La nueva maternidad

S¨¢bado, nueve y media de la noche. Mi hija de 21 meses sufre alta fiebre, tos y problemas para respirar. Decido acudir a las Urgencias Infantiles del Gregorio Mara?¨®n. La nueva maternidad hab¨ªa sido inaugurada por las autoridades de la Comunidad de Madrid esa misma semana. Hac¨ªa poco menos de un a?o hab¨ªa tenido que ir a las antiguas urgencias infantiles, as¨ª que pude hacer una comparaci¨®n con una referencia reciente.

Lo primero que ves son grandes espacios abiertos -en contraposici¨®n a los oscuros y estrechos recintos de antes-, y mucho m¨¢rmol blanco. Una buena primera impresi¨®n.

En cuanto pasamos la admisi¨®n, el espejismo termin¨®. Tuvimos que esperar m¨¢s de media hora, de pie, con la ni?a en brazos, a que le realizasen una radiograf¨ªa de t¨®rax. Y otros veinte minutos para que luego nos la proporcionasen.

Hab¨ªa otras cinco o seis familias con ni?os de distintas edades, en un pasillo, todos de pie -muchos de ellos no pod¨ªan ni sostenerse-, esperando las radiograf¨ªas. ?No tiene dinero la sanidad auton¨®mica para unas cuantas sillas o sillones, para no tener que soportar la espera -demasiada-, en pie, y con los ni?os a punto de caer al suelo? ?O es que se han inaugurado las instalaciones con demasiada rapidez? Mucho m¨¢rmol, s¨ª, pero los usos y costumbres no cambian. Y eso que, como dijo un enfermero que pasaba entonces por all¨ª, "esto no es nada para lo que va a venir en cuanto acabe el partido". Pedimos un poquito de respeto a los usuarios de las urgencias de la Sanidad p¨²blica: que no vamos por gusto, ni por aburrimiento.