Un grupo de trabajadores intenta reventar un mitin de CiU en L'Hospitalet y Mas culpa a la izquierda

El candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat, Artur Mas, tuvo que enfrentarse en la tarde de ayer a una veintena de trabajadores de una empresa de L'Hospitalet que en un mitin empezaron a silbarle y abuchearle con gran estruendo, ante la pasividad inicial del auditorio. Mas, lejos de interpretar la pitada como una protesta laboral, les acus¨® de "ser infiltrados" de los partidos que "carecen de argumentos" y que saben que CiU "ganar¨¢ las elecciones", en una directa alusi¨®n a la izquierda.

Mas no llevaba ni cinco minutos de discurso en La Farga de L'Hospitalet cuando se vio sorprendido por este grupo de trabajadores de la empresa Ferraz Shawmunt, afectados por una regulaci¨®n de empleo de 135 personas. Los manifestantes, al un¨ªsono, empezaron a exhibir pancartas y a vociferar contra Mas, que no pod¨ªa esconder su incomodidad ante tal aprieto. "No les hag¨¢is caso. Esperad a que se desahoguen un poco", recomendaba repetidamente al auditorio, formado por un millar de personas.

Sus llamamientos a la calma no surgieron efecto, y la situaci¨®n se fue encrespando al mismo ritmo que el ¨¢nimo del conseller en cap. Mas no pudo reprimir su enfado y solt¨®: "Todo esto es porque tienen miedo a que ganemos las elecciones. Esto no es ni libertad de expresi¨®n ni nada, simplemente [son] unos infiltrados que quieren reventar el acto. Es una muestra del mal estilo de la gente que os env¨ªa, a quienes desgraciadamente ya conocemos". Una referencia a la izquierda que despert¨® los aplausos del p¨²blico. Los trabajadores, despu¨¦s de cinco minutos, abandonaron la sala y al final del mitin se reunieron con Mas, quien les afe¨® su conducta.

En el mitin de La Farga, como en todos los celebrados por CiU hasta el momento, nadie exhibi¨® banderas independentistas. Este s¨ªmbolo de la exaltaci¨®n y reivindicaci¨®n nacionalista se ha esfumado de los m¨ªtines de Mas.

El discurso moderado que proclama el candidato ha trascendido incluso a la puesta en escena de sus apariciones. En anteriores campa?as, los miembros de la organizaci¨®n se encargaban de repartir banderas entre los asistentes y de vez en cuando se colaba alguna que otra independentista, enarbolada por militantes de las juventudes. Casi siempre aparec¨ªan colocadas estrat¨¦gicamente para deleite de las c¨¢maras de televisi¨®n. Por ejemplo, en 1999, cuando CiU, enfrascada en su tarea de asegurar la gobernabilidad al PP, deb¨ªa transmitir cierto aire de radicalismo catalanista, y tambi¨¦n en las ¨²ltimas municipales. Ahora CiU no puede permitirse muchos aspavientos nacionalistas. El confeti y los corazones de cartulina, con el emblema de la federaci¨®n, han sustituido a la bandera cuatribarrada con una estrella blanca sobre fondo triangular azul.

Tan s¨®lo el consejero soberanista Felip Puig, n¨²mero tres de la lista por Barcelona, permite esa bandera en sus actos.