La primera decepci¨®n

Primer festejo mayor del abono pilarico y primer desencanto de la afici¨®n. Los esperados guardiolas fueron un fiasco. Inv¨¢lidos unos y sin fuerza otros, descastados todos, sin raza y mansos a varias escalas marcaron el denominador com¨²n de la actual situaci¨®n de la fiesta. S¨®lo el que hizo quinto salv¨® los muebles.

"La primera en la frente", se lamentaba la afici¨®n. "?Espera que aparezcan las figuras!", comentaban otros. "?Oigan ustedes, que los toros de las figuras son artistas!", mascull¨® un torerista. "?La que nos faltaba!", sentenci¨® el coro. Claro que, visto lo visto, los guardiolas con dos retoques m¨¢s no aspiran a menos.

A Juan Diego el toro de su presentaci¨®n se le muri¨® a poco de salir. El fantoni que hizo primero dio la impresi¨®n de llevar unas cuantas copas de m¨¢s. Tal era su zigzagueo y desorientaci¨®n, que le dio al animal por cornear la arena de tal suerte que se peg¨® una voltereta. Espatarrado se qued¨®, por lo que el presidente le orden¨® apuntillar. Hubiera sido pertinente que se ordenara la reglamentaria prueba de alcoholemia. El bis sali¨® inv¨¢lido, con lo que el diestro de Salamanca no pudo lucirse. En su segundo, faena pinturera sin acoplamiento.

El primero de Jes¨²s Mill¨¢n tambi¨¦n era inv¨¢lido, pero de segundo grado. Al primer pase de muleta se fue al suelo. El resto, muleta a media altura, pases sin trascendencia. Igual en el otro.

Seraf¨ªn Mar¨ªn estuvo lucido con el percal en el saludo a su primero. Hizo una faena con muleta a media altura en evitaci¨®n de males mayores. Dio distancia al toro, dej¨® apuntes hasta que al toro se le agotaron las pilas. En el toro de la jota, el sexto, todo cuanto realiz¨® result¨® un puro barullo. Desastroso con la espada tras varios pinchazos, acab¨® de bajonazo indigno.