Desbordados por la matr¨ªcula tard¨ªa

Hac¨ªa mucho tiempo que no suced¨ªa una cosa as¨ª. El curso 2003-2004 se ha iniciado en Catalu?a con un problema de falta de plazas escolares. El primer d¨ªa de clase, m¨¢s de 300 ni?os se quedaron en la calle. Los sindicatos lo hab¨ªan advertido. A lo largo del verano el goteo de nuevas inscripciones de alumnos fue incesante. Desde que a finales de junio se cerr¨® la matriculaci¨®n hasta el 15 de septiembre, se calcula que el n¨²mero de ni?os que se inscribieron fuera de plazo, en su gran mayor¨ªa procedentes de la inmigraci¨®n, supera ampliamente los 8.000.

Este fen¨®meno, que se conoce como "matr¨ªcula viva", ha ido tomando dimensiones cada vez mayores en los ¨²ltimos tiempos. Hasta hace poco se produc¨ªa en fechas concretas cada a?o, generalmente a principios de enero, cuando se otorgaban los permisos de reagrupaci¨®n familiar a los inmigrantes y tambi¨¦n el momento en el que finaliza el curso escolar en Am¨¦rica Latina. Ahora, sin embargo, el goteo es constante y comienza ya a principios del verano. A lo largo del curso 2002-03 hubo 17.000 incorporaciones tard¨ªas. Este a?o la cifra puede duplicarse, sino triplicarse.

"Algunas aulas estar¨¢n llen¨ªsimas", reconoci¨® la consejera, Carme-Laura Gil

El departamento de Ense?anza de la Generalitat, sin embargo, mantiene la ficci¨®n de que las plantillas docentes se fijan antes del verano en funci¨®n de la matr¨ªcula oficial, seg¨²n la cual el total de alumnos en Catalu?a en el curso 2003-04 es de 1.037.624, lo que supone 26.498 m¨¢s que el a?o pasado, de los que el 7,1% son de procedencia inmigrante; lo que, seg¨²n el departamento, exige ser hijo de padre y madre extranjeros. Este porcentaje supera en dos puntos el del curso 2002-03. Por origen, la mitad son latinoamericanos, y casi un tercio magreb¨ªes.

Las cifras globales, sin embargo, esconden realidades mucho m¨¢s contundentes. Por ejemplo, en algunos colegios del Casc Antic de Barcelona, los inmigrantes llegan a suponer hasta el 70% del alumnado. El peso de la escolarizaci¨®n de la abrumadora mayor¨ªa de estos ni?os recae en el sector p¨²blico. Paralelamente, la escuela privada concertada, con honrosas excepciones, se beneficia de este fen¨®meno seleccionando al alumnado.

En Catalu?a, el sector p¨²blico acoge algo menos del 60% de la poblaci¨®n escolar, aunque en la ciudad de Barcelona el porcentaje es de un 50%. Las asociaciones de padres y los sindicatos del sector llevan a?os criticando la pol¨ªtica de la Generalitat, a la que acusan de haber creado dos redes paralelas, ambas con dinero p¨²blico: los colegios concertados para quienes pueden pagar mensualidades de hasta 600 euros, y la escuela p¨²blica para los que cuentan con menos recursos econ¨®micos, entre los que se cuentan los inmigrantes.

El Departamento que dirige la convergente Carme-Laura Gil no ha negado en ning¨²n momento que en este inicio de curso muchas aulas superan ampliamente la ratios (el n¨²mero de alumnos por clase). Incluso ha recordado a los centros que existe un decreto que les permite superar en un 10% el m¨¢ximo permitido de 25 en primaria y 30 en secundaria. Un decreto que ha sido recurrido por los sindicatos dado que contradice lo que fija la ley. Algunas clases, reconoci¨® Gil el d¨ªa del comienzo del curso, "estar¨¢n llen¨ªsmas", pero atribuy¨® el fen¨®meno de las matr¨ªculas tard¨ªas al hecho de que muchos catalanes "cambian de domicilio" y se matriculan en dos colegios al mismo tiempo "por seguridad". La consejera rechaz¨® que hubiera necesidad de aumentar las plantillas de los centros que m¨¢s sufren este fen¨®meno y recomend¨® a los profesores y a los directores que realizasen "cursillos de organizaci¨®n", lo que ha desatado las iras de los sindicatos de docentes. La Generalitat asegura que ha puesto 1.300 profesores m¨¢s para hacer frente a este reto, pero desde el sector se le responde que este profesorado ha sido simplemente trasladado al programa de aprendizaje de la lengua de otro programa m¨¢s ambicioso de integraci¨®n escolar.