Un grupo brit¨¢nico muestra que la b¨²squeda de f¨¢rmacos contra los priones ha ido descaminada
La versi¨®n humana de las vacas locas, o nueva variante del mal de Creutzfeldt-Jacob, se transmite por los priones infecciosos, unas prote¨ªnas que existen de forma natural tanto en los humanos como en las vacas, pero que adoptan un plegamiento incorrecto y lo transmiten por contacto a los priones normales. La b¨²squeda de f¨¢rmacos se ha centrado hasta ahora en la idea de atacar al pri¨®n mal plegado, una opci¨®n aparentemente l¨®gica, pero probablemente err¨®nea, seg¨²n publica hoy en Science el grupo de John Collinge, de la Unidad de Priones del Medical Research Council (MRC), en Londres.
El pri¨®n, como toda prote¨ªna, se fabrica en las c¨¦lulas siguiendo una receta cifrada en un segmento de ADN, el gen del pri¨®n. Collinge y su grupo han construido ratones con dos modificaciones gen¨¦ticas. Primero, tienen destruido su gen del pri¨®n. Y segundo, se les ha a?adido un gen del pri¨®n manipulado de modo que funciona bien en el rat¨®n joven, pero luego se puede inactivar.
Mientras el gen artificial est¨¢ funcionando, los investigadores inoculan al rat¨®n con priones infecciosos (mal plegados). Los ratones empiezan a desarrollar la enfermedad. Si el gen sigue funcionando, la enfermedad progresa hasta destruir el cerebro. Pero si el gen se inactiva, la enfermedad no s¨®lo no progresa, sino que incluso revierte.
Lo m¨¢s curioso es que los ratones se curan aun cuando los priones infecciosos se acumulan en el cerebro. Collinge concluye que no es la acumulaci¨®n de priones malos, sino el mism¨ªsimo acto de transformaci¨®n de la forma buena en la mala, lo que causa la enfermedad. Cuando el gen del pri¨®n se inactiva, se deja de producir forma buena, y por tanto se deja de dar esa transformaci¨®n, por muchos priones infecciosos que se inoculen.
La principal lecci¨®n, seg¨²n Collinge, es que no hay que buscar f¨¢rmacos contra el pri¨®n malo, como se ha hecho hasta ahora, sino contra el bueno, en su plegamiento correcto natural. La inactivaci¨®n de esa prote¨ªna humana normal tendr¨ªa efectos similares a la inactivaci¨®n de su gen, que en humanos no puede hacerse por el momento.
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