuando no, pues no", coment¨® en una entrevista poco antes de morir.
Babelia
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