El Merckx de Murcia

Vicente Belda y Jos¨¦ Luis Lagu¨ªa no son dos novatos que se encandilen con cualquier reci¨¦n llegado. Son dos directores veteranos que han vivido todo tipo de situaciones en el ciclismo. Son gente m¨¢s de vuelta que de ida que, sin embargo, a¨²n son capaces de emocionarse, de hacerse cr¨ªos, de convertirse en chiquillos con los ojos brillantes por la emoci¨®n de su primer regalo de Reyes cuando hablan de un ciclista, cuando hablan de Alejandro Valverde, el ¨²ltimo crack del ciclismo espa?ol. "Sus bolsillos no tienen fondo", dec¨ªa Lagu¨ªa, uno de los t¨¦cnicos del Kelme, durante la Vuelta, la carrera que lanz¨® a la fama al ciclista murciano. "Todos los d¨ªas le pedimos algo, que haga un esfuerzo m¨¢s, que intente ganar otra cosa, y ¨¦l nunca nos dice que no, se rebusca en los bolsillos y siempre nos ofrece algo. No hay nadie igual". Lo dice con amor de jefe enamorado, quiz¨¢s, pero con razones de peso detr¨¢s tambi¨¦n. Valverde tiene cuerpo, fortaleza y piernas de clasic¨®mano, rapidez de sprinter y mentalidad de escalador. Es un chico que hace de todo, capaz de quedar tercero en la Vuelta, donde gan¨® dos etapas de alta monta?a, y de quedar segundo en el Mundial, donde derrot¨® en la ¨²ltima recta a hombres hechos y derechos, veteranos de mil batallas como Van Pettegem o Bettini. As¨ª era Merckx, el can¨ªbal.

Tiene cuerpo y piernas de 'clasic¨®mano', rapidez de 'sprinter' y mentalidad de escalador

Alejandro Valverde, de Las Lumbreras (Murcia) y de 23 a?os, entr¨® en las vidas de Lagu¨ªa y Belda en 1999, un amateur ganador del Banesto al que llevaban a?os persiguiendo. "Estaba cansado de tener que subir todas las semanas a competir al Pa¨ªs Vasco y Navarra, as¨ª que en cuanto recib¨ª la oferta del Kelme no lo dud¨¦", explica Valverde, quien, sucesivamente, ha sido el mejor cadete, el mejor juvenil y el mejor amateur de su generaci¨®n en Espa?a. La oferta, evidentemente, era irresistible. Le ofrec¨ªan a un chaval de 19 a?os un contrato combinado por cinco temporadas, con el paso al profesionalismo garantizado. Al d¨ªa siguiente de firmarlo, aconsejado por su padre, se compr¨® un Mercedes. Todo hay que hacerlo a lo grande. Al comenzar la Vuelta a¨²n le quedaba un a?o de aquel primer contrato, pero su agente, Gorka Arrinda, no par¨® hasta sentarse a hablar con Pepe Quiles, el patr¨®n del Kelme, y arrancarle una pr¨®rroga y una mejora. Se comprometi¨® por dos a?os m¨¢s, hasta finales de 2006, y por mucho dinero m¨¢s. "A la altura del l¨ªder del equipo", dijo Arrinda. "Y, adem¨¢s, no est¨¢ cerrado del todo. Si, por ejemplo, gana el Mundial, se podr¨¢ retocar". Pero no gan¨® el Mundial, lo que no le impedir¨¢ a Valverde celebrar su segundo contrato con una segunda gran compra, una casa. "Mi novia, con la que ya llevo seis a?os, y yo ya le hemos echado el ojo a una parcela en una zona residencial a cinco kil¨®metros de Las Lumbreras", dice.

"Mi padre es ¨²nico", dice Valverde, un ciclista de 1,78 metros y 61 kilos, un friolero que no sabe correr sin manguitos si hace menos de 20 grados. "Yo creo que lo m¨ªo, mi facilidad para ganar carreras de todo tipo, es gen¨¦tico, que todo viene de ¨¦l, que en cuanto empez¨® a competir en carreras de veteranos ya empez¨® ganando. Y yo tambi¨¦n empec¨¦ ganando, aunque mi primera carrera qued¨¦ segundo. Fue en Jumilla. Ten¨ªa nueve a?os y una bicicleta MBK azul, y ya estaba en la escuela de ciclismo. Y mi hermano, que tambi¨¦n corre en bicicleta, tambi¨¦n gana carreras". El padre de Alejandro Valverde conduce un cami¨®n y tiene las piernas afeitadas, como buen cicloturista que es. Siempre que puede monta en su bicicleta y sale a entrenarse fuerte. Siempre que puede se entrena con su hijo por las carreteras murcianas, por las monta?as de Sierra Espu?a o por la Cresta del Gallo.

A Vicente Belda, el cerebro que est¨¢ detr¨¢s de todos los pasos de Valverde, le resulta f¨¢cil gestionar la ambici¨®n de un corredor que este a?o, en su segunda temporada profesional, ha ganado tambi¨¦n etapas en la Vuelta al Pa¨ªs Vasco, en la Vuelta a Arag¨®n y en el trofeo Agostinho, aparte de la Cl¨¢sica de Primavera en Amorebieta y el Gran Premio de Ordizia. Valverde es una m¨¢quina que responde cuando se le exige, pero no por ello el director alicantino se ha vuelto loco. "Hay que ir poco a poco", repite Belda como respondiendo a una afici¨®n que ya sue?a con grandes gestas de un ciclista que fue capaz de decir que le hac¨ªa m¨¢s ilusi¨®n ganar una etapa en la Vuelta a Murcia que ganar la Mil¨¢n-San Remo, un de las cl¨¢sicas m¨ªticas, por ejemplo. "Y aunque Alejandro me dice que quiere ser corredor de grandes vueltas, y ha demostrado en la Vuelta, donde se ha visto que pasa bien la monta?a y que s¨®lo tiene que seguir mejorando en las contrarreloj, que es un corredor completo, en 2004 a¨²n no debutar¨¢ en el Tour. Quiero que siga cogiendo experiencia. As¨ª que el a?o que viene se dedicar¨¢ a las cl¨¢sicas de la Copa del Mundo y al final, en septiembre, a ganar la Vuelta. Y en 2005, a por el Tour..."