La amarga soledad de Ana Turrero
En la regi¨®n hay 813.000 mayores de 65 a?os, de los que casi 160.000 viven solos
Ana Turrero, de 82 a?os, rompe a llorar y, entre gemidos, dice que quiere irse "de este mundo", porque se ve "muy sola". "Y pr¨¢cticamente he perdido la vista", a?ade. Dos de sus hermanos, que fueron a visitarla desde Puente de Vallecas la tarde del pasado jueves, salen al paso: "?Ya estamos otra vez, hija!...", le reprenden. Ana se siente sola ("soy soltera y no tengo hijos") y su vista est¨¢ ya tan deteriorada que s¨®lo distingue formas. Pero se las apa?a para prepararse ella sola la comida. Se conoce todos los rincones y enseres de la casa. "Llevo en esta casa toda mi vida...", cuenta. Como ella, hay otros 160.000 mayores que viven solos.
De los pocos consuelos que tiene Ana, aparte de sus hermanos, son las visitas peri¨®dicas que recibe de los miembros de la ONG Solidarios para el Desarrollo. De vez en cuando, un integrante de este grupo acude a su casa para darle compa?¨ªa; y, si lo necesita, la sacan a la calle para hacer la compra. Ella ve muy poco y, adem¨¢s, las piernas le fallan. Lo que le funciona muy bien, pese a su edad, es su mente: habla r¨¢pido y con lucidez.
Los pol¨ªticos la han defraudado. Gracias a que empez¨® a trabajar en dos sitios desde los 14 a?os, hoy dispone de una pensi¨®n de 901 euros (150.000 pesetas). La Administraci¨®n considera que es una cantidad "suficiente" para vivir y suele rechazar sus peticiones de ayuda. "Cuando pasas de 100.000 pesetas (600 euros) de pensi¨®n no tienes derecho a nada", se lamenta. "A casa viene una chica varias horas dos veces por semana, pero pag¨¢ndole yo", cuenta Ana. "La pensi¨®n da para poco y desde que est¨¢ lo del euro, todo ha subido mucho y el dinero se va volando... La vida est¨¢ mucho m¨¢s cara que antes: antiguamente, con 1.000 pesetas (6 euros) ten¨ªas para todo; hoy, con 12 euros, no compras nada", agrega.
Ana quer¨ªa ir a uno de los centros de d¨ªa para mayores que hay cerca de su vivienda: la recogen por la ma?ana, almuerza all¨ª y, por la tarde, vuelta a casa. "Me han dicho que por llevarme y por 20 comidas, me cobran 550 euros; yo no puedo pagar eso". Ana no quiere ni o¨ªr hablar de ir a una residencia geri¨¢trica. Lo que le pide "al Gobierno" es que le env¨ªen a alguien para que le ayuden en la casa de forma estable: "La chica que viene a limpiar dos veces por semana cobra ocho euros la hora; pero viene un rato, nada m¨¢s, y el d¨ªa es muy largo...".
Ana dispone de un dispositivo de teleasistencia que lleva colgado como si fuese una medalla. Si se cae en casa o se pone enferma, presiona el bot¨®n del dispositivo y comunica con una central con asistentes sociales. "Nunca lo he usado, pero una vez me sent¨ª mal, sufr¨ª un c¨®lico nervioso y, la verdad, el m¨¦dico apareci¨® por la noche. Supongo que tard¨® tanto porque vieron que no era grave". La ¨²nica diversi¨®n de Ana es o¨ªr la televisi¨®n, "porque no puedo verla, s¨®lo veo formas", comenta.
Milagros, de 73 a?os, y ?ngel, de 83, son un matrimonio de Aluche. Tienen tres hijos ya casados y seis nietos, y una pensi¨®n para los dos de 781 euros (130.000 pesetas). Llegan a final de mes con muchas penas. Alguna vez, despu¨¦s de tantos a?os de trabajo, han tenido que acudir a los hijos para que les echen una mano. Y m¨¢s ahora que ?ngel no para de entrar y salir del hospital por los achaques de la edad y el coraz¨®n. Particip¨® en la Guerra Civil espa?ola. "Trabaj¨¦ con el cuerpo de ¨¦lite de Franco", dice ?ngel, orgulloso.
Milagros ha trabajado toda su vida como ama de casa. Hoy se dedica en cuerpo y alma a su marido, y se queja del deterioro de las dependencias de geriatr¨ªa del hospital Cl¨ªnico, en el que ha pasado, junto a su c¨®nyuge, las ¨²ltimas semanas: "Las ventanas no se pod¨ªan cerrar y han estado pintando las habitaciones casi con los enfermos dentro, horrible...", describe.
Milagros sabes que Servicios Sociales dispone de un servicio de ayuda domiciliaria: asistentas que acuden varias horas a las casas para ayudar a los mayores sin recursos. Ella, pese al traj¨ªn de hospitales que tiene ahora con su marido, no ha solicitado esa ayuda. Est¨¢ desencantada. Hasta hace dos a?os tuvo a sus padres en casa. Estaban muy mayores e imposibilitados. Toda la carga fue para ella. Entonces pidi¨® ayuda a Servicios Sociales. "Me contestaron concedi¨¦ndome la ayuda a los dos a?os de pedirla; pero, f¨ªjese", comenta Milagros, "mis padres ya hab¨ªan fallecido". "La pensi¨®n es muy baja", se queja tambi¨¦n Milagros, que mira con nostalgia tiempos pasados -"con Franco se viv¨ªa mejor", dice-. Sentado en un sof¨¢ y con una bata de enfermo, ?ngel trabaj¨® durante 35 a?os de delineante. Tambi¨¦n hizo chapuzas como pintor para sacar adelante a sus tres hijos. En la actualidad, este matrimonio s¨®lo desea tener una vejez tranquila. "Queremos que los candidatos no digan m¨¢s mentiras. Y que cumplan las promesas que realizan a la gente", explican.
Carlos Palacios Soler, de 65 a?os, tambi¨¦n est¨¢ casi solo. Hace un mes y medio vendi¨® su piso ubicado en Chamber¨ª y se mud¨® "provisionalmente", explica, a la residencia Casasolar Santo Conde Duque de Gand¨ªa, en el distrito de Moncloa. Palacios se divorci¨® hace 10 a?os de su mujer, despu¨¦s de estar casado 20 a?os. "Me vine a este lugar, a la residencia, porque vivir solo no es bueno y es muy duro... Tengo dos hijas mayores, pero ellas son independientes, ?sabe?", explica Palacios.
Hace 10 a?os lo prejubilaron como empleado de banca. Hoy recibe una pensi¨®n de 1.202 euros (unas 200.000 pesetas). "Todo lo que recibo de mi pensi¨®n, lo pago aqu¨ª", cuenta, desencantado. Su intensi¨®n ahora es comprarse una casa en la costa. Est¨¢ insatisfecho con los pol¨ªticos. "Deber¨ªan ser nuestros benefactores y velar por los intereses de la gente, y no por los de su partido o la de ellos mismos", dice.
Palacios asegura, con pena, que despu¨¦s de cotizar tantos a?os a la seguridad social, apenas ha recibido nada a cambio. "Hay mucha burocracia en todo. Cuando he pedido algo, me han frito a papeles; al final, he dejado de pedir cosas", enfatiza.
En la misma residencia que Palacios vive desde hace tres a?os Jos¨¦ Antonio Vidal Sales, periodista y escritor, de 82 a?os. De esp¨ªritu joven y amplia sonrisa, est¨¢ encantado de vivir en la residencia. A pesar de que extra?a Barcelona, su ciudad de origen y lugar donde vivi¨® toda su vida. "Me mud¨¦ a Madrid, porque qued¨¦ viudo y mis hijos viven aqu¨ª", cuenta. "Tengo el coraz¨®n joven, soy vital y Vidal", sonr¨ªe.
Fue corresponsal de guerra y ha entrevistado, entre otros personajes relevantes, a Fidel Castro. Vidal recibe 1.500 euros (250.000 pesetas) de pensi¨®n, adem¨¢s de ingresos extras por las ventas de sus libros. "Me gusta mucho Madrid, a pesar de que la encuentro una ciudad muy grande "y con problemas de delincuencia desde que asumi¨® el PP al poder", explica. "Vot¨¦ el 25 de mayo y volver¨¦ a votar el 26 de octubre. Y seguir¨¦ apoyando a Simancas; es una injusticia lo que ha pasado".
M¨¢s mujeres que hombres
En la Comunidad de Madrid hay 813.000 censados con m¨¢s de 65 a?os. De ellos, 326.122 son hombres y 487.050, mujeres. De 85 y m¨¢s a?os hay 89.654, seg¨²n datos facilitados por la Consejer¨ªa de Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid correspondientes a 2000.
Mucho de estos mayores se sienten solos. La estad¨ªstica as¨ª lo refleja. Cerca de 160.000 del total de mayores censados viven solos; y casi un 10% de ellos supera los 80 a?os. Tambi¨¦n hay 17.000 mayores a la espera de que se les conceda una plaza en una residencia geri¨¢trica.
Los mayores, en general, se quejan de que tienen dificultades para llegar a fin de mes, de que no se les presta suficiente ayuda asistencial en el hogar y de que se sienten solos.
"El futuro presidente o presidenta de la Comunidad de Madrid deber¨¢ crear servicios de geriatr¨ªa integral y dar una mayor prioridad a aquellos ancianos que m¨¢s necesitan asistencia", explica Isidoro Ruip¨¦rez, presidente de la Sociedad Espa?ola de Geriatr¨ªa y Gerontolog¨ªa.
Ruip¨¦rez afirma que desde su organizaci¨®n se har¨¢ un seguimiento a las promesas electorales de los candidatos con la finalidad de ver si las cumplen. "Si ellos las cumplen, tendr¨¢n todo el apoyo de la Sociedad Espa?ola de Geriatr¨ªa para que podamos trabajar juntos", enfatiza el m¨¦dico.
Ruip¨¦rez tambi¨¦n es el jefe del servicio de geriatr¨ªa del Hospital de la Cruz Roja. En su trabajo diario ve pasar a muchos ancianos por su consulta. "En Madrid viven solos aproximadamente el 20% de los mayores, y ¨¦sta cifra se doblar¨¢ en los pr¨®ximos a?os", dice el facultativo. A los mayores, lo que m¨¢s les interesa es la tranquilidad, pasar una vejez relajada y sin sobresaltos. Muchos de ellos se quejan de las bajas pensiones que reciben, "el 50% s¨®lo dispone del salario m¨ªnimo", comenta Ruip¨¦rez. "Tambi¨¦n les preocupa sentirse in¨²tiles y les atemoriza las llegada de enfermedades inherentes a la edad, seg¨²n este experto en geriatr¨ªa. Ruip¨¦rez afirma que los mayores evitan por todos los medios tener que ingresar en residencias y anhelan ser autosuficientes.
En 2002 en la Comunidad se contabilizaron 308.179 viviendas ocupadas por al menos una persona mayor de 65 a?os.
Para evitar el ingreso en geri¨¢tricos o residencias de los mayores, es importante que desde la Administraci¨®n, opina Ruip¨¦rez, "se apoye a las familias que los albergan". "No es verdad que las familias les dejen abandonados; lo normal es que les cuiden y los atiendan correctamente", a?ade.
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