Emoci¨®n, elegancia y energ¨ªa

Adapt¨¢ndose al signo de los tiempos en cuanto al desplome de la industria musical y a la ausencia de generosidad por parte de ¨¦sta a la hora de cobijar a profesionales consagrados que se la juegan haciendo equilibrios, igual que los m¨¢s j¨®venes, el argentino Fito P¨¢ez ha regresado a la primera l¨ªnea del combate con un disco autoeditado, Naturaleza sangre, en el que desnuda su yo actual, sus avatares emocionales y personales, su necesidad de seguir luchando con las armas de la m¨²sica y un sentido personal del rock en el que caben emoci¨®n, elegancia y energ¨ªa. As¨ª qued¨® demostrado en el concierto que, a su paso por una gira por Espa?a, realiz¨® en Madrid.

Una banda de lujo

Ataviado con un traje blanco y una camiseta en la que figuraba el s¨ªmbolo de su ¨²ltimo disco, Fito irrumpi¨® sobre el escenario acompa?ado de una banda de aut¨¦ntico lujo entre la que siempre hay que destacar la labor del bajista Guillermo Vadala, uno de los mejores instrumentistas del rock de la actualidad. P¨¢ez arranc¨® con tres n¨²meros de Naturaleza sangre -Nuevo, Salir el sol y Volver a m¨ª- y el espect¨¢culo qued¨® inmediatamente encarrilado entre las v¨ªas de un rock directo, con ganas y referencias lejanas a los mejores tiempos de Billy Joel. Un sonido vivo, de arreglos elaborados y siempre impulsado por el poderoso d¨²o bajo-bater¨ªa, inundaba la sala, mientras la apasionada voz de Fito domin¨® y expres¨® por alto y por bajo la siempre candente poes¨ªa de sus canciones.

Con Giros P¨¢ez retorn¨® por un momento al 85, tiempo para el autor de sue?os y promesas, pero la realidad volvi¨® a imponerse en el siguiente tema, El diablo en tu coraz¨®n, en el que Fito interroga a la ciudad de Buenos Aires acerca de la incre¨ªble situaci¨®n que vive su anestesiado pa¨ªs. El cantante sigui¨® ahondando en su propio y glorioso pasado con la recreaci¨®n de Cad¨¢ver exquisito, la hermosa 11 y 6 y El chico de la tapa, canci¨®n que remite a otro de los temas que dan que penar al autor: los perdedores de la calle. Sucedi¨® entonces uno de los momentos m¨¢s interesantes de la noche con la ejecuci¨®n de una de sus mejores composiciones, Yo vengo a ofrecer mi coraz¨®n, canci¨®n intimista en la que la voz de P¨¢ez pon¨ªa la carne de gallina hilando versos memorables: "Como un documento inalterable, yo vengo a ofrecer mi coraz¨®n. Y unir¨¦ las puntas de un mismo lazo y me ir¨¦ tranquilo, me ir¨¦ despacio". Tras el romanticismo vino la iron¨ªa con una larga suite pop-rock-disco de su ¨²ltimo ¨¢lbum, llamada M¨²sica para camaleones, y el concierto enfil¨® instantes finales con Circo Beat y el tema que da t¨ªtulo al ¨²ltimo compacto. Entonces P¨¢ez requerir¨ªa la presencia en escena de su amigo el ex Tequila y ex Rodr¨ªguez Ariel Roth, con quien comparti¨® los dos ¨²ltimos temas: la amarga Ciudad de pobres corazones y A rodar mi vida, canciones con las que pusieron colof¨®n de lujo al concierto de este extraordinario artista del rock cantado en castellano, que merece m¨¢s suerte comercial de la que ha tenido hasta el momento.