Ibrahimovic pone al Celta en cuarentena

El Celta prometi¨® una carga de caballer¨ªa pero no pas¨® de las trincheras de Lobont. El portero del Ajax dej¨® al equipo vigu¨¦s malparado en una Liga de Campeones que va camino de abandonar con el mismo perfil de aspirante gris con que la comenz¨®. El oficio de sus centrales y la habilidad de Mostovoi no le sirvieron para torcer la mala racha que lo amarga fuera de casa desde la temporada pasada.

Sin jugar mal, el Celta se qued¨® sin nada frente a un Ajax tierno, valiente y desvalido por la p¨¦rdida de Van der Vaart, el capit¨¢n local, que se lesion¨® muy pronto. Animado por una hinchada febril que cant¨® en masa el Nabucco de Verdi cual marcha militar para jalear al equipo, el conjunto holand¨¦s resolvi¨® el choque gracias al delantero sueco Ibrahimovic, que, por su cuenta y riesgo, se invent¨® un sensacional gol.

Con Van der Vaart lesionado, pasada la media hora, el Celta dio un paso adelante

El Ajax de Ronald Koeman no deslumbra ni ofrece una innovaci¨®n t¨¢ctica. En esto ¨²ltimo sigue al pie de la letra la tradici¨®n de uno de sus hist¨®ricos gur¨²s, Rinus Michels: sentido arquitect¨®nico, velocidad y simetr¨ªa. En ese ¨¢mbito es ley jugar a ras de hierba salvo emergencia, y dominar el toque a la perfecci¨®n. Algo que hizo el Ajax en el arranque del partido, cuando Van der Vaart a¨²n estaba sano. Sin ese jugador, que es el enganche, el eje, la precisi¨®n en el pase se pierde y las l¨ªneas se desconectan.

Con Van der Vaart lesionado, pasada la media hora, el Celta dio un paso adelante. Al achicar el campo y acercarse al ¨¢rea de Lobont hizo lo que dicta la f¨®rmula: dio vuelo a sus extremos. De un lado Juanfran, muy envalentonado, y del otro Jesuli, inspirado para la bicicleta, con salida por los dos costados. No marc¨® pero se fue al descanso con el aire sereno de quien siente que tiene dominada la situaci¨®n.

Van der Vaart, que en Holanda es una celebridad, se ha convertido en el ¨²nico jugador de la plantilla del Ajax que a su condici¨®n de imprescindible suma la de holand¨¦s. Sin ¨¦l en el campo, el equipo se vulgariza porque pierde valores que le son esenciales. Eso le pas¨® ayer al Ajax, que se qued¨® sin el bal¨®n y cuando lo tuvo no lo administr¨® con la eficacia habitual. Durante un buen rato el Ajax s¨®lo fue capaz de atacar con Maxwell, un lateral brasile?o que recuerda a Leonardo. Desasistido, Ibrahimovic debi¨® bajar a armar el juego. El nueve sueco no pudo irse m¨¢s con el bal¨®n de cara pero demostr¨® que fuera del ¨¢rea no le falta pie. Incluso demostr¨® que le sobra.

En un equipo edificado con jugadores desconocidos, Ibrahimovic fue la excepci¨®n. Su nombre ya sonaba en los mentideros de Mil¨¢n y Manchester cuando el equipo holand¨¦s lo contrat¨®. Fue otro acierto de una red internacional de ojeadores que, por lo visto, forman parte de una estructura muy consolidada en el club. Si en los noventa el Ajax descubri¨® a Kanu, Oliseh y Finidi, en los ¨²ltimos a?os present¨® al desconocido Maxwell, al surafricano Pienaar, m¨¢s extra?o a¨²n aunque no menos notable, y al tunecino Trabelsi, revelaci¨®n mundial en un puesto que anda escaso de buenos exponentes como es el lateral derecho. El caso de Ibrahimovic es distinto. Ya tra¨ªa fama desde rapaz y ayer el Celta se llev¨® su marca de vuelta a Espa?a. Ocurri¨® a la vuelta del descanso, cuando los muchachos del Celta regresaban al campo animados, discutiendo la mejor manera de rematar el encuentro. No hubo caso: a los cinco minutos Ibrahimovic desencaj¨® a Velasco y se fue directo al ¨¢rea chica. Lo cerr¨® Berizzo, pero en vano. El sueco lo super¨® y ajust¨® el tiro al palo.

El marcador en contra no cambi¨® la trama del partido ni la suerte del Celta. Sigui¨® dominando a intermitencias el equipo gallego, pero el Ajax tuvo un portero que descolg¨® todos sus centros. Con eso le bast¨®, porque hasta para sacar el bal¨®n jugado tuvo problemas el equipo de Koeman, mal dotado de centrales con manejo. Un claro penalti sobre Jesuli no fue considerado por el ¨¢rbitro y el tiempo jug¨® a favor de los locales, que achicaron agua como pudieron hasta el final. De nada le sirvi¨® al equipo de Lotina mostrarse m¨¢s fiero que nunca en ataque.