Habr¨¢ que cortar
Hace unos d¨ªas, en Barcelona, robaron una bicicleta atada a una farola. S¨ª, ya s¨¦ que eso pasa continuamente. Pero es que el m¨¦todo empleado fue innovador. En lugar de cortar el candado, los ladrones cortaron la farola, que cuesta menos esfuerzo. No fui yo, pero porque se me adelantaron.
Y no es que quiera una bicicleta (no pretendo emular al atractivo Jordi Portabella). Es que, en mi diario devenir de peatona, me veo obligada a salvar los numerosos admin¨ªculos atados al mobiliario urbano. Para ello, siempre llevo una p¨¦rtiga telesc¨®pica en el bolso, pero hay veces que cortar es la ¨²nica soluci¨®n para seguir adelante. En las farolas, sem¨¢foros, papeleras y vallas, la gente ata bicicletas, carteles, carros met¨¢licos de supermercado, carros de ir a la compra, cochecitos, plantas, mesas, pizarras con el men¨² del d¨ªa y animales dom¨¦sticos. Cuando alguno de estos pertrechos me dificulta el paso, no tengo m¨¢s remedio que montar la p¨¦rtiga. Pero, como les digo, no siempre es la soluci¨®n. A veces, no puedes saltar con p¨¦rtiga un carro de supermercado atado a una farola, porque caer¨ªas encima del perro atado a la siguiente farola (su due?a est¨¢ comprando en el estanco) para luego rebotar sobre las mesas de la terraza del bar que ocupa la esquina (de 30 metros c¨²bicos) o de su camarero (dos metros c¨²bicos). Luego, s¨®lo te quedar¨ªa escalar la marquesina del autob¨²s, rodear las bicicletas atadas a la valla y adelantar a esa familia feliz de cuatro miembros, que en lugar de ir en fila, van en bater¨ªa y de la mano ocupando toda la acera. Por eso, yo siempre recomiendo no salir de casa sin una buena sierra en el bolso. ?Que te encuentras el carro met¨¢lico atado a una farola? Sacas la sierra y te cargas la farola. Sigues. ?Que, m¨¢s adelante, hay 12 bicicletas en un buz¨®n que te dificultan el paso? Sacas la sierra y te cargas el buz¨®n. Sigues. Yo estoy muy contenta del resultado que me da la sierra para metales J¨²nior, que consta de una hoja muy fina con 32 dientes por pulgada.
Los peatones tienen que salvar los numerosos objetos atados al mobiliario urbano: bicicletas, carteles, carros de la compra y animales
Hoy pasear¨¦ por la Via Laietana, donde hay bicicletas en cada valla y en cada papelera. Luego me acercar¨¦ a Alimentaci¨®n Suma, donde una se?ora suele atar sus dos perros (rizando el rizo) a una moto aparcada en la acera, mientras ella hace su compra del s¨¢bado. Seguir¨¦ hasta la calle de Vilamar¨ª, a su cruce con Floridablanca, donde se encuentra una tienda que lleva por nombre Alimentaci¨®n Lion ( y, por tanto, tiene un le¨®n como emblema). Los se?ores del Lion usan un carrito met¨¢lico para sus transportes de cercan¨ªas. Pero, con los precios de los alquileres, no deben de tener un almac¨¦n para guardarlo, ni una plaza de parking. Adem¨¢s, les resultar¨ªa engorroso entrarlo y sacarlo cada vez que tuvieran un encargo. Y ?qu¨¦ m¨¢s l¨®gico que lo guarden en medio de la calle? Pero los ladrones, ya se sabe, no desean otra cosa que el carro de Alimentaci¨®n Lion. Por eso, el due?o lo ata a la farola. Hace bien. Los que pasamos habitualmente por ese tramo de la calle lo sorteamos como podemos, aunque para ello tengamos que invadir el carril de los coches y morir bajo sus ruedas. No nos importa. Todo menos molestar. Tambi¨¦n pasear¨¦ por la calle de Viladomat con Tamarit, donde se encuentra La Botiga del Barri. Ese establecimiento ostenta el r¨¦cord de pertrecho m¨¢s grande jam¨¢s atado a una farola. Se trata de un carro de madera con ruedas neum¨¢ticas, en el que un matrimonio de tama?o normal podr¨ªa echarse una siesta. Es un carro ideal para que un grupo de teatro comprometido lo use de atrezzo. Los de Animalario -esos que en la ceremonia de los Goya unieron las est¨¦ticas de Bertolt Brecht y Emilio Arag¨®n- se volver¨ªan locos si lo vieran. En el carro, el due?o de La Botiga del Barri seguro que transporta las cajas de fruta que le llegan de Mercabarna. Y como su colega, el due?o de Alimentaci¨®n Lion, lo tiene atado y bien atado al mobiliario urbano.
Hay veces, es cierto, que en las farolas no hay una bicicleta, pero s¨ª la cadena para sujetarla. Eso no significa que la bicicleta haya sido robada, sino que el due?o de la bicicleta ha ido a un recado con ella. Porque s¨®lo los ciclistas m¨¢s tontos llevan la pit¨®n encima, con lo que ocupa y lo que pesa. Los listos se la dejan en la farola que les sirve de parking. As¨ª, si ustedes van por la plaza de Catalunya y ven esa cadena de color negro en el sem¨¢foro del principio de La Rambla, comprender¨¢n que su poseedor es alguien enrollado. Ergon¨®mico. Ahora debe de estar usando el carril bici, sosteniblemente. Pero lo m¨¢s creativo que una se encuentra en el mobiliario urbano son los carteles. Se sujetan con bridas de pl¨¢stico, abrazaderas o cuerda. En estos carteles puedes leer el dinero que ganar¨ªas trabajando en casa, las fechas de la Fira del Bolet o el tel¨¦fono de una empresa que compra muebles viejos. El caso es que he decidido indultar el cartel tan creativo que se puede ver estos d¨ªas, entrando a Barcelona, atado al primer puente antes de la salida de Bac de Roda. El autor le dice a una mujer: "No avortis. Us estimo". Supongo que el "us estimo" se refiere a ella y al feto. Y supongo tambi¨¦n que ella, despu¨¦s de ver c¨®mo se las gasta el hipot¨¦tico padre, habr¨¢ corrido al aeropuerto y ahora ya debe de estar volando rumbo a Londres.
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