Las personas con m¨¢s de 15 apneas por hora duplican el riesgo de hipertensi¨®n
Un estudio sugiere que muchas m¨¢s personas deber¨ªan recibir tratamiento con mascarilla
Un novedoso estudio elaborado por los especialistas de la Unidad del Sue?o del hospital de Txagorritxu, de Vitoria, ha arrojado un poco m¨¢s de luz sobre el s¨ªndrome de apnea del sue?o y las consecuencias de una enfermedad que constituye la punta del iceberg de los trastornos que aquejan a la gente cuando duerme y que se caracteriza por repetidas paradas respiratorias. Seg¨²n este estudio realizado entre 1.000 hombres de 30 a 70 a?os, las personas que sufren m¨¢s de 15 apneas por hora de sue?o tienen el doble de riesgo de desarrollar hipertensi¨®n arterial que la poblaci¨®n en general.
La relevancia del dato estriba en que la Sociedad Espa?ola de Patolog¨ªa Respiratoria establece la aplicaci¨®n de una mascarilla nasal, por la que se introduce aire a presi¨®n cuando se producen m¨¢s de 30 apneas por hora. El coordinador del estudio y jefe de la Unidad de Sue?o de Txagorritxu, el neum¨®logo Joaqu¨ªn Dur¨¢n, considera que a ra¨ªz de los nuevos datos "habr¨¢ que considerar que personas con una cifra de apneas m¨¢s baja de 30 podr¨ªan ser subsidiarias de tratamiento" con mascarilla, el m¨¢s eficaz de los existentes y con resultados satisfactorios en el 98% de los casos.
El 25% de la poblaci¨®n sufre apneas, aunque s¨®lo el 10% m¨¢s de 15 en cada hora de sue?o
Las paradas en la respiraci¨®n pueden oscilar entre los 10 y los 90 segundos. Durante ese tiempo, el cerebro es alertado de que el aparato respiratorio ha dejado de funcionar y le da las ¨®rdenes precisas para que se ponga de nuevo en funcionamiento e inhale aire de manera m¨¢s potente. La persona se despierta para no ahogarse y, aunque no lo recuerde, interrumpe y fragmenta su sue?o, lo que le impide descansar. Esa suspensi¨®n genera un sue?o de pobre calidad que hace que el afectado se levante m¨¢s cansado que cuando se acost¨®. La somnolencia que la falta de descando provoca durante el d¨ªa es causa de accidentes de tr¨¢nsito y laborales. Los expertos calculan que una cuarta parte de la poblaci¨®n sufre apneas, aunque s¨®lo entre el 10% y el 15% padece m¨¢s de 15, con lo que la dolencia puede ser grave.
El estudio, que fue presentado hace dos semanas en una conferencia sobre riesgo cardiovascular relacionado con la apnea en el congreso europeo celebrado en Viena sobre esta materia, es la prolongaci¨®n de los trabajos promovidos por los especialistas del hospital vitoriano en 1992. Entonces iniciaron una cohorte con el estudio de 3.000 personas. Primero analizaron 1.000 hombres, luego 1.000 mujeres y despu¨¦s 1.000 ancianos. Tanto los hombres como las mujeres eran de mediana edad, entre 30 y 70 a?os. La edad de los ancianos oscilaba entre los 71 y los 100 a?os.
El trabajo permiti¨®, en primer lugar, conocer la frecuencia de la apnea del sue?o en una poblaci¨®n europea (algo que no se sab¨ªa). Ya exist¨ªa otro estudio americano, pero las caracter¨ªsticas de esa poblaci¨®n son diferentes, al existir un mayor porcentaje de obesidad en EE UU (un factor que incide en la apnea). Los resultados revelaron que las apneas afectan a una cuarta parte de la poblaci¨®n adulta, m¨¢s a los hombres que a las mujeres. ?stas se defienden mejor durante la edad f¨¦rtil, pero tras la llegada de la menopausia las cosas se igualan.
En el caso de la apnea leve (menos de 15 interrupciones por hora) basta con medidas generales: reducir el peso (porque tiene relaci¨®n la obesidad), evitar el alcohol, el tabaco (produce una inflamaci¨®n cr¨®nica de la garganta) y tratar de dormir de costado. Cuando se superan las 30 interrupciones, se recomienda el uso de una mascarilla. A su vez esta va conectada a un compresor que emite un chorro de aire que crea una presi¨®n dentro de la garganta e impide que se cierre.
Como los datos preocuparon a los especialistas, Dur¨¢n y su equipo profundizaron en el estudio de los 1.000 varones (los resultados de las mujeres se publicar¨¢n el pr¨®ximo a?o) para ver lo que les ocurr¨ªa ocho a?os despu¨¦s de ser diagnosticados y presentaron sus conclusiones. Hasta ahora estaba claro que a una persona con muchas apneas y muchos s¨ªntomas hab¨ªa que aplicarle la mascarilla a la hora de dormir, pero no estaba claro qu¨¦ hacer con aquellas personas con pocas apneas y pocos s¨ªntomas. La conclusi¨®n de Dur¨¢n es que habr¨ªa que considerar la necesidad de tratamiento con mascarilla, tuvieran o no s¨ªntomas, a aquellas personas con m¨¢s de 15 apneas por el riesgo de desarrollar hipertensi¨®n. Esa hipertensi¨®n significa a la larga problemas cardiovasculares.
El segundo objetivo del estudio ha sido comprobar si los pacientes con apnea del sue?o desarrollaban directamente la enfermedad cardiovascular, sin pasar por la hipertensi¨®n. "De los 1.000 varones quitamos a los que ten¨ªan enfermedad cardiovascular al inicio del estudio y seguimos al resto durante ochos a?os. El resultado es que existe 1,6 veces m¨¢s de riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular". Se trata de una cifra baja porque epidemiol¨®gicamente empiezan a ser consideradas como magnitudes de riesgo significativas a partir de dos.
"La apnea del sue?o es capaz por s¨ª misma de desarrollar enfermedad cardiovascular y no s¨®lo a trav¨¦s de la hipertensi¨®n, sino directamente. Aunque la magnitud del riesgo es peque?a", concluye Dur¨¢n, quien reconoce que ocho a?os de estudio es poco tiempo para afirmar de manera tajante que la apnea produce directamente enfermedad cardiovascular.
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