Anuncios (II)

En los anuncios, Josep Piqu¨¦ es quien mantiene mayor coherencia escenogr¨¢fica. Un Piqu¨¦ ¨ªntimo -incluso se oyen unos chiquillos- que mira frecuentemente a trav¨¦s de la ventana o est¨¢ cerca de una... observando la lejan¨ªa (?cuatro a?os?). Por ah¨ª, por las ventanas, debe entrar el aire fresco. A esta misma met¨¢fora acudi¨® el PSOE en una de las primeras campa?as de Felipe Gonz¨¢lez.

Es el anuncio m¨¢s homog¨¦neo, tranquilo y hogare?o, y se mantiene en este tono sin desmayos.

S¨®lo un plano ofrece dudas: aquel en el que aparecen Piqu¨¦ y un perro. Tambi¨¦n este atrezzo fue utilizado tiempo atr¨¢s por los socialistas. Pero all¨ª eran dobermans y aqu¨ª es un can grande pero muy tranquilo, que guarda el hogar.

Si con el PSOE el perro (la derecha) era una amenaza, aqu¨ª se nos presenta un perro custodio.

El PSC da por hecho que el cambio "habr¨¢ llegado ma?ana". Abre con la promesa de una Catalu?a estupenda donde habr¨¢ m¨¢s becas, 7.500 nuevos polic¨ªas, 42.000 viviendas de protecci¨®n oficial, etc¨¦tera.

Las cifras se alternan con el testimonio de ciudadanos necesitados de estas nuevas pol¨ªticas.

Luego, un Pasqual Maragall algo forzado en el ¨¦nfasis explica, sin decirlo con estas palabras, en qu¨¦ consiste el cambio: no en aupar caras desconocidas, sino en que gobiernen otros. La alusi¨®n llega, en un tono expl¨ªcito de hast¨ªo, o como m¨ªnimo de cansancio, con la frase "despu¨¦s de 23 a?os conviene el cambio".

Mientras que todo el anuncio ha transmitido la certeza de que este cambio llega ma?ana, al final, por si acaso, Maragall pide que se vote este anunciado cambio.

Si Maragall empez¨® la campa?a con una cita a la Oda a Espanya de su abuelo, en los anuncios electorales apela a los catalanes con un "visca Catalunya!".