Milenario de Almanzor
Incluida en la colecci¨®n dirigida por Jos¨¦ Luis Mart¨ªn, que ya contaba con otras biograf¨ªas medievales igualmente solventes, la obra de Laura Bariani (la segunda biograf¨ªa del pol¨ªtico y militar andalus¨ª propiciada por el milenario de su muerte (1002), tras la firmada por V. Mart¨ªnez y A. Torremocha editada en 2002 en M¨¢laga) es una excelente recreaci¨®n de la vida y de la labor de gobierno de Almanzor. No otra cosa cab¨ªa esperar de su autora, licenciada en historia isl¨¢mica en Bolonia y en lengua ¨¢rabe en Roma, doctorada por el Instituto Universitario Orientale de N¨¢poles e integrada en el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas de Madrid.
La organizaci¨®n del texto sigue una l¨®gica secuencia temporal, que arranca del nacimiento en Torrox de Muhamad ben Abd Al¨¢ ben Abi Amir, y de sus primeros a?os, transcurridos en torno a Algeciras, desde donde se traslada a C¨®rdoba, para iniciar una carrera que le conduce a diversos puestos de responsabilidad en la Administraci¨®n de Al Hakam II. El momento de fortuna le llega con la muerte del califa, ocurrida cuando su hijo Hisham es todav¨ªa menor de edad, lo que facilita una conjura palaciega, que el futuro Almanzor, el Victorioso, se encarga de abortar haciendo asesinar al candidato de los conjurados, lo que le vale el reconocimiento de la favorita Subh, la madre del nuevo califa. La consolidaci¨®n del poder de Almanzor se hace por tanto siempre a la vez como delegado y como garante de Hisham II, es decir, como hayib del califa, t¨¦rmino que bajo su habitual traducci¨®n como chambel¨¢n no da cuenta de sus funciones, primer ministro y general¨ªsimo del Ej¨¦rcito. El ejercicio de tal magistratura le obliga a una constante alerta frente a sus enemigos, y, simult¨¢neamente, a revalidar sin cesar su t¨ªtulo con la continua llamada al yihad contra los reinos cristianos del norte, donde cosecha sus conocidas y numerosas victorias. Tras la muerte del caudillo (1002), un ep¨ªlogo nos muestra la historia de sus sucesores amir¨ªes, es decir, de sus hijos Abd al Malik, que se mantiene como hayib hasta su muerte (1008), y Abderram¨¢n Sanchuelo (por su madre, una princesa navarra), que es ejecutado al a?o siguiente. Una desaparici¨®n que coincide con el fin del califato y el comienzo de la guerra civil, la fitna, y el periodo de los reinos de taifas.
ALMANZOR
Laura Bariani
Nerea. San Sebasti¨¢n, 2003
298 p¨¢ginas. 24 euros
Al margen de esta cr¨®nica apasionante, la obra muestra otras muchas virtudes. Primero, el rigor para obtener conclusiones convincentes de unas fuentes que son escasas y elusivas, por su laconismo y por sus contradicciones. Segundo, la capacidad para encuadrar la narraci¨®n de los hechos en un contexto m¨¢s amplio: las campa?as militares se insertan en el complicado mosaico de las relaciones con los reinos cristianos del norte, la lucha por el poder se enmarca en una C¨®rdoba minada por los enfrentamientos entre ¨¢rabes-andalus¨ªes, bereberes y eslavones o entre Madinat al Zahra (la ciudad del califa) y Madinat al Zahira (la ciudad de Almanzor). Tercero, la voluntad de reflejar (huyendo de todo manique¨ªsmo y de toda simplificaci¨®n) una realidad multifac¨¦tica, donde se combina el esplendor de una civilizaci¨®n refinada con la sordidez de las conspiraciones o la frecuente crueldad de los actores del drama. Y, finalmente, el equilibrio entre una obra destinada a ser degustada por un p¨²blico curioso y un discurso que debe ajustarse a las exigencias de la ciencia, que obliga a debatir cuestiones como la posible debilidad mental de Hisham II o la dudosa historicidad de la derrota definitiva del caudillo musulm¨¢n ("en Calata?azor Almanzor perdi¨® el tambor"), tal vez una mera invenci¨®n del cronista Lucas de Tuy.
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