La inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica

El 30 de diciembre de 1980 se public¨® el decreto que traspasaba "los servicios del Estado a la Generalitat de Catalu?a en materia de ense?anza no universitaria". El art¨ªculo 15 del Estatut reconoc¨ªa la "plena competencia" de la Administraci¨®n catalana en este campo. En el ideario nacionalista, escuela y lengua estaban intimamente ligadas, la ense?anza constitu¨ªa la herramienta por excelencia para la recuperaci¨®n de la identidad ling¨¹¨ªstica.

Ya en junio de 1978, cuando no hac¨ªa ni un a?o de la restauraci¨®n de la Generalitat, un decreto regul¨® la ense?anza del catal¨¢n en los niveles no universitarios, pero en 1984, pese a que ya estaba aprobada la primera Ley de Normalizaci¨®n Ling¨¹¨ªstica, la ense?anza del catal¨¢n se reduc¨ªa a un promedio de tres horas semanales. La situaci¨®n fue evolucionando sin demasiada intensidad a lo largo de los siguientes 10 a?os. En primaria, el catal¨¢n era cada vez m¨¢s mayoritario, mientras que en secundaria se manten¨ªa el castellano como lengua dominante.

La discusi¨®n te¨®rica se centraba en si se establec¨ªa un sistema ¨²nico monoling¨¹e, con el catal¨¢n como lengua vehicular, o se optaba por un modelo de dos v¨ªas, de modo que la ense?anza se impartiera en catal¨¢n y el castellano se estudiara como segunda lengua y viceversa. La ley establec¨ªa que la decisi¨®n deb¨ªa tomarla el consejo escolar de cada centro. El concepto de "inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica" pas¨® a ocupar el centro del debate al tiempo que el catal¨¢n ganaba espacios, aunque de forma muy irregular.

De hecho, en 1993 el modelo ling¨¹¨ªstico de la escuela catalana segu¨ªa sin estar definido. Pero ese a?o, aprovechando la reforma escolar que trajo consigo la LOGSE, el Departamento de Ense?anza de la Generalitat, a cuya cabeza estaba el consejero Joan Maria Pujals, envi¨® una circular a todos los centros en la que establec¨ªa que "normalmente" el catal¨¢n ser¨ªa la lengua vehicular de la ense?anza. Aquella decisi¨®n, justo cuando los diputados de CiU apuntalaban el que ser¨ªa el ¨²ltimo mandato de Felipe Gonz¨¢lez, cuya gesti¨®n era bombardeada a diario por los medios de comunicaci¨®n afines a la derecha, desat¨® un alud de cr¨ªticas y descalificaciones contra la Generalitat y una campa?a que encabez¨® el l¨ªder del PP en Catalu?a Alejo Vidal-Quadras.

Hubo manifestaciones de padres, protestas y descalificaciones. El Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a se pronunci¨® estableciendo que la "inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica" era correcta con tal que la Generalitat garantizara la "asistencia personalizada" a los ni?os castellanohablantes cuyos padres reivindicaran el derecho a que se les escolarizara en su lengua materna en el ciclo inicial, que dura hasta los siete a?os.

El Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez cay¨®. Las elecciones generales de 1996 deb¨ªan ser las del triunfo arrollador del PP de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Pero no fue as¨ª. Los conservadores quedaron lejos de la mayor¨ªa absoluta y se vieron obligados a pactar con CiU la formaci¨®n del Gobierno, y Aznar lleg¨® a asegurar que hablaba catal¨¢n "en la intimidad".

El PP desactiv¨® a Vidal-Quadras y su gente, y la Generalitat dispuso de una legislatura para consolidar el modelo. Ahora, ocho a?os m¨¢s tarde, ya nadie habla de inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica. Los ni?os catalanes son escolarizados en catal¨¢n. Otra cosa es que esto haya servido para imponer el uso social del catal¨¢n o que el modelo sirva para integrar a las nuevas oleadas migratorias.