Doraemon con barretina

Desde hace unos meses recibimos en casa, a trav¨¦s de la televisi¨®n por cable, el canal Cartoon Network. Mis hijos y yo lo vemos un ratito, a la hora de la cena, porque nos distraemos con las aventuras de las Supernenas. Desde hace unos d¨ªas, este canal emite una promoci¨®n que anuncia la pr¨®xima emisi¨®n de Doraemon. Al fin de la promoci¨®n, suena un flabiol, y aparece una burda imagen congelada de ese personaje y su amigo Nobita, atenci¨®n, con sendas barretinas y las manos alzadas, como si bailaran una sardana. Un locutor imposta, sobre esa imagen, el mensaje: "A partir de ahora, podr¨¢s seguir las aventuras de Doraemon en catal¨¢n". ?Uau!, gran noticia, si no fuera porque hace a?os, muchos, que las seguimos por TV-3.

Me juego algo a que si digo que ese anuncio me parece ofensivo, de mal gusto, tontorr¨®n, reduccionista y folclorista, algunos dir¨¢n que no tengo sentido del humor y que soy provinciano. Pues se equivocan. Mi sentido del humor se pone a prueba a diario. Por ello, porque s¨ª tengo sentido del humor, ardo en deseos de que, en un acto de justicia con mis hijos -ahora ya sabemos lo que piensan de ellos los ejecutivos de Cartoon Network-, veamos pronto la promoci¨®n de Doraemon envuelto en la bandera espa?ola, con el toro, por supuesto, tocado con una peineta, y junto a la cabra de la Legi¨®n. Ser¨¢ estupendo e igual de divertido que el anuncio de la barretina.

Los creativos de esa cadena han mostrado la peor cara de su talento (que creo que lo tienen, de veras).