Los 119 contratos de Mar¨ªa Prado
La precariedad laboral incide especialmente en los j¨®venes y las mujeres de la Comunidad
La OCDE es un organismo que vela por el cumplimiento de la ortodoxia neoliberal en los pa¨ªses desarrollados, una especie de club de los pa¨ªses ricos. Un reciente informe de esta instituci¨®n llamado Perspectivas del empleo lanzaba una advertencia: si se contin¨²a con las actuales pol¨ªticas de empleo, dentro de 30 a?os se podr¨ªan dar "situaciones disparatadas". Tal vez no haga falta esperar tanto. Mar¨ªa Prado, Andr¨¦s, Sandra y Miguel ?ngel son ejemplos palmarios de que el disparate ya se ha hecho un hueco entre los madrile?os. Los tres tienen nombre, pero no apellidos: el miedo a perder sus fr¨¢giles puestos de trabajo les hace preferir el anonimato.
El 20% de la poblaci¨®n activa de la Comunidad, unas 400.000 personas, son trabajadores precarios, seg¨²n CC OO. Este porcentaje se sit¨²a muy por debajo de la media nacional (35%), pero todav¨ªa diez puntos por encima del promedio de la Uni¨®n Europea.
Mar¨ªa Prado Dos a?os de trabajo para cotizar 69 d¨ªas
Un vistazo a la historia de vida laboral de Mar¨ªa Prado convierte la expresi¨®n "contrato indefinido" en un chiste sin gracia. La m¨¢xima definici¨®n que han alcanzado sus contratos desde que hace dos a?os salt¨® a la jungla laboral no pasa de un d¨ªa. Y en muchos casos ni siquiera llega a una jornada, sino que el empleo se reduce a dos o tres horas. En dos a?os de trabajo, Mar¨ªa ha cotizado tan s¨®lo 69 d¨ªas a la Seguridad Social, para lo que ha necesitado 119 contratos.
Mar¨ªa Prado tiene 21 a?os, y a los 19 se enfrent¨® a la primera gran decisi¨®n de su vida. No pudo acceder a la rama de formaci¨®n profesional que deseaba, por lo que decidi¨® buscar empleo a trav¨¦s de una empresa de trabajo temporal (ETT). As¨ª comenz¨® a encadenar contratos, siempre en empresas de c¨¢tering que la empleaban durante tres horas para servir canap¨¦s en bodas y banquetes, hasta el final de enero.
Ella es joven y mujer, una combinaci¨®n que, como explica Jos¨¦ Manuel Juzgado, del sindicato CC OO, la convierte en presa f¨¢cil de la precariedad laboral. "El desempleo afecta principalmente a los j¨®venes y a las mujeres. Pero no s¨®lo eso, tambi¨¦n son esos dos sectores quienes consiguen empleos con una mayor eventualidad", argumenta Juzgado.
Ahora, Mar¨ªa Prado ha comenzado a estudiar Turismo en la universidad. Espera labrarse un futuro que la mantenga alejada de la precariedad en la que lleva instalada desde hace dos a?os.
Andr¨¦s "Firmo los contratos muchos d¨ªas despu¨¦s"
En los sue?os de Andr¨¦s a¨²llan sirenas que van a toda velocidad. Cuando est¨¢ despierto, ¨¦l tambi¨¦n tiene que ser r¨¢pido: hace sustituciones como conductor de ambulancias del Summa 112 y su disponibilidad ha de ser "absoluta".
"Un s¨¢bado me llaman por la ma?ana y me dicen: 'tienes que venir ya, el conductor de una UVI m¨®vil se ha puesto enfermo y no puede venir hoy a trabajar'. No hay tiempo para pensar, s¨®lo pude saltar de la cama y decir que s¨ª. Cuando llegu¨¦ me tuvieron que prestar un uniforme y corriendo a hacer el servicio. S¨¦ que el contrato no lo firmar¨¦ hasta varios d¨ªas despu¨¦s de haber hecho el trabajo y que tampoco est¨¢ bien pagado. Pero lo tomas... o lo dejas", suspira Andr¨¦s.
No necesita el dinero para sobrevivir, ya que tiene otro trabajo entre semana, pero prefiere sacrificar sus fines de semana y festivos en pos de su gran ilusi¨®n desde que era un ni?o. A sus 31 a?os y con una vida encarrilada, Andr¨¦s cobra por sus trabajos como conductor de coche m¨¦dico dos meses despu¨¦s de haberlos realizado. As¨ª ha sucedido en verano -"cuando la gente tiene vacaciones"-, y as¨ª conf¨ªa en que ocurra en navidades, cuando es posible que vuelvan a surgir vacantes.
El Summa 112 es un organismo p¨²blico, que depende de la Consejer¨ªa de Sanidad. El defensor del Pueblo, Enrique M¨²gica, denunci¨® hace tres semanas ante el Congreso de los Diputados la elevada precariedad del empleo p¨²blico detectada en las administraciones local y auton¨®mica. En concreto, en la regional existe una tasa de eventualidad del 16,69%, que alcanza el 20% en el sector de la sanidad, seg¨²n su informe.
Andr¨¦s sugiere que no son s¨®lo los conductores de veh¨ªculos sanitarios quienes sufren su situaci¨®n, sino tambi¨¦n el resto del personal sanitario. "Este tipo de atenci¨®n la dispensan sobre todo profesionales que no tienen grandes aspiraciones econ¨®micas. Si quieres ganar dinero, no trabajas en estas condiciones eventuales". "Es triste que el Estado tenga que firmar este tipo de contratos", concluye Andr¨¦s.
Sandra "Aqu¨ª no puedes tener un mal d¨ªa"
Tiembla el m¨®vil. Sandra se excusa. "S¨ª, soy yo... S¨ª, s¨ª, estoy interesada... Perfecto, all¨ª estar¨¦. Muy bien, muchas gracias". Cuelga y dibuja una gran sonrisa con su boca. "Era para una entrevista de trabajo", explica. "La primera oferta medianamente formal que recibo en mi vida. Dicen que necesitan una secretaria biling¨¹e".
Para esta licenciada en Historia del Arte, que se maneja bien en ingl¨¦s y se ha preparado para ser profesora, la propuesta suena jugosa. Tal vez as¨ª consiga dejar atr¨¢s su retah¨ªla de empleos ef¨ªmeros como azafata comercial. "No me quejo. Por lo menos me pagan a tiempo, aunque sea una miseria. Pero es dif¨ªcil no hartarse, porque aqu¨ª sabes que no puedes tener ni un solo mal d¨ªa", cuenta Sandra, y comienza a evocar algunas experiencias: "Me llamaron de la empresa para promocionar unas galletas. Unos d¨ªas antes me hab¨ªan robado las llaves de mi casa y mi carn¨¦ de identidad. En el trabajo, una compa?era me dijo que mis llaves ya estar¨ªan en el mercado negro, a la venta para que alguien asaltase mi casa. Al o¨ªrlo me puse nerviosa y, como ten¨ªa un mal d¨ªa, empec¨¦ a llorar. Apareci¨® mi jefe y me dijo: 'Trabajas de cara al p¨²blico, as¨ª que nada de l¨¢grimas'. Y no te queda otro remedio, tienes que quedarte all¨ª y aguantar sonriendo, porque sabes que si no, al d¨ªa siguiente no te van a llamar".
Miguel ?ngel "Lo dif¨ªcil no es encontrar un trabajo, sino vivir de ¨¦l"
Manipulador de revistas, carretillero en el campo, mozo de almac¨¦n... Antes de intentar convertirse en ingeniero aeron¨¢utico, Miguel ?ngel ha conocido todo tipo de ocupaciones. Empleos en los que se firma un contrato por un solo d¨ªa -ocho horas-, y al final hay que trabajar el doble.
"Trabajo para que cuando acabe la carrera, con 28 a?os o m¨¢s, mi futuro no sea tan incierto, para poder irme de casa, para ayudar a los m¨ªos, para comprarme un coche. Pero lo dif¨ªcil no es encontrar un trabajo, sino poder llegar a vivir de ¨¦l", reflexiona Miguel ?ngel.
Miguel ?ngel no tiene problemas en decir bien alto su apellido, "Mu?oz", ni en posar para el fot¨®grafo. Es una excepci¨®n, porque conf¨ªa en un futuro que se le antoja menos eventual y m¨¢s luminoso que el de otros.
El dedo de Miguel ?ngel
Cantan las estad¨ªsticas: la siniestralidad laboral corre pareja a la precariedad del trabajo. En concreto, explican desde Comisiones Obreras (CC OO), un trabajador eventual corre cuatro veces m¨¢s riesgo de accidente que uno fijo.
Miguel ?ngel Mu?oz puede dar fe de ello. A sus espaldas, un buen n¨²mero de contratos temporales, y en su dedo, la marca de uno de ellos. Las virutas desprendidas por un torno le seccionaron la yema del ¨ªndice de su mano derecha cuando trabajaba en una f¨¢brica de maquinaria.
La lesi¨®n, aunque dolorosa, no fue grave.Pero las consecuencias tampoco fueron agradables. A falta tan s¨®lo de la asignatura de Dibujo para acabar la formaci¨®n profesional, Miguel ?ngel no pudo lograr el t¨ªtulo porque ten¨ªa su mano inutilizada y no pod¨ªa dibujar. Esto le impidi¨®, a su vez, cumplir su mayor deseo: aspirar a una plaza universitaria en Ingenier¨ªa T¨¦cnica de Aeron¨¢utica. El tiempo ha borrado la herida, pero no un regusto amargo: "Con medio dedo fuera, tuve que seguir trabajando con las manos en muy malas condiciones. Y en el seguro tampoco te ayudan nada".
El caso de Miguel ?ngel es una minucia si se compara con aquellos otros que dejan su vida en el tajo. En el primer semestre de este a?o fueron 65 las personas que murieron en sus puestos de trabajo, mientras que en todo el a?o 2002 fueron 112.
Jos¨¦ Manuel Juzgado, secretario de Pol¨ªtica Sindical y Empleo de CC OO en Madrid, achaca a la eventualidad de los empleos este ¨ªndice de mortalidad, y se?ala en concreto a "las subcontratas" como grandes causantes de las tragedias laborales.
"La subcontrataci¨®n cada vez es mayor, existe una cadena abusiva que precariza todo lo que toca. Y eso sucede porque no hay nada legislado al respecto".
Juzgado cree que la subcontrataci¨®n facilita que las grandes empresas eludan su compromiso con la seguridad e incita al fraude a la hora de emplear a los trabajadores. Miguel ?ngel Mu?oz ha trabajado en otras empresas, adem¨¢s de donde se cort¨® el dedo. En una de ellas tuvo que hacerlo a escasos metros de un recipiente donde herv¨ªa tricloroetileno, un producto t¨®xico que puede provocar conjuntivitis y da?os en el h¨ªgado.
"En la empresa giraban los barriles para que no se viese la etiqueta de lo que conten¨ªan. M¨¢s de una vez, tuvimos que parar la producci¨®n porque hab¨ªa varios de nosotros con mareos y picores en los ojos".
Para luchar contra esta lacra, el Congreso aprob¨® hace algo m¨¢s de una semana la reforma de la Ley de Prevenci¨®n de Riesgos Laborales con el apoyo de PP, PSOE, IU y Coalici¨®n Canaria y el rechazo de los nacionalistas de CiU y PNV.
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