El desconsuelo
El desconsuelo en una corrida de toros es una sensaci¨®n rara e indefinida, tal y como describi¨® en sus pinitos literarios el torero Ignacio S¨¢nchez Mej¨ªas a la luz que envolv¨ªa a Juan Belmonte cuando tentaba a una eralilla c¨¢rdena en una finca cercana a la Sierra Carbonera. Pero el desconsuelo que desprenden las tardes como la de ayer no envuelven, en todo caso aprisionan en una c¨¢rcel donde el tedio ensombrece a los tendidos hasta llegar al m¨¢s prolongado de los desencantos, el de la insufrible vulgaridad que propicia el toreo rampl¨®n y modernista a astados de comportamiento estramb¨®tico y surrealista. Se han consagrado, como en una carrera imposible e involucionista, el toro ayuno de embestidas y los matadores repetitivos y cl¨®nicos que hacen siempre la misma faena, con un mecanicismo que s¨®lo entona con el entramado met¨¢lico de la aleaci¨®n de la cubierta del coso, tan fr¨ªo, tan funcional. Manuel Caballero pas¨® por Logro?o haciendo un ejercicio de levedad. Al primero de sus toros lo despach¨® tras dos esbozos de tanda con la mano derecha y medio natural a media altura y sin comprometer ni uno de sus m¨²ltiples alamares. Sin embargo, en el cuarto, que luc¨ªa un pit¨®n izquierdo inhumano por su extensi¨®n y pavoroso por su remate afilado, estuvo m¨¢s leve todav¨ªa. Al principio, lo prob¨® con la pa?osa armada con la espada pero desprovista de esa profundidad que hace del toreo grandeza. Despu¨¦s, y tras m¨¢s muletazos mec¨¢nicos, se coloc¨® la franela en la mano izquierda, pero las embestidas del ¨²nico toro potable de la tarde se hab¨ªan consumido y todo qued¨® en nada. Antonio Ferrera dio un verdadero recital con las banderillas, ya que en el ¨²ltimo de sus pares realiz¨® dos intentos, puso una banderilla al quiebro y a la salida de la suerte coloc¨® la que le quedaba al viol¨ªn, y como la m¨²sica termin¨® por animarle, se fue de la cara del morlaco ensayando una singular danza ante los pitones que ning¨²n espectador acab¨® por definir con exactitud: para unos era samba; para otros, charlest¨®n. Ah¨ª queda la duda. Con la muleta, el torero extreme?o trabaj¨® a media altura y excesivamente descolocado. En un arre¨®n del primero fue volteado y pisoteado. La cosa no fue a m¨¢s porque el astado sali¨® despavorido y desentendi¨¦ndose de la anatom¨ªa del torero, que al final sali¨® conmocionado pero ileso. Con el quinto, el del baile, logr¨® los ¨²nicos momentos lucidos de la tarde, malogrados por la espada. Mat¨ªas Tejela, que debutaba en Logro?o, se encontr¨® con dos toros imposibles que pasaport¨® de sendas estocadas tambi¨¦n tamizadas por el desconsuelo.
Clemares / Caballero, Ferrera, Tejela
Toros de los Hermanos Clemares, bien presentados y astifinos; mansos, descastados y de pocas fuerzas. El 4?, con calidad. El 6?, devuelto por inv¨¢lido. Sobrero de Juan Manuel Criado, imposible. Manuel Caballero: silencio y silencio. Antonio Ferrera: silencio y saludos. Mat¨ªas Tejela: silencio y silencio. Plaza de toros de La Ribera. 23 de septiembre. Tercera corrida de feria. Menos de tres cuartos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.