El Nobel de Medicina premia la aplicaci¨®n cl¨ªnica de la resonancia magn¨¦tica nuclear
La t¨¦cnica, desarrollada en los setenta, es imprescindible en la neurolog¨ªa contempor¨¢nea
El estadounidense Paul Lauterbur (Ohio, 1929) y el brit¨¢nico Peter Mansfield (Londres, 1933) ganaron ayer el Premio Nobel de Medicina por haber perfeccionado la t¨¦cnica de la resonancia magn¨¦tica nuclear (RMN) hasta hacerla ¨²til para el diagn¨®stico m¨¦dico, especialmente en el campo de la neurolog¨ªa. Los avances t¨¦cnicos que los dos cient¨ªficos lograron a principios de los setenta condujeron directamente a los primeros aparatos de RMN para uso m¨¦dico en los primeros ochenta. Actualmente se hacen en el mundo 60 millones de pruebas cl¨ªnicas con RMN cada a?o.
El trabajo pionero de Lauterbur y Mansfield convirti¨® la RMN, hasta entonces utilizada sobre todo para determinar la estructura qu¨ªmica de las sustancias, en una t¨¦cnica no invasiva (no se introduce instrumental en el cuerpo) que ha mejorado el diagn¨®stico de muchas enfermedades, y con muchas ventajas sobre otros m¨¦todos de imagen alternativos.
La RMN es completamente inocua y, a diferencia de otras t¨¦cnicas de exploraci¨®n como los rayos X y la tomograf¨ªa axial computerizada (TAC), no requiere el uso de radiaci¨®n peligrosa. Uno de sus pocos inconvenientes es que no puede usarse en pacientes con marcapasos o ciertas pr¨®tesis met¨¢licas.
Muchas enfermedades alteran el contenido de agua de un ¨®rgano, o de parte de un ¨®rgano. La RMN es tan valiosa porque puede detectar variaciones tan peque?as como el 1% en el contenido de agua de un tejido.
Cada mol¨¦cula de agua contiene dos ¨¢tomos de hidr¨®geno, y el n¨²cleo de ¨¦stos (compuesto por un solo prot¨®n) se puede comportar como la aguja de una br¨²jula. Si el cuerpo del paciente se somete a un fuerte campo magn¨¦tico, los n¨²cleos de los ¨¢tomos de hidr¨®geno rotan de manera ordenada. Un pulso de radiaci¨®n hace luego que los n¨²cleos absorban energ¨ªa y, cuando cesa el pulso, esa energ¨ªa se libera en forma de ondas de radio que pueden detectarse desde fuera del cuerpo.
La t¨¦cnica detecta ¨ªnfimas diferencias en el contenido de agua de un tejido o zona de un ¨®rgano, y tambi¨¦n las peque?as variaciones en el movimiento de las mol¨¦culas de agua. Con ayuda de un ordenador, esas diferencias se utilizan para reconstruir una imagen tridimensional muy precisa del ¨®rgano o tejido examinado, y en ella se puede localizar cualquier alteraci¨®n patol¨®gica.
La RMN ya ha dado lugar a otros cuatro premios Nobel (dos de f¨ªsica en 1952 y otros dos de qu¨ªmica en 1991 y 2002), pero fueron Lauterbur y Mansfield quienes la hicieron aplicable a la medicina. Actualmente hay en uso unos 22.000 aparatos en el mundo, seg¨²n informaba ayer el Instituto Karolinska de Estocolmo junto a la concesi¨®n del premio, dotado con 10 millones de coronas suecas (1,1 millones de euros).
La t¨¦cnica se usa para obtener im¨¢genes de cualquier ¨®rgano, pero es especialmente valiosa para diagnosticar dolencias en el cerebro y la m¨¦dula espinal, debido a que casi todas las enfermedades neurol¨®gicas causan alteraciones en el contenido de agua de la zona afectada.
El Instituto Karolinska destac¨® ayer la gran utilidad de la RMN para el diagn¨®stico y el seguimiento de la esclerosis m¨²ltiple, ya que la t¨¦cnica puede determinar de manera muy fiable qu¨¦ zonas del cerebro y la m¨¦dula espinal est¨¢n m¨¢s inflamadas por esa enfermedad, y c¨®mo responde la inflamaci¨®n al tratamiento.
Los neurocirujanos usan la t¨¦cnica a menudo para conocer la localizaci¨®n exacta de una lesi¨®n en el cerebro y poder operarla, o implantar electrodos en pacientes de Parkinson.
Otra aplicaci¨®n muy frecuente es en los dolores lumbares prolongados, donde la RMN puede distinguir si el dolor es de origen muscular o viene causado por la presi¨®n sobre un nervio, por ejemplo como consecuencia de una hernia de disco. Esta distinci¨®n es esencial para decidir el tratamiento.
La RMN tambi¨¦n ha mejorado mucho la cirug¨ªa del c¨¢ncer, ya que define con precisi¨®n la localizaci¨®n y forma del tumor, y puede determinar tambi¨¦n si ¨¦ste se ha infiltrado en los tejidos adyacentes o en los n¨®dulos linf¨¢ticos. Toda esta informaci¨®n, obtenida antes de la intervenci¨®n quir¨²rgica, es de gran valor durante la operaci¨®n.
La t¨¦cnica ha ido sustituyendo incluso a m¨¦todos diagn¨®sticos como la inyecci¨®n de sustancias de contraste para examinar los conductos biliares y pancre¨¢ticos, y a la artroscopia, o exploraci¨®n de las articulaciones mediante la introducci¨®n de una microc¨¢mara de v¨ªdeo.
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