"Generosos, solidarios y valientes"
Alrededor de un millar de personas ha donado su cuerpo a la Facultad de Medicina de la UPV
Un atareado catedr¨¢tico viaj¨® anteayer a un peque?o pueblo de Vizcaya. All¨ª recogi¨® las cenizas de una ni?a muerta a los seis a?os. Sus padres hab¨ªan donado entonces su cuerpo a la ciencia. Gracias a ¨¦l y a otros muchos cad¨¢veres los estudiantes de Medicina han aprendido "a luchar contra el dolor, la enfermedad y la muerte". Sus cenizas reposan desde ayer en el Bosque de la Vida, el lugar levantado junto al campus de Leioa de la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV) en homenaje a quienes "donaron a la sociedad lo ¨²ltimo que ten¨ªan: un cuerpo roto". Al catedr¨¢tico de Anatom¨ªa Francisco Do?ate se le quebr¨® la voz. ?l ha guardado los ¨²ltimos 19 a?os en su despacho las urnas con las cenizas de decenas de donantes. Se negaba a que acabaran en una fosa com¨²n. Recogi¨® las de la ni?a porque sus padres quieren que repose con otros donantes.
Las cenizas de la ni?a reposan junto a las de una anciana fallecida a los 106 a?os. Son la donante de cuerpo m¨¢s joven y la mayor de la UPV. Ambas nacieron el mismo mes, en el mismo pueblo, Mungia, con un siglo de diferencia.
Son coincidencias en un colectivo que, sin embargo, es de lo m¨¢s diverso. El Bosque de la Vida, inaugurado ayer, acoge ahora 56 urnas con las cenizas de otras tantas personas; hombres y mujeres; desde ni?os hasta ancianos centenarios; cat¨®licos, protestantes, musulmanes, agn¨®sticos..; personas nacidas en Euskadi y en otros lugares de Espa?a y del mundo. Francisco Do?ate destac¨® que lo ¨²nico que ten¨ªan en com¨²n era su "generosidad, solidaridad y tremenda valent¨ªa".
El catedr¨¢tico de Anatom¨ªa, donante ¨¦l mismo de cuerpo como otros profesores y personal de administraci¨®n de la UPV, pidi¨® hace a?os a la Universidad que construyera un hogar definitivo para los donantes. Desde ayer es realidad.
El Bosque de la Vida "no es un cementerio, ni un parque, ni un pante¨®n, es s¨®lo un bosque, un lugar", en palabras de los autores del proyecto elegido por unanimidad en el concurso, Germ¨¢n Zambrana y Maricarmen Vil¨¤, del estudio Zade+Vil¨¤.
Es un conjunto de 20 ¨¢rboles de acero cort¨¦n (oxidado), coronados por unos filamentos que suenan con el viento y crean una forma inspirada en unas manos dibujadas por Chillida. Cada ¨¢rbol tiene una puerta tras la cual quedan las urnas.
En el centro del conjunto hay un olivo de unos 2003 a?os, donado por los empleados de la Facultad de Medicina y por el propietario de un invernadero de Elche. Parte de las cenizas de cada uno de los donantes es mezclada con la tierra de olivo. Los alumnos que el a?o pasado estaban en segundo de Medicina han donado una camelia, cuya flor explota en invierno. Cada dos a?os habr¨¢ una ceremonia en la que se depositar¨¢n las cenizas de los nuevos donantes.
Los estudiantes de Medicina que ayer acudieron a la inauguraci¨®n del Bosque de la Vida pudieron responder a la pregunta que los alumnos se suelen hacer la primera vez que, nerviosos, ven un cad¨¢ver, seg¨²n cuenta Bernat, un m¨¦dico que sali¨® de las aulas de la UPV. "?C¨®mo es la gente que dona su cuerpo a la ciencia?".
Son personas como ?ngel, de 68 a?os y de Portugalete, quien cree que as¨ª su cuerpo "servir¨¢ para algo". O como Gotzone Etxebarria, una divertida galerista jubilada, "y jubilosa", de Bilbao que no aparenta los 80 a?os que va a cumplir, quien se declara entusiasmada al saber que la UPV tiene un millar de donantes de cuerpo. O como Jos¨¦ y Maribel, una pareja de cuarenta y tantos, que quiere "repartir conocimiento" despu¨¦s de morir. La madre y la t¨ªa de ella fueron donantes y reposan en el bosque.
O como Mar¨ªa Jes¨²s y Mylanka, madre e hija. La madre dice que a ver si con su cuerpo pueden descubrir algo para la alopecia femenina, "que se habla mucho de la masculina y la femenina es muy dura". Lo sabe por experiencia. Y a?ade: "A ver si sacas mi nombre, porque el d¨ªa que salga mi esquela no la ver¨¦".
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