Escrito desde la emoci¨®n
El 6 de junio de 1989, semanas antes de su muerte y en el ¨²ltimo acto p¨²blico al que pudo comparecer, el escritor y cr¨ªtico literario tinerfe?o Domingo P¨¦rez Minik dijo: "La emoci¨®n es una de las cosas m¨¢s bellas que puede poseer un hombre, que puede tener una mujer. Pero no se hace uso de ella, porque adem¨¢s hoy se desprecia en nuestra sociedad". Ahora, en el centenario del nacimiento de P¨¦rez Minik, Juan Cruz utiliza la emoci¨®n para evocar en Un gallo al rojo vivo al que fue su paisano, amigo y mentor. El autor de este libro es di¨¢fano en sus sentimientos, y as¨ª escribe: "Al principio, despu¨¦s de su muerte, procur¨¦ evitar Santa Cruz y la calle en la que ¨¦l vivi¨®, como si ¨¦sa fuera una parte vedada de la isla, un recuerdo demasiado vivo para ser transitado".
UN GALLO AL ROJO VIVO. EN BUSCA DE DOMINGO P?REZ MINIK
Juan Cruz Ruiz
Tauro. Santa Cruz de Tenerife, 2003
202 p¨¢ginas. 17 euros
Para este homenaje Juan Cruz ha reclutado a amigos de P¨¦rez Minik como Emilio Lled¨®, Cabrera Infante, Fernando Delgado y Rafael Conte. El retrato coral que ofrecen del tinerfe?o es muy atractivo, el de un intelectual librepensador, republicano, socialdem¨®crata y polifac¨¦tico, y el de un dandi tierno, accesible, familiar. P¨¦rez Minik fue un lector y un escritor insaciable, por lo que Juan Cruz escribe: "No hubo un d¨ªa sin palabra en su vida, y cuando las palabras ya no fueron posibles se muri¨®, como si hubiera estado hecho de ellas". Como escritor, y tambi¨¦n como persona, P¨¦rez Minik no soportaba la pedanter¨ªa y aseguraba, con raz¨®n, que las cosas que no pueden decirse con sencillez no merecen decirse. A todos aquellos a los que imparti¨® su magisterio, P¨¦rez Minik, al que el franquismo encarcel¨® durante un tiempo y luego mantuvo en el exilio interior, les inculc¨® tambi¨¦n que no tiene m¨¢s raz¨®n quien tiene m¨¢s poder, el que m¨¢s grita o el que posee las mejores armas.
Juan Cruz dedica largos comentarios a la relaci¨®n de P¨¦rez Minik con Tenerife, Canarias y, en general, la condici¨®n de insular. P¨¦rez Minik sol¨ªa decir que Tenerife, como todas las islas, est¨¢ entre el purgatorio y el para¨ªso, y que, tambi¨¦n como todas ellas, tiene una sed enorme de lo extranjero. Por eso ¨¦l lider¨® el grupo de escritores tinerfe?os que en los a?os treinta del pasado siglo acogieron en Santa Cruz a Andr¨¦ Breton y su corte surrealista. Cuarenta a?os despu¨¦s, P¨¦rez Minik, que no se convirti¨® a esa secta, cont¨® la experiencia en su libro Facci¨®n surrealista en Tenerife. Y en los largos y oscuros a?os del franquismo, P¨¦rez Minik, a trav¨¦s de sus cr¨ªticas en la revista ?nsula, fue uno de los grandes divulgadores en Espa?a de las ¨²ltimas novelas publicadas en ingl¨¦s y en franc¨¦s, y, como recuerda Juan Cruz, tuvo como principales "ventanas al exterior" a la emisora brit¨¢nica BBC y el diario franc¨¦s Le Monde.
Reivindicado desde la no s¨®lo leg¨ªtima sino necesaria emoci¨®n por alguien que siempre le llam¨®, y a¨²n le llama, don Domingo, P¨¦rez Minik emerge de este libro como el mejor exponente canario de la brillantez intelectual de la II Rep¨²blica espa?ola.
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