R¨ªo-Nueva York

En los carteles de la gira espa?ola de Vinicius Cantu¨¢ria -hoy est¨¢ en Sevilla y ma?ana en Barcelona- destaca el t¨¦rmino heavy bossa. No se trata de tomar a Jo?o Gilberto y acercarlo a Iron Maiden, pero s¨ª de sugerir una bossa nova m¨¢s contempor¨¢nea. En el trabajo de Cantu¨¢ria se funden distintas influencias, aunque la samba nunca anda lejos. No s¨®lo al abordar la a?eja Vivo isolado do mundo, tambi¨¦n en momentos menos evidentes. Incluso cuando las canciones son defragmentadas.

Tri¨¢ngulo, pandero, bajo y guitarra atmosf¨¦rica en el pr¨®logo de Prociss?o, una antigua canci¨®n tropicalista del ministro de Cultura de Brasil. Y el sentido mel¨®dico de Cantu¨¢ria brilla en composiciones propias como Sem pisar no ch?o (Sin pisar el suelo), con esas complejas y hermosas armon¨ªas que maneja la m¨²sica brasile?a m¨¢s refinada. Una est¨¦tica que busca siempre la belleza, y que se mira en el espejo de Bill Evans o Chet Baker.

Le acompa?a con maestr¨ªa el bater¨ªa Paulo Braga, cuyas sutiles baquetas y escobillas se escuchan en grabaciones hist¨®ricas de Elis Regina o Antonio Carlos Jobim. Y se ech¨® algo de menos la presencia de la trompeta o el viol¨ªn que suele usar habitualmente Cantu¨¢ria.

Hicieron una Ligia -nunca falta un Jobim-, que debe tanto o m¨¢s al paisaje urbano del bajo Manhattan que a las playas de Ipanema o Arpoador. Y sonaron esos Cubanos postizos, gracioso pastiche escrito para su amigo el guitarrista Marc Ribot, uno de los muchos que han participado en discos de Cantu¨¢ria: Laurie Anderson, Bill Frisell, Sakamoto, Sean Lennon, Brad Mehldau, Brian Eno... Un entorno estimulante y no, como en tantos otros casos, la n¨®mina con el fin de vender.

Se sigui¨® fielmente el gui¨®n del disco doble grabado en agosto en directo en Los ?ngeles. Vinicius Cantu¨¢ria, nacido en Manaus, en la Amazonia, y vecino de Brooklyn desde hace diez a?os, vive con plena consciencia la paradoja de estar en Nueva York para ser m¨¢s brasile?o.