M¨ªnimos y an¨®nimos
Las elecciones auton¨®micas de Madrid las ganaron Tamayo y S¨¢ez. Con 6.221 votos, el Partido del Nuevo Socialismo se convirti¨® en la s¨¦ptima formaci¨®n m¨¢s votada, pis¨¢ndole los talones a Ciudadanos en Blanco, otro neologismo pol¨ªtico a la caza de los descontentos y de los decepcionados que han crecido en nuestra Comunidad como plomizos hongos en este oto?o lluvioso. Antes de hundirse en el estercolero de la historia, Eduardo Tamayo y su discreta compa?era de reparto consiguieron clavarle una pu?alada trapera m¨¢s al maltrecho cr¨¦dito de los ciudadanos en sus representantes. 6.219 ciudadanos se lo han agradecido acompa?¨¢ndoles con sus votos renovados y suscribiendo una causa en la que no creen ni sus propios autores y mentores.
Despu¨¦s de los tres principales partidos implicados en la pugna, aparecen en el c¨®mputo electoral dos clases de verdes, enfrentados entre ellos por un qu¨ªtame all¨¢ esas pajas, o esas vigas; entre verdes comunitarios y verdes sin m¨¢s, suman 26.000 votos volanderos que se esfumaron en el contaminado medio ambiente de la Comunidad madrile?a. En total fueron 64.000 los madrile?os que votaron por partidos minoritarios. Entre las dos Falanges, La Falange a secas y la Espa?ola y de las JONS sumaron poco m¨¢s de tres mil votos, unos cuantos menos que Familia y Vida, y unos cuantos m¨¢s que el Partido de la Asociaci¨®n de Viudas y Esposas Legales, que recolect¨® 1.588, casi los mismos que Izquierda Republicana, inasequible al desaliento que supera en un pu?ado de votos al peculiar Partido del Mutuo Apoyo Rom¨¢ntico, del ciudadano Hong Guang Yu Gao, que introdujo un toque de fantas¨ªa oriental en el descolorido arco iris electoral. Los rom¨¢nticos, con sus 1.472 sufragios, se colocaron por encima de los regionalistas del PRIM del pragm¨¢tico Nicol¨¢s Pi?eiro, que vivi¨® sus minutos de fama en 1989 cuando fren¨® la moci¨®n de censura contra el socialista Leguina.
Los pi?eiros y los tamayos forman parte de ese subg¨¦nero de merodeadores que se conforman con las migajas, a veces suculentas migajas del banquete pol¨ªtico, peque?os roedores que corretean debajo de la mesa de los poderosos disput¨¢ndose las sobras, peces r¨¦mora como los que acompa?an a los grandes escualos y se alimentan de lo que les queda entre los dientes. Pero entre esta patulea de voraces roedores y vivaces pececillos, entre la morralla de oportunistas que colea por los bajos fondos de la pol¨ªtica, caben tambi¨¦n los idealistas y los fan¨¢ticos, los ilusos y los ingenuos que creen o se obligan a creer, quiz¨¢s mediante un mecanismo de autohipnosis, en que su noble y elevada causa, su mensaje de salvaci¨®n, est¨¢ destinada a crecer como la espuma no biodegradable, a germinar como el humilde grano de mostaza.
En los Estados Unidos, presunto paradigma de libertades y oportunidades, definitivamente desprestigiados tras el pucherazo de Bush, en esa "rep¨²blica bananera sin bananas", como la califica Gore Vidal, uno de sus m¨¢s prestigiosos intelectuales, nadie, ni siquiera el magnate Ross Perot con todos sus millones, ha conseguido romper el bipartidismo; s¨®lo los dos grandes partidos, los pesos pesados, financiados, apoyados y gestionados por las grandes corporaciones, tienen opciones para llegar a la presidencia, posibilidades reales de dar a conocer los rostros de sus candidatos y las consignas de sus campa?as. Para medrar en la pol¨ªtica hay que tener buenos padrinos, y si no que se lo pregunten a Berlusconi.
Al d¨ªa siguiente de la cita electoral madrile?a, en el mismo programa informativo de televisi¨®n en el que Esperanza Aguirre proclamaba su victoria, el primer banquero del pa¨ªs proclamaba la suya y anunciaba un sustancial incremento del bot¨ªn acumulado en el ¨²ltimo ejercicio por su poderosa entidad. Comprendido el mensaje, la nave va bien, y "ni nav¨ªo enemigo, ni tormenta, ni bonanza, su rumbo a torcer alcanza ni a sujetar su valor", como cantara Espronceda.
Cabe pensar que a Esperanza no la han votado sus electores por su carisma, inteligencia o don de gentes; no la han votado porque conf¨ªen en ella, sino porque quieren ser como ella, que es rica y famosa, y parece muy satisfecha de s¨ª misma. El lema del PP en la pr¨®xima campa?a podr¨ªa ser "Vota al que manda". Para qu¨¦ andarse con tonter¨ªas.
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