El pasado del Este
Viaja por amor al arte, y en este caso el t¨®pico no es tal. El director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof¨ªa, en Madrid, debe a una exposici¨®n itinerante de pintura contempor¨¢nea espa?ola su descubrimiento de los pa¨ªses del Este y su matrimonio. Benditos Dal¨ª y Mir¨®.
Viaj¨® como comisario en pos de unos cuadros entre 1984 y 1985. Menudo chollo.
Y tanto, fue como una beca que me permiti¨® romper con la imagen monol¨ªtica que ten¨ªa de los pa¨ªses del Este. Recuerdo que llegu¨¦ a Sarajevo y me pareci¨® un lugar pac¨ªfico, id¨ªlico, donde conviv¨ªan las razas. Desde all¨ª envi¨¦ a un amigo tintin¨®filo una postal que dec¨ªa: "Llegu¨¦ a Klow, capital de Sildavia".
Y de Sildavia a Varsovia, poner pie en territorio polaco y enamorarse.
S¨ª, conoc¨ª a la que ser¨ªa mi mujer debajo de un cuadro de Mir¨®. Hablamos y le dije que volver¨ªa, cosa que no se crey¨®. Dos meses despu¨¦s cumpl¨ªa mi promesa y al poco nos casamos.
?Sac¨® tanto rendimiento de su paso por Budapest?
No, pero conoc¨ª entre otros a Francisco Eguiagaray, el corresponsal de TVE, que ya falleci¨®. Me dio una de sus maravillosas tarjetas de visita, en la que figuraban sus se?as en Viena y Mosc¨².
Menos amigable fue en aquellos a?os el Berl¨ªn Este, inquiero.
M¨¢s bien siniestr¨ªsimo. Me pusieron una int¨¦rprete que jurar¨ªa que era de la Stasi y que nos llevaba a comer donde ella quer¨ªa. Recuerdo un almuerzo oficial en el comedor del Consejo de Ministros. Desde ah¨ª, el tramo que se ve¨ªa del muro era blanco inmaculado, sin pintadas.
?La pol¨ªtica salpic¨® tambi¨¦n su paso por Bulgaria?
S¨ª, porque se celebraba en esos d¨ªas la ¨²ltima cumbre del Pacto de Varsovia antes de su disoluci¨®n. En las calles hab¨ªa un trasiego de limusinas que llevaban a los mandatarios, Gorbachov entre ellos.
El tel¨®n de acero se estaba resquebrajando ante sus ojos. Debi¨® de ser especial conocer aquellos pa¨ªses justo en un momento hist¨®rico tan importante.
S¨ª, porque adem¨¢s todo aquello era como un viaje al pasado. Esas casas con est¨¦tica de los a?os cincuenta, los neones decadentes de Varsovia, aquellos coches medio de pl¨¢stico y unos aeropuertos que destilaban poes¨ªa. Pero bajo el inmovilismo lat¨ªan iniciativas de j¨®venes que burlaban las prohibiciones con arte humor¨ªstico y ¨¢cido.
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